Paliza a un mexicano bravo
El diestro Joselito Adame resulta herido de car¨¢cter reservado y con posible fractura de tobillo
Volv¨ªa el mexicano Adame a la plaza madrile?a para reverdecer los laureles del pasado mes de junio, cuando sorprendi¨® gratamente y a punto estuvo de salir por la puerta grande. Volv¨ªa con las mismas agallas y dispuesto a recordar a las empresas que es torero a tener en cuenta por su valent¨ªa, decisi¨®n y buenas maneras. Y en cuanto sonaron clarines y timbales, all¨¢ que cruz¨® el di¨¢metro de las Ventas para hincarse de rodillas en la misma puerta de chiqueros. As¨ª, a escasos metros del t¨²nel negro de los miedos, esper¨® a su primero, grandote y cornal¨®n, como toda la corrida, al que recibi¨® con una larga cambiada, un par de ver¨®nicas y alguna que otra chicuelina. Manso como sus hermanos, lleg¨® el toro al tercio final rebrincado, sin clase ni recorrido; Adame inici¨® su labor por estatuarios, quieta la planta y asentado en la arena. Lo intent¨® por ambos lados, y aguant¨® los recortes de su oponente, sin perderle nunca la cara.
A sabiendas de la dificultad del ¨¦xito, insisti¨® el torero una y otra vez hasta que, a final de faena, el toro, cansado del enga?o, hizo presa en el cuerpo menudo del mexicano y le propin¨® una paliza de la que tardar¨¢ tiempo en recuperarse. Ten¨ªa la muleta en la mano derecha cuando el animal lo enganch¨® por detr¨¢s, lanz¨® el pit¨®n derecho a la espalda del torero, la recorri¨® de abajo a arriba por debajo de la taleguilla, que la traspas¨® limpiamente quedando Adame colgado en el aire como un gui?apo. De tal modo lo zarande¨® y lo estamp¨® contra la arena, donde lo busc¨® y pate¨® con sa?a. Cuando las cuadrillas consiguieron llevarse al toro, el torero se incorpor¨® con extrema dificultad, con el cuerpo magullado y claramente conmocionado. Pero tom¨® de nuevo la muleta y consigui¨® una nueva tanda con la mano izquierda antes de dejar una estocada ca¨ªda que fue suficiente.
Cay¨® el toro y, por un momento, dio la impresi¨®n de que el mexicano acabar¨ªa tambi¨¦n en el suelo. Tal era su semblante de hombre roto y dolorido. Salud¨® al respetable con una forzada sonrisa y se dirigi¨® a la enfermer¨ªa.
San Lorenzo/Aguilar, Adame, Fortes
Cuatro toros de Puerto de San Lorenzo y dos -segundo y cuarto- de La Ventana del Puerto, muy bien presentados, mansos, descastados y desclasados.
Alberto Aguilar: estocada _aviso_ (ovaci¨®n); pinchazo _aviso_ y casi entera (silencio); estocada ca¨ªda (silencio).
Joselito Adame: estocada ca¨ªda (ovaci¨®n). Result¨® cogido.
Jim¨¦nez Fortes: estocada _aviso_ (silencio); estocada (silencio).
Parte m¨¦dico de Joselito Adame: Contusi¨®n con erosi¨®n en tobillo izquierdo con probable fractura, pendiente de estudio radiol¨®gico. Contusiones y erosiones m¨²ltiples y ligera conmoci¨®n cerebral. Pron¨®stico reservado.
Plaza de las Ventas. 5 de octubre. Segunda corrida de la Feria de Oto?o. M¨¢s de tres cuartos de entrada.
All¨ª, los m¨¦dicos confirmaron la evidente conmoci¨®n, las contusiones de la tremenda paliza y una probable fractura del tobillo izquierdo. O sea, que el mexicano sigui¨® toreando y entr¨® a matar con un insoportable dolor que solo la gallard¨ªa de un bravo torero permite superar.
Total, que Joselito Adame fue trasladado a una cl¨ªnica para comprobar el alcance de sus lesiones, y en la plaza qued¨® la impresi¨®n de que un valiente se hab¨ªa jugado la vida de verdad con la mirada puesta en el triunfo.
La verdad es que la corrida fue un pesti?o. No hubo milagro. En esta ocasi¨®n, unos toros grandotes, mansos, duros, correosos y descastados impidieron que se hicieran realidad las ilusiones de tres j¨®venes con serias aspiraciones.
Tres toros lidi¨® Alberto Aguilar, valiente y voluntarioso, firme e incansable en su tes¨®n, pero ninguno le permiti¨® el deseado lucimiento. Particip¨® en quites, lo intent¨® una y otra vez, pero sus oponentes eran demasiado vulgares. La misma suerte corri¨® Jim¨¦nez Fortes, al que arroll¨® de salida su primero sin consecuencias; afanoso, tambi¨¦n, e incansable, pudo dibujar dos naturales largos a su primero y ah¨ª qued¨® todo. Todo lo dem¨¢s, plagado de disposici¨®n, careci¨® de fundamento.
En tal ocasi¨®n, hubo toreros bravos y toros deslucidos y descastados. Y as¨ª, pas¨® lo que pas¨®: que todos se fueron de vac¨ªo y un valiente acab¨® en el hospital.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.