Bares con doble vida
En Madrid hay locales que no son lo que parecen, al menos durante unas horas al d¨ªa. Una tienda o una agencia pueden servir copas y cenas. Hay que saber encontrarlas
De d¨ªa, el local de Celia Montoya es una tienda de decoraci¨®n. Se puede encontrar todo tipo de objetos originales: desde l¨¢mparas hechas de bol¨ªgrafos, piezas desmontables de estilo rococ¨®, teteras con rostro, hasta la escultura de una cabra en tama?o real. A partir de las cinco de la tarde, sin embargo, tres camareros ataviados con un coqueto mandil reciben al visitante y le ofrecen unas copas. Los clientes se pueden sentar en cualquiera de los objetos que hay en la tienda. Tambi¨¦n en la cabra. Este local se llama Kikekeller, y como ¨¦l, en Madrid hay algunos otros que tienen una doble vida. Por el d¨ªa desempe?an la funci¨®n de tiendas o estudios de arquitectura y, por la noche, ofrecen al cliente la oportunidad de cenar. Experiencias culinarias con un toque clandestino.
¡°La idea es que d¨¦ una sensaci¨®n de estar como en casa y que cuando se convierta en un bar no se tengan que acomodar las piezas¡±, comenta Montoya. Desde hace casi 10 a?os esta tienda se dedica a la venta y promoci¨®n de productos de decoraci¨®n. Esa fue, al menos, la ideal inicial de Montoya y su marido, los due?os del lugar.
Para darse a conocer Kikekeller organiza exposiciones mensuales y eventos para varios clientes. Poco a poco, ella y su marido tuvieron que ir ¡°transformando la locura¡± del mobiliario y de las piezas en algo m¨¢s. ¡°Nos dimos cuenta de que en las exhibiciones la gente se sent¨ªa muy a gusto y se sentaba en los muebles¡±. De esta observaci¨®n naci¨® la idea de convertirlo en algo m¨¢s. Pero la esencia, dice esta mujer, se mantiene. ¡°Esto no es un garito, sino un espacio de decoraci¨®n y arte donde adem¨¢s te puedes sentar a tomar una cerveza mientras le echas un vistazo a los objetos¡±, dice Montoya.
De jueves a s¨¢bado, desde las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche, Kikekeller tiene en sus puertas a tres j¨®venes y ¡°atractivos camareros¡± para que sirvan bebidas. ¡°No tenemos una barra como tal, porque no le quer¨ªamos dar ese aspecto. Tambi¨¦n llegamos a pensar en dar comidas, pero no quer¨ªamos que el olor impregnara nuestro local¡±, cuenta. Los precios de las bebidas var¨ªan. Se pueden encontrar cervezas, incluso artesanas, a partir de los cuatro euros. Las copas pueden costar unos ocho y el vino cuatro. ¡°El objetivo es que la gente disfrute mientras ve la tienda. Igual a las dos cervezas empiezas a apreciar m¨¢s cosas¡±, dice sonriendo.
Sin llegar a ser clandestinos ni ilegales, el ¨¦xito de este tipo de locales radica en ese toque de secretismo. Una tendencia que surgi¨® en Estados Unidos y cuyo traslado a Espa?a comenz¨® en Barcelona, donde los locales de este tipo son m¨¢s numerosos. Otras ciudades, como San Sebasti¨¢n, tambi¨¦n est¨¢n integrando estas tendencias.
En Madrid, uno de los pioneros y m¨¢s conocidos es probablemente el restaurante Asiana, en la traves¨ªa de San Mateo. Se trata de una tienda de antig¨¹edades por el d¨ªa que, por la noche, se transforma en un peque?o restaurante. En las siete mesas que est¨¢n montadas entre varios objetos antiguos de colecci¨®n se puede disfrutar de la alta cocina mediterr¨¢nea con toques asi¨¢ticos.
La estrategia de marketing consiste en el silencio. La idea es no anunciarse como restaurante secreto y que sea el mismo cliente el que descubra la doble vida de estos locales. Incluso, el curioso que intente meterse en sus p¨¢ginas web, descubrir¨¢ que no es sencillo enterarse de las dos funciones que ofrecen.
"?C¨®mo nos conociste?", pregunta Natalia Prado, algo extra?ada porque desde la agencia de publicidad donde trabaja como relaciones p¨²blicas, no suele publicitarse como un restaurante.
Dommo lleva unos 10 a?os funcionando como agencia de publicidad. Y desde 2008 introdujo un exclusivo comedor para ocho personas,?Dommokitchen, donde solo se puede acudir por invitaci¨®n. Para conocerlo hay que adentrarse en los pasillos de la empresa. ¡°Esto comenz¨® porque se hac¨ªan comidas para anunciantes y empezaron a solicitarlo cada vez m¨¢s¡±, dice Prado, quien recalca que la asistencia a este restaurante es ¨²nicamente por invitaci¨®n y que las reservas que se hacen se toman como solicitudes.
Adem¨¢s de esta exclusiva forma de comer,?Dommokitchen tambi¨¦n tiene otro tipo de actividades, todas relaciones con la cocina. ¡°Antes hac¨ªamos cursos de cocina por tem¨¢ticas, como comida japonesa o para ni?os. Lo hemos dejado, pero tenemos pensado retomar estos cursos¡±, comenta. La exclusividad se nota tambi¨¦n en los precios que cierran con los clientes. Un men¨² puede llegar a costar unos 100 euros.
Otros restaurantes, en cambio, se esconden por las calles de Madrid, pero pretenden llegar a m¨¢s p¨²blico.
Esto le pasa a La Traviesa o conocida tambi¨¦n como ¡°el Arquibar¡±. Ubicada en la Traves¨ªa de Conde Duque cualquiera que pase por ah¨ª puede observar un modesto lugar con varios muebles antiguos en su interior. Al entrar, la historia cambia. ¡°Funcionamos como un estudio de arquitectura por el d¨ªa (La Traviesa) y luego somos una cafeter¨ªa donde tambi¨¦n se pueden comer sandwiches o ensaladas (este es el como el Arquibar)¡±, dice Elisa Fern¨¢ndez, una de las dos due?as del lugar junto con Ana Cabellos.
Estas dos chicas, de unos 30 a?os, ten¨ªan un estudio de arquitectura con dos plantas donde trabajaban. Un d¨ªa se dieron cuenta de que hab¨ªa curiosos que se acercaban a preguntar si se pod¨ªa tomar un caf¨¦. ¡°A las personas les hac¨ªa gracia la decoraci¨®n que tenemos con muebles antiguos. Adem¨¢s, como no hab¨ªa letreros, la gente pensaba que era una cafeter¨ªa¡±. Por todo esto y tambi¨¦n ¡°para echarse una ayuda econ¨®mica¡± decidieron convertir su lugar de trabajo habitual en un negocio m¨¢s.
¡°Aqu¨ª cocinamos todo nosotras, yo me encargo de una parte de los platillos y Ana hace las tartas¡±. Aunque apenas abri¨® en enero, la recepci¨®n de la gente ha sido bastante buena. ¡°La mayor¨ªa hacer reservas para venir. Lo bonito de esto es que tiene una atenci¨®n de saloncito¡±.
El lugar no importa
El secretismo culinario tambi¨¦n toma otras formas. A veces solo hace falta una direcci¨®n y una hora. El lugar importa menos. Las cocinas clandestinas abren sus puertas de vez en cuando, y solo para unos pocos.
Arturo Castillo ofrece su tel¨¦fono y una cena en su propio piso o en el de los clientes. A trav¨¦s de su p¨¢gina de Facebook, lacasitabio, la gente lo puede llamar y reservar una cena personalizada. ¡°La idea es hacer un restaurante legal, pero en el intento hace falta mucho dinero, obras, etc. Y la pasi¨®n por la comida es tan grande que me decid¨ª a hacerlo de esta forma¡±, dice Castillo, dominicano que lleva unos 10 a?os en Madrid.
Castillo ofrece cenas con productos biol¨®gicos basados en la cocina ayurv¨¦dica, basada en una medicina tradicional hind¨². ¡°Es una buena opci¨®n porque no es caro¡ªlos platos oscilan entre los 18 y los 30 euros¡ª y te ayuda a rentabilizar en aparatos dom¨¦sticos¡±.
Los restaurantes ¡®secretos¡¯ de Madrid
- Kikekeller. Tienda de decoraci¨®n. Corredera Baja de San Pablo, 17. Funciona como local de lunes a s¨¢bado de 12.00 a 15.00. Como garito y local de jueves a s¨¢bado, desde las 17.00 hasta las 9.00. S¨¢bados de 12.30 a 21.30.
- Asiana. Tienda de antig¨¹edades. Traves¨ªa de San Mateo, 4. Para comprar objetos antiguos funciona de 13.00 a 16.30. De 20.30 a 24.00 solo se dan cenas.
- La Traviesa / Arquibar. Estudio de arquitectura y cafeter¨ªa. La Traviesa de Conde Duque, 5. Como cafeter¨ªa abre de martes a viernes, de 17.00 a 21.3o. Los viernes hasta la 1.00. S¨¢bados y domingos, de 10.30 a 14.30 y de 17.00 a 1.00 (hasta las 21.30 en domingo). Lunes, cerrado.
- Dommokitchen. Agencia de publicidad. Antonio Maura, 4. Tiene un comedor para ocho comensales. Funciona solo por invitaci¨®n y las reservas realizadas se toman como solicitudes. El horario de comidas debe ser gestionado con la agencia.
- La casitabio. Cenas clandestinas que se hacen en el piso del cocinero o en el de los clientes. Se utilizan exclusivamente productos ecol¨®gicos.
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