Madres, abuelas y de vuelta a ser madres
M¨¢s de 1.600 menores son acogidos en la regi¨®n por sus abuelos, t¨ªos o hermanos mayores de edad
Isabel Hidalgo vive una segunda maternidad. Durante casi 20 a?os ha vuelto a madrugar para llevar a la ni?a al cole, ocuparse de sus tratamientos de ortodoncia, de la comida, de comprarle los libros... Tiene unos 63 a?os y desde casi dos d¨¦cadas acoge a su nieta, que ahora tiene 23. En los a?os 80, su hijo ingres¨® en la mili y regres¨® ¡°enganchado a la hero¨ªna¡±. As¨ª que Hidalgo, acord¨® con ¨¦l acoger a la peque?a mientras que se recuperara.
Como esta ni?a, son 1.631 los menores que son acogidos por la familia extensa en la Comunidad de Madrid. Se trata de abuelos, abuelas, t¨ªos y hermanos mayores de edad que tiene la guarda de los peque?os. Drogodependencia, privaci¨®n de la libertad, alcoholismo, minusval¨ªas graves, separaciones traum¨¢ticas o simplemente padres que acuerdan dejar a sus hijos con los familiares, son las causas que dan lugar a este tipo de acogimientos. La tutela le corresponde, sin embargo, a la Comunidad.
¡°T¨² acoges a ese menor porque lo quieres proteger de esas situaciones¡±, alega Hidalgo. Esta mujer, de mirada jovial y viva, fund¨® en 2008 Increfam, una asociaci¨®n que ayuda y asesora a familiares en esta situaci¨®n. La mayor¨ªa son abuelas.
¡°Volver a ser madre a los 50, 60 ¨® 70 a?os no es f¨¢cil¡±, asegura Hidalgo. La Comunidad otorga a los familiares acogedores una ayuda de 1.500 euros por el menor, que hay que solicitar. ¡°Hay que estar buscando cuando salen estas subvenciones y las personas mayores muchas veces no se enteran de esto¡± se lamenta Hidalgo.
Pese a ello, los recortes en las ayudas al comedor, en las becas de libros y en las ayudas especiales, hacen que sea poco para estas abuelas que en muchas ocasiones solo cuentan con una pensi¨®n. Al final tenemos que aprender a alargar el sueldo¡±, cuenta Hidalgo.
Loli tiene 56 a?os, es viuda y cobra una pensi¨®n de viudedad de 350 euros. ¡°Trabajo en un colegio como auxiliar de colectividades por horas y gano unos 800 euros m¨¢s, pero llega el verano y el paro. Me cuesta cubrir todos los gastos que necesita mi nieta, los tratamientos de ortodoncia, las gafas, pagar la matr¨ªcula del colegio...¡±.
A los problemas econ¨®micos se unen tambi¨¦n los intergeneracionales. ¡°No es lo mismo educar a los ni?os de antes que a los de ahora. Nosotros ya fuimos padres y a veces cuesta entender que hay que ceder¡±, relata Hidalgo. ¡°Hay que estar pendiente porque ahora se hace de otra forma. Ahora tienes que ense?ar con el di¨¢logo, ser m¨¢s permisivo, pero m¨¢s duro en otras. Y tambi¨¦n ver c¨®mo funciona eso de las redes sociales, donde est¨¢n todo el d¨ªa metidos¡±, dice sonriendo.
Los familiares se ocupan de los peque?os hasta que sean mayores de edad (aunque pueden continuar viviendo con ellos despu¨¦s de esta), o bien, hasta que las causas que dijeron lugar al acogimiento cesen. ¡°Mi hijo ya se ha recuperado, pero est¨¢ de acuerdo que la ni?a siga conmigo¡±, cuenta Hidalgo.
Uno de los grandes miedos a los que se enfrentan estas abuelas es el d¨ªa de la separaci¨®n. Muchas de ellas mantienen una relaci¨®n cordial con sus hijos, que visitan a los peque?os de manera frecuente, pero otras, temen que si regresan con los padres, estos no sepan como cuidar a los peque?os. ¡°Nosotras sabemos muy bien que no somos sus madres y les hacemos saber a nuestros nietos esta situaci¨®n¡±, comenta Isabel, otra abuela acogedora de esta asociaci¨®n cuya hija es drogadicta y en una ocasi¨®n se llev¨® a la menor en una de las visitas. ¡°Me preocupa que ella la tenga¡±, explica angustiada.
Hace unos d¨ªas a Mar¨ªa Jos¨¦ le retiraron la guarda de su nieta Ainhoa de 10 a?os a las que llevaba acogiendo desde que ten¨ªa a?o y medio. ¡°A m¨ª no me molesta que la peque?a regrese con su madre. Tiene todo el derecho, pero en mi caso se hizo de forma repentina y no creo que eso sea bueno para la ni?a¡±, defiende. ¡°Su madre no sabe que es asm¨¢tica y que necesita tratamiento. Ella me la dej¨® hace 10 a?os porque no quer¨ªa hacerse cargo de ella. La ni?a deber¨ªa tener la ayuda de un psic¨®logo¡±, lamenta Mar¨ªa Jos¨¦, de 51 a?os.
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