M¨¢s de una d¨¦cada de camino torcido
Las primeras cuentas sospechosas se detectaron en la UGT de C¨¢diz en 2001
?Cu¨¢ndo empez¨® todo? ?Cu¨¢ndo se torci¨® el camino? ?Cu¨¢ndo empezaron a ir las cosas mal? Algunos miembros de UGT en C¨¢diz no tienen dudas en se?alar 2001, cuando se conoci¨® que tres miembros de UGT, dos secretarios de la federaci¨®n de Ense?anza y una secretaria, hab¨ªan sido suspendidos al detectarse una deuda de 240.000 euros. Hab¨ªa gastos sin justificar, facturas de dudosa garant¨ªa y m¨¢s de 6.000 euros gastados sin recibos. Dimitieron cuando era todav¨ªa secretario provincial, Carlos Dorante. Aguant¨® en el cargo una d¨¦cada hasta que fue sustituido por Pedro Custodio Gonz¨¢lez en mayo de 2002.
La etapa de Dorante fue relativamente tranquila, aunque no estuvo exenta de algunos sobresaltos como los de los tres miembros suspendidos o el inicio de la investigaci¨®n de los cursos organizados por la Fundaci¨®n Tripartita para la Formaci¨®n en el Empleo (Forcem). Se investigaba entonces el verdadero uso que se hab¨ªa hecho de m¨¢s de 100 millones de euros de financiaci¨®n para cursos de formaci¨®n continua. Una de las l¨ªneas de una investigaci¨®n realizada en toda Espa?a se centr¨® en el papel que tuvo UGT en las lecciones impartidas en Jerez.
Tras la marcha de Dorante, fue elegido en un congreso el candidato no oficialista, Pedro Custodio Gonz¨¢lez, a quien los cr¨ªticos fueron terminaron ech¨¢ndole al divulgar gastos suntuosos en restaurantes, gasolineras, m¨®viles y bares de copas. Fue denunciado por los cauces internos pero ¨¦l prefiri¨® marcharse antes, as¨ª que no se tom¨® ninguna medida en su contra. UGT salt¨® por los aires en C¨¢diz y la direcci¨®n regional opt¨® por una gestora que entonces, mayo de 2010, presidi¨® el ahora secretario regional, Francisco Fern¨¢ndez.
Seis meses despu¨¦s, contra pron¨®stico, Salvador Mera gan¨® el congreso provincial. Fueron los primeros meses muy reivindicativos pero ya el funcionamiento interno del sindicato estaba tocado. Los recursos empezaron a agotarse y, tras haber promovido decenas de protestas contra la reforma laboral del Gobierno de Rajoy, a Mera no le tembl¨® el pulso en aplicarla ¨¦l mismo contra 26 compa?eros a los que despidi¨®. El secretario provincial adujo motivos econ¨®micos pero los despedidos se sintieron v¨ªctimas de una ¡°caza de brujas¡±. No se callaron. Mientras acud¨ªan a los tribunales, divulgaron m¨¢s gastos superfluos, por ejemplo, en sobresueldos para el propio Mera. ¡°Son campa?as de la derecha medi¨¢tica¡±, se defend¨ªa. Pero sab¨ªa que el enemigo lo hab¨ªa tenido en casa.
La detenci¨®n de Mera por el caso de los ERE aviv¨® esas diferencias nunca resueltas. El sindicato volv¨ªa a saltar por los aires. La direcci¨®n regional impon¨ªa una nueva gestora. Al igual que en ocasiones anteriores, no actu¨® ni atendi¨® los requerimientos de la ejecutiva provincial para resolver los conflictos antes de que estallaran. El camino de UGT en C¨¢diz sigue sin enderezarse.
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