Tres a?os y 8 meses de c¨¢rcel para un polic¨ªa local que falsific¨® tres multas
El agente sancion¨® a un conductor con el que ri?¨® por un problema de tr¨¢fico
Un cabo de la polic¨ªa local de El Escorial, en el noroeste de la Comunidad, ha sido condenado a pasar tres a?os y ocho meses en prisi¨®n por un delito de falsedad en documento oficial. El fallo de la Audiencia Provincial considera probado que Francisco Jos¨¦ Campos, de 52 a?os, falsific¨® tres multas de tr¨¢fico a ra¨ªz de tener una discusi¨®n con un vecino, al que tendr¨¢ que indemnizar tambi¨¦n con 2.000 euros. La sentencia le condena, asimismo, a pagar una multa de 3.300 euros. Y le inhabilita como polic¨ªa durante el mismo tiempo.
Los hechos ocurrieron el 10 de junio de 2009. El ahora condenado iba paseando hacia las nueve menos cuarto de la ma?ana con su perro Nico, suelto y sin correa, por la avenida de la Fresneda cuando se cruz¨® con un coche Nissan, que al ver al can fren¨® de forma brusca. Su conductor detuvo el veh¨ªculo y le recrimin¨® desde el interior que lo llevara suelto, adem¨¢s de decirle que pensaba llamar a la polic¨ªa para denunciarle. Ante esto, y seg¨²n la sentencia, Campos sac¨® su placa y se identific¨® como tal: ¡°No te hace falta llamar a la polic¨ªa; yo soy la polic¨ªa. Y ver¨¢s como no se te olvida cuando tengas noticias m¨ªas¡±.
En ese momento, el agente estaba fuera de servicio, pero fue a la comisar¨ªa y extendi¨® tres denuncias contra el conductor, que iba a trabajar: una por conducci¨®n temeraria, otra por ir hablando por el m¨®vil y una ¨²ltima por no llevar el cintur¨®n de seguridad puesto. El importe total ascend¨ªa a 3.000 euros y acarreaba la retirada del carn¨¦. Este conductor dej¨® pasar la primera multa, pero al llegarle las otras dos decidi¨® denunciar al agente.
Campos se invent¨® que el denunciado transitaba de forma temeraria
En el momento de la discusi¨®n no hab¨ªa testigos delante. Campos sostuvo ante el juez que las infracciones existieron, pero calcul¨® que el encontronazo fue hacia las once de la ma?ana. Asimismo, asegur¨® que el conductor se baj¨® del coche y que intent¨® agredirle. Durante el juicio, un testigo situ¨®, sin embargo, a ese vecino en su lugar de trabajo a la hora en que, seg¨²n el polic¨ªa, ocurrieron los hechos, aunque tuvo dudas: no pudo asegurar en la vista que el coche del denunciante no abandonara el taller donde este trabaja.
Seg¨²n la sentencia, Campos ¡°falt¨® de forma consciente a la verdad pues afirm¨® unos hechos inexistentes, contraviniendo as¨ª la finalidad de unos documentos oficiales¡±.
El fallo de la Audiencia Provincial se produjo en junio de 2012. En marzo de 2013, el acusado fue suspendido definitivamente de empleo y sueldo. Antes hab¨ªa recurrido su condena ante el Tribunal Supremo y, posteriormente, ante el Constitucional, que tampoco le dieron la raz¨®n a este expolic¨ªa. El agente pidi¨®, incluso, su indulto ante el Ministerio de Justicia. El denunciante no mostr¨® su conformidad y el Gobierno decidi¨® no concederle esa media de gracia.
As¨ª, deber¨¢ pasar, al menos, la mitad de su condena en un m¨®dulo de funcionarios de la c¨¢rcel de Estremera ¡ªa 62 kil¨®metros de la capital, en el l¨ªmite con la provincia de Guadalajara¡ª donde ingresar¨¢ el lunes. A pesar del fallo, este polic¨ªa sigue sosteniendo que es inocente. A¨²n no se cree, de hecho, que vaya a ir a prisi¨®n.
El expolic¨ªa ingresar¨¢ el lunes en prisi¨®n tras neg¨¢rsele el indulto
Campos pasa sus ¨²ltimos d¨ªas en El Escorial con su mujer, sus tres hijos, de 22, 29 y 33 a?os, sus amigos y sus compa?eros de toda la vida. Lleva 31 a?os como polic¨ªa local en esa localidad de 15.092 habitantes. Y asegura que hasta ahora nunca hab¨ªa tenido ning¨²n problema.
La esposa de Campos, Bel¨¦n Fern¨¢ndez, de 49 a?os, es quien lo est¨¢ llevando peor. ?l demuestra una entereza inusual. ¡°Aunque tiene sus bajones tambi¨¦n¡±, afirma Fern¨¢ndez. Seg¨²n cuenta, se casaron un a?o despu¨¦s de que su marido entrara en la Polic¨ªa. Para entonces ya hab¨ªa nacido su primer hijo, Fran. H¨¦ctor, el mediano, trabaja tambi¨¦n como polic¨ªa local en Navas del Rey. Cristian es el ¨²nico que vive con el matrimono.
El pasado viernes fue la cena de despedida. Un surtido de raciones. Amigos. Compa?eros. Y la familia. ¡°No es un adi¨®s; es un hasta luego¡±, le dijeron. Mientras llega el lunes, Campos aprovecha para pasear con Nico, jugar al front¨®n o hacer papeleos para asegurarse de poder salir si su madre se pone enferma.
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