Socialdem¨®cratas en apuros
La socialdemocracia europea ha sido incapaz de proponer una alternativa viable al pensamiento econ¨®mico ¨²nico que nos gobierna
Admitamos que la socialdemocracia europea ha sido incapaz de proponer una alternativa viable al pensamiento econ¨®mico ¨²nico que nos gobierna. Solo as¨ª podr¨ªa entenderse c¨®mo ¨¦ste, que fue el principal responsable de esta crisis, pretenda adem¨¢s sacarnos de ella siguiendo sus propias reglas; con total naturalidad, sin que note resistencia alguna por parte de quienes ten¨ªan la responsabilidad de forzar un cambio radical en la forma que el mundo gestiona los asuntos econ¨®micos.
En realidad, desde finales de los a?os noventa, viene observ¨¢ndose, a nivel mundial, el mismo fen¨®meno que ya se produjo en el interior de los estados en la mitad del siglo XX. Tras constatar entonces que el mercado nacional, no s¨®lo era casi inexistente en numerosos sectores de actividad, sino que cuando exist¨ªa, generaba fallos clamorosos en la asignaci¨®n de los recursos, poniendo en duda su proclamada eficiencia, los estados descubrieron que sin una regulaci¨®n que garantizara la libre competencia, la provisi¨®n de bienes p¨²blicos, y la transparencia en la informaci¨®n, imprescindible para la toma de decisiones por los agentes privados, aquellos, sencillamente, no funcionaban. O la pol¨ªtica gobernaba la econom¨ªa, o los mercados acabar¨ªan con ella. Es m¨¢s, desde Adam Smith sabemos que uno de los objetivos prioritarios de las empresas suele ser, precisamente, eliminar a los competidores, para alcanzar una c¨®moda situaci¨®n de monopolio. ?A qui¨¦n queremos enga?ar?
En ¨¦pocas de crisis, adem¨¢s, la intervenci¨®n del Estado, a trav¨¦s del gasto p¨²blico estabilizador y los sistemas fiscales progresivos, garantizaba un suelo para la recesi¨®n, evitando que ¨¦sta se mantuviera en ca¨ªda libre durante mucho tiempo.
El problema es que tras la llegada de la globalizaci¨®n, la preeminencia del componente financiero sobre la ¡°econom¨ªa real¡±, y la interconexi¨®n mundial de los mercados, las crisis tienen ahora tambi¨¦n un alcance global, que sin embargo no encuentran equivalente desde el lado de la pol¨ªtica. Ni el G-8, ni el G-20, ni el FMI, ni la UE, han sido capaces de gobernar la situaci¨®n, bien por intereses ideol¨®gicos o econ¨®micos dispares, bien por la ausencia de fortaleza institucional para abordar fen¨®menos tan complejos y difusos.
Pero el problema m¨¢s grave quiz¨¢ haya sido la ausencia, cuando m¨¢s se le necesitaba, de un pensamiento socialdem¨®crata articulado capaz de influir en la gobernanza mundial, proponiendo soluciones responsables, equitativas, y sobre todo, estructurales, para afrontar una situaci¨®n tan grave y de ra¨ªces tan profundas. As¨ª, mientras entre la poblaci¨®n se extiende como la p¨®lvora el mantra de que solo los partidos conservadores saben manejar la econom¨ªa, los socialistas europeos se encierran en el interior de sus fronteras, esperando que pase la crisis para poder recuperar su ¡°imagen de marca¡± y volver a reinar en el ¨¢mbito de ¡°lo social¡±. Un error que en Europa, en Espa?a, y tambi¨¦n aqu¨ª, en la Comunidad Valenciana, van a pagar muy caro. Al tiempo.
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