El regreso del pianista sabio

En los libros del pianista austriaco Alfred Brendel la m¨²sica resuena tras las palabras. Durante m¨¢s de medio siglo, permaneci¨® en la ¨¦lite de los grandes int¨¦rpretes y desde que decidi¨® retirarse de los escenarios, en 2008, imparte conferencias y clases magistrales y escribe ensayos, relatos y poes¨ªa en los que el m¨²sico que nunca podr¨¢ dejar de ser juega con las palabras para transmitirnos su sabia visi¨®n de la vida, el arte y la interpretaci¨®n. De todo ello habl¨®, luciendo su proverbial sentido de humor y fina iron¨ªa, en su fugaz visita a Barcelona, para participar en el ciclo Conversaciones en La Pedrera junto al catedr¨¢tico de Literatura Comparada de la Universitat de Barcelona Jordi Llovet.

Ha vuelto Brendel a Barcelona, ciudad que guarda memoria mel¨®mana de sus inolvidables actuaciones en el Palau de la M¨²sica. Su visita coincide con la publicaci¨®n en Espa?a de su ¨²ltimo libro, De la A a la Z de un pianista que acaba de editar Acantilado. Es un libro sorprendente, divertido y ¨²til, escrito para amantes del piano desde la experiencia y la reflexi¨®n de un m¨²sico venerado por varias generaciones de int¨¦rpretes que naci¨® en 1931 en Wiesenberg (actualmente se encuentra en la Rep¨²blica Checa) y no dej¨® pasar un d¨ªa en su larga carrera sin dejar de explorar cada rinc¨®n de las partituras de Mozart, Beethoven y Schubert, sus compositores favoritos.

?Los j¨®venes pianistas est¨¢n m¨¢s preocupados por la t¨¦cnica que por la m¨²sica?, se le formul¨® ya en el marco guadiniano de La Pedrera. ¡°Todo es cuesti¨®n de tiempo¡±, responde Brendel. ¡°Es la partitura la que debe hablarte y descubrirte sus secretos¡±. Naturalmente, hablando de estrellas medi¨¢ticas, Llovet le pregunta qu¨¦ opina del pianista chino Lang Lang, y lo hace pidi¨¦ndole perd¨®n por ponerle en un aprieto. ¡°Es joven y le deseo lo mejor, pero debe descubrir muchas cosas a¨²n, le he escuchado algunas interpretaciones muy aburridas, pero lo importante es ver c¨®mo evolucionar¨¢, c¨®mo tocar¨¢ dentro de veinte o treinta a?os¡±.

Reconoce Brendel, con la elegancia que siempre le ha caracterizado, siempre y fuera de cualquier tipo de escenario, que no le gustan ni el rock ni el pop: ¡°Son ¨¢mbitos donde no me encuentro c¨®modo, es demasiado ruidosa para m¨ª, es una parte de la m¨²sica que nunca me ha hecho feliz, la verdad¡±. Llovet le apunta que a los j¨®venes les enloquece. ¡°Cierto", responde, ¡°pero que les haga enloquecer no es un signo de calidad¡±.

La m¨²sica, dice, ayuda a vivir mejor. ¡°No malgasto el tiempo hablando del sentido de la vida, la m¨²sica y el arte dan sentido a mi vida. Y la muerte tambi¨¦n¡±, se?ala. S¨®lo se pone muy serio cuando le pregunta Llovet cu¨¢l es su patria y qu¨¦ piensa del patriotismo. ¡°Llevo cuarenta a?os viviendo en Londres y no necesito una patria. El nacionalismo no es para mi, el concepto de pertenecer a un pa¨ªs me resulta ajeno. Recuerdo demasiado a los nazis como para no horrorizarme cuando se ponen el acento en la sangre y la tierra. Los libros, la m¨²sica, el arte, ellos son mi casa¡±.

Hablaron de literatura y arte? -¡°ahora lo que m¨¢s me gusta es releer a los cl¨¢sicos; nunca me canso de Shakespeare o de El Quijote¡±- y de filosof¨ªa. ?Qu¨¦ fil¨®sofo ha escrito sobre m¨²sica de manera m¨¢s sensata?: ¡°Sin lugar a dudas, Schopenhauer, es el que tuvo m¨¢s conexi¨®n con la m¨²sica y adem¨¢s escrib¨ªa maravillosamente, algo que no suele pasar con los fil¨®sofos¡±.

Reconoce que apenas conoce la literatura catalana y cita a Juan Goytisolo; ¡°Pero me han dicho que son tres, as¨ª que debo leer m¨¢s¡±, dice con cierta sorna. Pero donde m¨¢s sorprende Brendel a su interlocutor es con la defensa de lo absurdo, de lo grotesco, ¡°Me parece que el mundo es absurdo, todo es absurdo, hay quienes ven un mundo religioso o pol¨ªtico, yo lo veo absurdo. Me encanta la frontera entre lo macabro y lo grotesco, que ha generado obras maestras de la literatura, el arte, la m¨²sica o el cine. Piense en Luis Bu?uel, que es uno de mis directores favoritos¡±.