Sensualidad y r¨ªtmica en el estilo Ullate

Una de las ense?anzas b¨¢sicas que V¨ªctor Ullate aprendi¨® de su maestro Maurice B¨¦jart es la necesidad de dotar a su conjunto de una personalidad propia, de un lenguaje particular a¨²n adentr¨¢ndose en territorios no del todo nuevos o singulares; la madurez es eso. Y el Ballet de la Comunidad de Madrid que fund¨® y dirige V¨ªctor Ullate y ahora celebra su 25? aniversario con estas funciones en los Teatros del Canal tiene sus rasgos propios. La aventura que ya dura un cuarto de siglo ha pasado por el acad¨¦mico-rom¨¢ntico, el ballet moderno y contempor¨¢neo, el repertorio internacional de nuestro tiempo y las creaciones propias. Como toda cristalizaci¨®n estil¨ªstica, ha tenido patinazos y otras veces notorios hallazgos. El experimento, de paso, ha dado m¨¢s de dos generaciones (casi tres) de bailarines brillantes y directores que son hoy el orgullo espa?ol m¨¢s global junto al del deporte, desde Tamara Rojo a ?ngel Corella, de Luc¨ªa Lacarra y Rut Mir¨® a Carlos L¨®pez y Joaqu¨ªn de Luz. La lista es larga y de m¨¦rito; el crisol es el mismo. Son ramas del ¨¢rbol mejor abonado del ballet espa?ol, se pongan como se pongan los doctores en no reconocer el trabajo ajeno, esa especialidad tan vern¨¢cula y enraizada. En los cimientos est¨¢ Mar¨ªa de ?vila, aunque la burocracia emergente en la profesi¨®n la ignore.

Es obvio que no todo lo que se ha producido en estos 25 a?os es una maravilla indiscutible, pero el valor de la simiente y la escol¨¢stica, el resultado art¨ªstico palpable, es ya motivo de fiesta y halago. Tanto es as¨ª, que a lo largo de estos cinco lustros adem¨¢s, hemos visto un fen¨®meno bejartiano en el hogar Ullate: c¨®mo artistas italianos, franceses, cubanos, rusos o japoneses eran asimilados fluidamente al estilo y al ritmo de la casa. Esta definici¨®n de ¡°personalidad del colectivo¡± la tuvo, en su momento y a sus maneras, tambi¨¦n Duato al frente de la Compa?¨ªa Nacional. Hoy d¨ªa, s¨®lo nos queda Ullate.

Como si de un viaje a la semilla moral se tratara, Ullate para estas celebraciones ha mirado dentro de s¨ª mismo y hacia atr¨¢s, ha buscado hacer s¨ªntesis de sus esencias y su saber acumulativo. ¡°Seguiriya¡± fue compuesto en 2000 sobre la estela triunfante de ¡°Jaleos¡±. No es lo mismo, pero funciona todav¨ªa como una buena carta de presentaci¨®n de la totalidad de la plantilla (hoy d¨ªa, crisis mediante, apenas rozando la veintena de elementos). Es un juego de circularidades que evoca el principio de verticalidad de Vicente Escudero y el universo del solo, como variaciones infinitas en el mismo acento. ¡°Bolero¡±, tambi¨¦n discretamente relacionada con la tradici¨®n bejartiana, est¨¢ bien concebido y bailado en un buen usufructo de la materia musical, ahondando en su sensualidad y r¨ªtmica.

Falt¨® la orquesta y no hay excusas que valgan. Es incomprensible que ni el teatro ni la sensibilidad de ning¨²n gobernante (regional, estatal o astral) se movieran para dotar a Ullate del respaldo sinf¨®nico, habida cuenta de que sonaban Ravel y Beethoven, de que las funciones son un hito de nuestra historia cultural reciente y que las formaciones musicales de la casa Canal, cumplen con nota esta noble funci¨®n cuando se la encomiendan.