El Dyango de toda la vida
Dyango juega muy bien con su voz y puede pasar de la balada melosa al tango m¨¢s agrio sin problema
Nunca llueve a gusto de todos. Al acabar el concierto, en la misma escalinata del Palau, dos elegantes se?oras luchando por no entrar en la tercera edad comentaban en castellano: ¡°Pues eso de ser catalanista tampoco se le ha notado tanto¡±. En cambio, segundos despu¨¦s, una pareja, tambi¨¦n elegante y entrada en a?os, comentaba con un cierto malhumor, en catal¨¢n: ¡°Se ha pasado un poco hablando tanto de eso¡±, la entonaci¨®n del eso dif¨ªcilmente podr¨ªa calificarse de positiva.
Probablemente las dos viejas damas esperaban ver a Dyango envuelto en una estelada y agitando cuatro dedos al aire. Al matrimonio, probablemente lo era, le pareci¨® todo un exceso que el cantante barcelon¨¦s saludara a Muriel Casals, presente en el concierto, como ¡°la mujer que ha hecho posible que en un futuro tengamos un pa¨ªs¡± o que, en un momento determinado, manifestara ¡°me siento orgulloso de ser de aqu¨ª¡±. Ambas frases puntuadas por una tanda de aplausos y ning¨²n signo de disconformidad.
Y ya est¨¢, bueno: present¨® todo el concierto en catal¨¢n, cosa que por aqu¨ª siempre hace, exalt¨® musicalmente al Bar?a (con letra de Joaquim Maria Puyal) y no aparecieron ni Boig per tu (tema que cant¨® en el Concert per la llibertat) ni Suspiros de Espa?a. Si alguien esperaba alg¨²n tipo de altercado de cualquier signo, seguro que sali¨® decepcionado. En cambio los que fueron a o¨ªr a Dyango, al Dyango de toda la vida, sin duda la mayor¨ªa de los que llenaban el Palau, esos salieron encantad¨ªsimos. Dyango fue el Dyango de siempre y eso significa llevar la emoci¨®n al l¨ªmite una vez tras otra.
Traje y corbata oscuros, camisa blanca, mano izquierda en el bolsillo del pantal¨®n, mirada eterna de complicidad, seis m¨²sicos cubri¨¦ndole las espaldas y un pu?ado de temas que su p¨²blico conoce a la perfecci¨®n. Amor, desamor y tragedia perfectamente mezcladas y dosificadas. Dyango juega muy bien con su voz y puede pasar de la balada melosa al tango m¨¢s agrio sin problema. Y as¨ª lo hizo. Dyango, sin m¨¢s, lo que ya es decir mucho.
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