El jaque soberanista de ELA
La t¨¢ctica de la central ¡®abertzale¡¯ y su mayor¨ªa condicionan el ¨¢mbito laboral Alentada por Gobierno y empresarios en su d¨ªa, hoy les niega toda relaci¨®n
¡°Los Gobiernos vascos y los empresarios han alimentado durante a?os este monstruo y ahora no saben c¨®mo controlarlo¡±. Desde la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV-EHU), un catedr¨¢tico sintetiza as¨ª el germen del lamento expresado en las ¨²ltimas semanas con fluidez por las patronales vascas, incapaces, al igual que el Ejecutivo de I?igo Urkullu, de atraer a una mesa de di¨¢logo a ELA, el centenario sindicato, mayoritario desde 1980, y con el m¨²sculo econ¨®mico y de penetraci¨®n social suficientes para condicionar las relaciones laborales en toda una comunidad.
Aquella organizaci¨®n sindical denominada Solidaridad de Obreros Vascos, surgida el domingo 23 de julio de 1911 en la calle Correo de Bilbao bajo el auspicio del PNV con la ilusi¨®n de 178 trabajadores es hoy ¡°una estructura de empresa¡±, como se?ala un l¨ªder sindical, apoyada en m¨¢s de 100.000 afiliados y roto el cord¨®n umbilical con los nacionalistas desde una concepci¨®n abertzale y de clase.
Precisamente, en la ruptura con el PNV, que se sit¨²a tras el fracaso del Pacto de Lizarra, encuentran todas las fuentes consultadas al margen de ELA ¡°la radicalidad¡± con la que este sindicato se viene comportando. ¡°Les gust¨® el esquema de Lizarra. Vieron que pod¨ªan condicionar la v¨ªa sindical junto a LAB, como pensaban que el PNV y HB lo har¨ªan en la pol¨ªtica y ah¨ª siguen desde una opci¨®n soberanista¡±, recuerda una de las personas que particip¨® en aquel proceso de las fuerzas identitarias. ¡°Se han cre¨ªdo que son un lobby sindical¡±, a?ade.
¡°Da la imagen de mala relaci¨®n con las patronales, pero pacta por abajo¡±, apunta una organizaci¨®n empresarial
Hist¨®ricamente no ha sido as¨ª. ¡°Jos¨¦ Mar¨ªa Vizca¨ªno sol¨ªa recordar el pragmatismo en la Transici¨®n para llegar a grandes acuerdos en las ¨¦pocas duras, donde la intervenci¨®n del PNV hac¨ªa m¨¢s f¨¢cil el acuerdo con ELA¡±, recuerdan desde una organizaci¨®n empresarial. ¡°Pero desde que se distanciaron del PNV, su acci¨®n es m¨¢s pol¨ªtica, m¨¢s sindical y m¨¢s radical¡±.
En ELA no dicen nada. Entre las siete personas consultadas telef¨®nicamente por este diario para analizar el incierto futuro del marco de relaciones laborales en Euskadi, solo ELA exigi¨® un cuestionario previo. Cuando se le envi¨®, con tres preguntas, Patxi Agirrezabala, responsable del ¨¢rea de Comunicaci¨®n, record¨® que era imposible responder porque su sindicato mantiene diferencias con el tratamiento informativo que recibe de EL PA?S ¡°que no han mejorado¡±.
Comisiones Obreras y UGT ya se han acostumbrado a ¡°los vetos de ELA¡±. ¡°Quieren exhibir su hegemon¨ªa, evitar que hay un ¨¢mbito de igualdad y por eso nos han vetado en debates en ETB, en cuestiones del euskera... La prueba del nueve va a ser el debate del pr¨®ximo mi¨¦rcoles que Aralar ha organizado en el Colegio de Abogados de Bilbao. De momento no han pedido nada¡±, apunta. No obstante, sus relaciones humanas ¡°son cordiales¡±. ¡°Otra cosa es que ellos est¨¢n acostumbrados a poner sus condiciones y a recordar su mayor¨ªa¡±. El Gobierno a¨²n les espera. El consejero Juan Mar¨ªa Aburto lo va a intentar, pero es consciente de que ¡°est¨¢ muy dif¨ªcil¡±.
Partidaria de la unidad ¡®abertzale¡¯, ETA asesin¨® a dos de sus afiliados
A los empresarios tampoco les responden. Pero antes no era as¨ª. En la clase sindical de Gipuzkoa se recuerda todav¨ªa c¨®mo ¡°Adegi lleg¨® a facilitar en su d¨ªa un aumento del 30% de afiliaci¨®n a ELA y ahora sus relaciones no existen¡±. En una organizaci¨®n empresarial se recuerda, no obstante, que ¡°una cosa es la imagen que a ELA le interesa dar de que no tiene relaci¨®n con la c¨²pula porque desprecia el actual marco y otra bien distinta es el contacto a nivel de empresario de taller o de industrial con pocos trabajadores¡±.
Como proyecci¨®n de este doble juego, un sindicato, con un ejemplar del Bolet¨ªn Oficial de Bizkaia en la mano, repasa el acuerdo alcanzado entre ELA y una empresa del sector de la madera donde se ha pactado la congelaci¨®n salarial y el arbitraje obligatorio, aspectos que hieren la reivindicaci¨®n sindical.
Reparto sindical
- ELA es, desde 1980, la primera fuerza sindical del Pa¨ªs Vasco. La ¨²ltima estimaci¨®n oficial realizada por el Eustat sobre el porcentaje de representaci¨®n sindical sit¨²a a este sindicato abertzale con una cuota del 39,6%, con 7.686 delegados, de los cuales 7.222 pertenecen al sector privado y 464, al p¨²blico.
- Junto a ELA, el tambi¨¦n sindicato abertzale LAB aporta la mayor¨ªa sindical en Euskadi. Esta central, ligada a figuras hist¨®ricas como Joselu Cereceda, Rafa D¨ªez y ahora Ainhoa Etxaide, es la tercera fuerza sindical con una cuota del 17,5%, con una representaci¨®n de 3.395 delegados, de los cuales 3.126 son del sector privado y el resto, 269, del p¨²blico.
- CC OO es la segunda fuerza sindical vasca con un porcentaje del 19,7%, que le aportan un total de 3.825 delegados, repartidos entre el sector privado (3.624) y p¨²blico (201)
- UGT es el cuarto sindicato mayoritario al lograr una cuota del 12,4%, con 2.396 delegados, repartidos entre 2.312 en el ¨¢mbito privado y el resto, 86, en el p¨²blico.
- El resto de fuerzas sindicales disponen de una representaci¨®n escasa. As¨ª, STEE-EILAS (0,9 %), SATSE (0,6%), CGT (0,4 %) y CSI (0,3%), entre otros.
Para las fuentes consultadas, ELA se ha situado en un escenario de ¡°corte pol¨ªtico¡± incompatible con la actual realidad, sobre todo a ra¨ªz de la aprobaci¨®n de la reforma laboral. Un empresario recuerda c¨®mo la primera exigencia del sindicato mayoritario ¡°para sentarse a hablar¡± era que se comprometieran ¡°a no cumplir con las exigencias que marca la reforma¡±. Cuando se les hac¨ªa ver que era imposible incumplir la ley, ¡°se iban¡±. ELA entiende como ¨²nica v¨ªa que se alcance un nuevo marco de decisi¨®n propia en Euskadi. ¡°LAB tambi¨¦n lo comparte, pero el hecho de que Bildu gobierne le ha obligado a una posici¨®n m¨¢s pragm¨¢tica, de reconocer a la otra parte y ah¨ª han venido las diferencias entre todos ellos¡±, como se escenific¨® en la Diputaci¨®n de Gipuzkoa.
Curtidos en el desencanto, muchos empresarios no se recatan en ¡°elegir a LAB antes que a ELA¡± para propiciar acuerdos. El Gobierno vasco lo reconoci¨® incluso en el intento desesperado por salvar la ultraactividad. ¡°Son m¨¢s posibilistas¡±, dicen en Empleo. Entre algunos sindicalistas se recuerda que LAB ¡°son m¨¢s asambleistas por la procedencia de sus bases¡±. En el caso de ELA ¡°funcionan como un reloj; aplican objetivos, no se pueden presentar dos candidaturas a secretario general y cuesta encontrar sus estatutos¡±.
Txiki Mu?oz, secretario general de ELA tras la etapa de Jos¨¦ Elorrieta, es un ferviente defensor de la unidad abertzale en la apuesta soberanista y un habitual en sus pasos estrat¨¦gicos. Parad¨®jicamente, este sindicato independentista, presente en manifestaciones a favor de los derechos de los presos de ETA, ha llorado el asesinato a manos de esta banda terrorista de dos afiliados. Uno, el concejal del PP de Durango Jes¨²s Mar¨ªa Pedrosa; otro, el ertzaina Montxo Doral.
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