Los secuestradores liberan al m¨¦dico portugu¨¦s en Ponteareas
Antonio Veloso se present¨® por su propio pie en una vivienda y pidi¨® ayuda
En cuanto Saturnino Marcos Cerezo Cancelas, Canceli?as, sali¨® de la c¨¢rcel el pasado octubre, la polic¨ªa no tard¨® en tener noticias de ¨¦l. Primero ajust¨® cuentas con un par de viejos rivales a tiro limpio y, a continuaci¨®n, regres¨® al carrusel de gasolineras y coches robados que le convirti¨® en carne de prisi¨®n. Pero el jueves subi¨® un pelda?o m¨¢s de su escalera delictiva. Esta vez fue un secuestro, el del portugu¨¦s Antonio Veloso, perpetrado seg¨²n la polic¨ªa por Canceli?as y su compinche ?lvaro Miguel dos Santos, un caco de medio pelo del que se ha hecho acompa?ar en sus ¨²ltimos golpes. Secuestrado y secuestradores iniciaron un periplo a bordo del coche de Veloso para huir de la polic¨ªa. La angustia concluy¨® para la v¨ªctima hacia las 20 horas de este viernes, cuando fue liberado en Ponteareas (Pontevedra).
Veloso fue soltado por sus raptores en el monte Galleiro de este municipio al sur de Vigo, y fue caminando por su propio pie hacia el barrio de A Portela, en la parroquia de Padr¨®ns (Ponteareas), donde llam¨® a una casa pidiendo ayuda. La Guardia Civil lo traslad¨® a la Comandancia de Pontevedra una hora despu¨¦s, donde ya le aguardaba su familia. El m¨¦dico se encuentra en buen estado de salud pero pas¨® un reconocimiento m¨¦dico, y hoy prestar¨¢ declaraci¨®n. La Guardia Civil despleg¨® agentes en todas las salidas de la provincia para interceptar a los delincuentes hu¨ªdos.
El secuestro se ejecut¨® 24 horas antes en Arcos de Valdevez, una localidad portuguesa ubicada a 50 kil¨®metros de Espa?a. Canceli?as y su c¨®mplice, que ya hab¨ªan robado esa tarde un par de coches en distintas localidades del pa¨ªs vecino, abordaron a su v¨ªctima en el aparcamiento de un hipermercado. El secuestrado es un m¨¦dico de una conocida familia portuguesa, viudo y con un hijo. Se trata de una persona muy popular en la localidad donde se produjo el secuestro, en la que trabaj¨® durante varias d¨¦cadas en el centro de salud, seg¨²n inform¨® el peri¨®dico portugu¨¦s P¨²blico.
Lo primero que hicieron los delincuentes tras el secuestro fue sacar dinero en un cajero autom¨¢tico con las tarjetas de Veloso, para seguir a continuaci¨®n rumbo a Galicia, donde antes de la medianoche pararon para repostar en una estaci¨®n de servicio. Gracias al retrato robot difundido por la polic¨ªa tras los ¨²ltimos atracos de Canceli?as, el empleado que les atendi¨® lo reconoci¨® y avis¨® a la Guardia Civil. A partir de ah¨ª, la versi¨®n oficial es confusa. Al parecer, unos guardias civiles que se encontraban de paisano en la gasolinera siguieron el Mercedes hasta perder su pista en las sinuosas carreteras del monte Aloia, en Tui. Se estableci¨® entonces un infructuoso dispositivo de b¨²squeda en todo el entorno.
El hijo de Antonio Veloso se desplaz¨® a Tui para seguir el rastreo, aunque la polic¨ªa de Portugal tambi¨¦n particip¨® en las pesquisas. Fue la Guardia Nacional Republicana del pa¨ªs vecino la que inform¨® por la tarde de la implicaci¨®n de una tercera persona en el secuestro pero que no pas¨® la frontera con sus dos c¨®mplices.
El dispositivo policial se fue ampliando progresivamente a todo el sur de la provincia de Pontevedra. En la b¨²squeda participaron varias patrullas con el apoyo de un helic¨®ptero, mientras la Guardia Civil instalaba un control permanente en el puente internacional de Tui. Canceli?as no es ning¨²n desconocido para la polic¨ªa. Nacido hace 45 a?os en Ver¨ªn, aunque afincado en el municipio de Mos, lim¨ªtrofe con Vigo, acumula m¨¢s de 50 detenciones. Sus principales golpes los ejecut¨® en los noventa, cuando asalt¨® sucesivamente tres oficinas bancarias, por lo que fue condenado en 1997. Pero adem¨¢s de por reincidente y peligroso, al presunto secuestrador se le conoce por su habilidad para la fuga.
En una ocasi¨®n logr¨® escaparse de los calabozos judiciales, pero la m¨¢s espectacular de sus evasiones ocurri¨® en la c¨¢rcel de Vigo a la semana de ingresar. Simul¨® un altercado, y aprovechando el desconcierto de los vigilantes, sali¨® a pie por la puerta principal, abierta para un funcionario. Ya en la calle, par¨® un BMW, sac¨® a su conductor y emprendi¨® la fuga rumbo a Portugal.ar un altercado.
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