La muceta y la ampolla de sudor
Est¨¢ muy visto lo de meter al bailar¨ªn o figura performativa en una jaula de cristal
Los elementos formales de este solo no son demasiado originales, pues muy visto est¨¢ lo de meter al bailar¨ªn o figura performativa en una jaula de cristal. Ya la pintura de Francis Bacon antes, ha sido pasto argumental de varios core¨®grafos, pero aqu¨ª el cierto y discreto m¨¦rito est¨¢ en la asunci¨®n de un lenguaje de expresi¨®n extrema y en el uso de la amplificaci¨®n del suelo del cubo transparente y el juego al eco. En la urna hay una poltrona.
Primero el artista se desviste de la ropa civil (vaquero, jersey y zapatillas) y solo con gayumbos (esos que apasionaban al pintor, pero sucios) entra en el cuadril¨¢tero de exhibici¨®n, la peana o vitrina del juicio p¨²blico. All¨ª se pone alba, roquete y c¨ªngulo (m¨¢s o menos estilizados) y sobre ellos, una muceta p¨²rpura. Una perorata (incomprensible) en lat¨ªn evoca las hist¨®ricas bulas de Inocencio X; en su mano lleva una cadena con dije, quiz¨¢s evocaci¨®n de la que el papa retratado regal¨® a Vel¨¢zquez (por compromiso diplom¨¢tico, pues el retrato no le gust¨® nada).
La pl¨¢stica se constri?e al espacio de la urna, se alude al Bacon (y por ende, al vel¨¢zquez), al grito, pero una vez superado el impacto inicial, el asunto flaquea. Sobra metraje y la performance parece venir de ¨¦pocas pasadas, con literales referencias al G¨®lgota y el martirio.
Diario de una crucifixi¨®n
Coreograf¨ªa y escenograf¨ªa: Tino Fern¨¢ndez; m¨²sica: Vivaldi, Mozart y Camilo Giraldo; vestuario: Servando D¨ªaz; luces: Humberto Hern¨¢ndez. Compa?¨ªa L'Explose. Teatro Pradillo. Hasta el 7 de noviembre.
Bacon se obsesion¨® con el vel¨¢zquez y lo recre¨® casi medio centenar de veces; en 2003 una soberbia versi¨®n estuvo expuesta en el IVAM de Valencia. Aqu¨ª el core¨®grafo busca en el barroco sus asideros metaf¨®ricos: la castraci¨®n y la veneraci¨®n de la reliquia, momento clave de la pieza y quiz¨¢s su raz¨®n de ser, su intento de permanencia, inspir¨¢ndose en ese excelso momento de la casquer¨ªa santificada (la recogida del sudor), aquel furor que se desat¨® desde Roma por cientos de huesos de m¨¢rtires, decenas de trocitos del prepucio de Jes¨²s ni?o o astillas del madero de la cruz. Las s¨¢banas santas se crearon en esta ¨¦poca. Ir¨®nico o no, el cuadro de Bacon es eso tambi¨¦n, una reliquia que se burla de s¨ª misma y advierte. Aqu¨ª son los movimientos de la cabeza del bailar¨ªn contra el cristal: a fin de cuentas, fue Bacon el inventor seminal de las cabezas borradoras.
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