Bandera y tractor del cooperativismo
Cinco j¨®venes compraron un taller en Vitoria en 1956. Se convirti¨® en el embri¨®n de un gigante En 2010 Mondrag¨®n aport¨® el 3,1% del PIB vasco y el 7,4% del PIB industrial
Los cinco amigos que compraron un taller en Vitoria, en 1956, para empezar a fabricar electrodom¨¦sticos, jam¨¢s pensaron que un d¨ªa ser¨ªa la empresa espa?ola l¨ªder, y la quinta del mundo en el sector del electrodom¨¦stico. Luis Usatorre, Jes¨²s Larra?aga, Alfonso Gorro?ogoitia, Jos¨¦ Mar¨ªa Ormaetxea y Javier Ortubay, compraron el taller Otalora y 56 a?os despu¨¦s ya era un una gran empresa de 5.642 personas con una peculiaridad: muchas de ellas son copropietarias de la firma. En ese tiempo Fagor se ha transformado en la bandera no s¨®lo del cooperativismo vasco, y en el tractor del Grupo Mondrag¨®n, sino en una parte sustancial de un modelo industrial, que tiene en la econom¨ªa social una de sus patas. La Corporaci¨®n Mondragon aport¨® en 2010 el 3,1% del PIB total del Pa¨ªs Vasco y el 7,4% del PIB industrial.
La actual crisis ha demostrado que el modelo social tambi¨¦n es vulnerable
El peque?o taller de Vitoria se traslad¨® a Mondrag¨®n en 1959, ya evangelizado por el sacerdote Jos¨¦ Mar¨ªa Arizmendiarrieta, el ide¨®logo del cooperativismo y fundador de la escuela polit¨¦cnica, el embri¨®n de la Universidad de Mondrag¨®n. Ese mismo a?o registraron la empresa con el nombre de Fagor, pese a que el que de verdad les gustaba era Tagor.
A partir de ah¨ª, el crecimiento ha sido imparable. No han dejado de multiplicar sus n¨²meros a base de alianzas, compras e implantaciones en el extranjero muchas de ellas a base de aumentar la deuda con un grupo fiel de bancos. En 1991 las cooperativas del Grupo Mondrag¨®n adoptaron un nuevo modelo que sustituy¨® la estructura de funcionamiento comarcal. Implantaron una organizaci¨®n sectorial que garantizaba una amplia autonom¨ªa a los grupos financieros, industrial y de distribuci¨®n, aunque dentro de una estrategia global. El tercer congreso, celebrado aquel a?o, aprob¨® tambi¨¦n la creaci¨®n de una sociedad de cartera para el conjunto de la corporaci¨®n, denominada MCC Inversiones, y otra distinta para el grupo financiero, formado por Caja Laboral Popular y Lagun Aro, la entidad cooperativa de previsi¨®n social.
Los fundadores registraron el nombre de Fagor, pese a que el que les gustaba era Tagor
Ya estaban sentadas las bases para crecer. Para entonces, el m¨¢ximo exponente de su poder¨ªo industrial era Fagor. Aquel a?o las exportaciones representaban el 25% del volumen de negocio de todo el grupo. En 1994 Fagor se internacionaliz¨®. Abri¨® en Marruecos una planta de frigor¨ªficos con capacidad para producir 80.000 unidades anuales. Era la primera factor¨ªa de electrodom¨¦sticos que instalaba en el extranjero.
En 1997 era el primer fabricante de Espa?a y el sexto del mundo, y en 1999 dio el salto a Polonia, el pa¨ªs al que puede acabar volcando gran parte de su producci¨®n para todo el continente europeo. En 2003 un 19% de las ventas de la divisi¨®n industrial de MCC eran de Fagor.
En 2005 empezaron los problemas. Tras devorar a la francesa Brandt por 162 millones, m¨¢s de la mitad con financiaci¨®n a cr¨¦dito, lograron el 5,8% de la cuota mundial y una facturaci¨®n de 1.800 millones de euros ¡ªla mitad de Fagor¡ª. Ya ten¨ªan 16 plantas productivas de seis pa¨ªses (Espa?a, Francia, Italia, Polonia, Marruecos y China) y presencia comercial en 100 pa¨ªses.
En 1991 las cooperativas del Grupo Mondrag¨®n adoptaron un modelo que daba m¨¢s autonom¨ªa
Marc¨® uno de los puntos m¨¢s altos de la cooperativa. El cr¨¦dito flu¨ªa y la demanda interna parec¨ªa imparable. Quiz¨¢s por eso todav¨ªa nadie reparaba en que su cat¨¢logo de productos segu¨ªa absolutamente vinculado al sector inmobiliario. Pero en 2005 el pinchazo de la burbuja era solo un espejismo, y la crisis del cr¨¦dito algo impensable. Tambi¨¦n era impensable que recibiera un tir¨®n de orejas por parte de las instituciones vascas, como sufri¨® este mi¨¦rcoles tras presentar el preconcurso. El Grupo empresarial ha tenido un apoyo pol¨ªtico sin reservas. Gozan de todo tipo de beneficios, desde fiscales con tributaciones m¨¢s bajas hasta sociales. El ¨²ltimo acuerdo fiscal entre el PNV y el PSE ¡ªal que se ha sumado el PP¡ª eleva del 4% al 9% la tributaci¨®n sobre sus beneficios. Tampoco ha tributado en el IRPF ¡ªhasta el pasado a?o¡ª el dinero que los cooperativistas reciben cuando dejan de serlo, en funci¨®n de los resultados anuales.
No resultaban extra?as rentas especiales de entre 50.000 y 150.000 euros al jubilarse. Eran los beneficios de toda una vida laboral. La actual crisis ha demostrado que el modelo social tambi¨¦n es vulnerable.
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