Impresiones demasiado fuertes
El flujo de las noticias se sucede al ritmo de un guion que oscila entre la propaganda y el esperpento
El clima de propaganda envuelve los bar¨®metros econ¨®micos e informativos gubernamentales cuando procuran datos (llam¨¦mosles as¨ª) sobre el estado de la crisis que vivimos desde hace ya demasiado tiempo. Impresiones demasiado fuertes son las que causan diciendo que estamos saliendo de la recesi¨®n, a pesar de que no vemos m¨¢s que lo mismo: falta de trabajo, pobreza creciente, emigraci¨®n de los j¨®venes en una direcci¨®n y de los emigrantes en otra, hacia sus pa¨ªses o qui¨¦n sabe hacia d¨®nde, y m¨¢s. Uf. Pero hay un peque?o colectivo que no lo tiene mal. Un colectivo catal¨¢n, protegido por nuestro Govern. Una buena noticia, por fin: Catalu?a blindar¨¢ los sueldos de los directivos sanitarios frente a los recortes.
Es un colectivo de unas 50 personas, leo en este peri¨®dico. El Servei Catal¨¤ de la Salut est¨¢ dispuesto a saltarse la normativa del Govern respecto de los empleados p¨²blicos y, en el caso de sus altos mandos sanitarios, hacer la vista gorda. Una no sabe c¨®mo interpretar todo esto, m¨¢s all¨¢ de los vientos c¨ªnicos que soplan en las altas esferas: al mismo tiempo, la Generalitat acaba de congelar en un 5,3% el presupuesto de salud. Para quienes no somos directivos sanitarios, o sea, todos excepto 50 personas, se impone un ejercicio duro: admitir que la buena noticia no lo es tanto. Y rogar que no debamos ir ni al m¨¦dico ni al hospital.
Una no sabe c¨®mo interpretar todo esto, m¨¢s all¨¢ de los vientos c¨ªnicos que soplan en las altas esferas
Puede ser higi¨¦nico relacionar estas novedades del sistema sanitario ¡ªlos sueldos blindados de los altos cargos y el nuevo recorte sanitario¡ª con otra de los ¨²ltimos d¨ªas: los altos beneficios de la banca, un 79,3% m¨¢s hasta septiembre que el a?o pasado. Fabuloso. Esta s¨ª que es buena noticia, qu¨¦ har¨ªamos si la banca no ganara tanto como gana despu¨¦s de los muchos dineros que le hemos dedicado. Aire fresco en estos tiempos en que casi todas las noticias son malas.
Y si digo que las impresiones son demasiado fuertes me refiero a las gentes que, ya nos dispensar¨¢n, no siempre sabemos afrontar con astucia los tiempos. No es que saltando de una cosa a otra, de una buena-mala noticia a la otra, nuestras mentes y corazones se sosieguen. No es eso, se trata de adquirir fortaleza frente a los hechos. Un d¨ªa, pongamos, se publican las listas de la revista Forbes de los m¨¢s ricos en Espa?a y en Catalu?a. Entre los catalanes, uno de los m¨¢s de los m¨¢s es el due?o de la Damm, Demetrio Carceller. Una empresa que se caracteriza por estar patrocinando actividades en, entre otros, el ¨¢mbito de la cultura de masas, entre ellos destacados programas sat¨ªricos de la tele, los ¡°polacos¡± y dem¨¢s. Y al cabo de unas horas, la noticia es que los Carceller, padre e hijo, est¨¢n encausados por evasi¨®n de impuestos y blanqueo de capitales. La fianza impuesta es de 764 millones de euros. Me parece poco en relaci¨®n, no al delito (el juez sabr¨¢ lo que hace), sino a los muchos millones que los Carceller poseen, cifra que no me voy a molestar en buscar porque, la verdad, no hace falta cargar m¨¢s las tintas.
Ni quiero marearles a ustedes, que siguen las noticias y compran el diario. Pero hay d¨ªas y semanas en que es dif¨ªcil dejar de manifestar que son demasiadas las fuertes impresiones que debemos soportar.
?Ha entrado el ¨²ltimo caso de los Mossos en El Raval en mejor calibre judicial? Esper¨¦moslo. Hemos visto muchas pel¨ªculas americanas sobre malas praxis policiales, pero aqu¨ª nos tenemos que limitar a ver los v¨ªdeos que graban los vecinos.
Otras preguntas, m¨¢s inc¨®modas a¨²n, se me agolpan, imagino que a ustedes tambi¨¦n. Si no hay v¨ªdeo, a partir de ahora, ?no se podr¨¢ poner en tela de juicio una actuaci¨®n policial sospechosa? Si la sociedad civil es capaz de salir en manifestaci¨®n ultramasiva para pedir un Estado propio, ?por qu¨¦ no lo hace cuando sus fuerzas del orden golpean y golpean a un detenido?
Y el difunto Juan Andr¨¦s Ben¨ªtez, sistem¨¢ticamente presentado como empresario del Gayxample. Un mantra de los titulares acompa?ado a menudo de referencias a sus musculados b¨ªceps. Cuidadito con el cuerpo, vaya. Descanse en paz Juan Andr¨¦s Ben¨ªtez, muerto hace un mes en una calle de El Raval rodeado de mossos y de vecinos armados con c¨¢maras filmadoras. Descanse en paz mientras su familia y amigos esperan el juicio y la sentencia. Descanse en paz mientras esperamos que el jefe de los Mossos, Manel Prat, dimita o sea cesado en su cargo.
Y para terminar este ¨¢cido e incompleto recuento, el ministro Wert de nuevo. Pasar de una muerte accidental en manos de la polic¨ªa, o de que nos dicen que estamos saliendo de la recesi¨®n, a pretender liquidar las becas Erasmus en pleno curso, aunque le hayan hecho rectificar, parece el guion de un esperpento. Pero as¨ª son las noticias. Se suceden en el flujo de los titulares y de las pantallas de esa manera, o como propaganda o como esperpento. Las dos cosas a la vez a menudo.
Merc¨¨ Ibarz es escritora.
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