El kil¨®metro cero de la cultura
El C¨ªrculo de Bellas Artes, una referencia en Madrid para intelectuales y artistas, recibe cada vez menos ayudas de las administraciones Su soluci¨®n pasa por explotaci¨®n comercial de sus salas para otras actividades
Entre las noticias que apuntalan el declive cultural de Madrid ¡ªlos cierres de cines y teatros, la ausencia de grandes conciertos y el IVA del 21%¡ª la crisis en el C¨ªrculo de Bellas Artes tiene algo de simb¨®lico. El centro cultural sigue siendo un punto de encuentro por el que pasa todo el mundo de la cultura can¨®nica del pa¨ªs, un lugar de arte, pensamiento e ideas. Los problemas econ¨®micos que sufre no lo colocan por ahora en una situaci¨®n insuperable, seg¨²n se?ala su director, Juan Barja, pero s¨ª hacen que el mundo de la cultura se hayan activado todas las alarmas.
¡°El C¨ªrculo es el primero de los c¨ªrculos conc¨¦ntricos de la cultura en Madrid¡±, explica por tel¨¦fono el escritor gallego Manuel Rivas, uno de los habituales del centro cultural cuando vivita la capital. ¡°Es ese lugar al que van a parar los viajeros m¨¢s o menos n¨¢ufragos. Cuando se dice eso de qu¨¦ libro te llevar¨ªas a una isla, yo dir¨ªa m¨¢s bien a qu¨¦ isla te llevar¨ªan los libros. Creo que los libros te llevan al C¨ªrculo. Para m¨ª que est¨¦ crisis refleja el declive cultural de Madrid¡±, concluye el escritor, que resalta la capacidad del centro de acoger a gente de todas las edades y est¨¦ticas.
Esa idea casi de kil¨®metro cero de la cultura no es un mal resumen para explicar la preocupaci¨®n que sienten estos d¨ªas otros muchos asiduos del centro tras enterarse de los rumores que hablan del despido de un 15% de la plantilla y el cierre de su radio. Esta semana adem¨¢s, el PP ha bloqueado una iniciativa del PSOE en el Congreso, apoyada por todos los grupos pol¨ªticos, para ayudar con 500.000 euros al C¨ªrculo.
El C¨ªrculo en cifras
El C¨ªrculo de Bellas Artes es una entidad sin ¨¢nimo de lucro que cuenta con 3.000 socios.
La mayor parte de su financiaci¨®n sale de sus socios, del alquiler de sus salas, del cobro de entradas y de los actos que organiza.
El presupuesto actual es de 4,6 millones de euros. De esa cantidad, la Comunidad aporta 150.000 euros y el Gobierno central, 120.000. El Consistorio, que antes destinaba 200.000, no aporta nada desde hace dos a?os.
Actualmente la plantilla es de 71 personas. La plantilla prevista para 2014 es de 61, seg¨²n consta en el proyecto de presupuestos generales de la Comunidad de Madrid para 2014.
¡°Las cosas no est¨¢n tan mal, pero es cierto que hemos sufrido la crisis como todo el mundo¡±, comenta Juan Barja, que desmiente que haya nada decidido todav¨ªa sobre posibles despidos o el cierre de la radio o el cine.
En su despacho de la quinta planta, el director del C¨ªrculo repasa algunos art¨ªculos de prensa sobre la encrucijada en la que se encuentran. ¡°Somos un lugar p¨²blico, no estatal, pero s¨ª p¨²blico¡±, dice Barja, que hace esa precisi¨®n varias veces durante la conversaci¨®n. Quiere decir que el C¨ªrculo es una entidad cultural privada sin ¨¢nimo de lucro abierta a todo el mundo y que nunca ha estado sostenida por las Administraciones. En 2008, el centro recib¨ªa un 27% del presupuesto en ayudas de las tres Administraciones, Ayuntamiento, Comunidad y Gobierno. El presupuesto entonces era de 8,3 millones de euros. Actualmente es de 4,6 millones y Comunidad y Gobierno solo aportan un 5%. El Ayuntamiento no pone un euro. El resto salen de la venta de entradas, alquiler de salas y las cuotas de sus 3.000 socios.
¡°El compromiso de este a?o seguir¨¢ para el a?o que viene con la misma cantidad de 150.000 euros. Es un lugar importante para el tejido madrile?o¡±, se?ala un portavoz de la Consejer¨ªa de Cultura de la Comunidad de Madrid. Esta instituci¨®n destinaba 1,5 millones de euros en el a?o 2008.
Barja insiste en que el C¨ªrculo no est¨¢ en una situaci¨®n de peligro inminente pero se?ala las dificultades de mantener una programaci¨®n de primer nivel en un edificio emblem¨¢tico pero cuyo mantenimiento tiene un alto coste. ¡°El C¨ªrculo necesita a este pa¨ªs y este pa¨ªs necesita al C¨ªrculo¡±, declara Barja. El director resalta la importancia del centro, no solo para Madrid, sino para el pa¨ªs. ¡°Este centro es una rara avis que surge a partir de la iniciativa privada¡±. Lugares comparables en otros puntos de Espa?a quiz¨¢ solo se encuentren en Catalu?a con el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona. En Francia, por ejemplo, el centro Pompidou es totalmente estatal.
Esa singularidad est¨¢ presente desde sus or¨ªgenes. La instituci¨®n fue fundada en 1880 por un un grupo de artistas y aficionados a las bellas artes que buscaban vender all¨ª directamente sus obras. Durante el siglo XX formaron parte de la directiva personajes como Jacinto Benavente o Carlos Arniches. Picasso asisti¨® como alumno a sus clases de puntura y Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n frecuent¨® sus salones. La sede actual del C¨ªrculo se inaugur¨® en 1926. En los a?os ochenta fue cuando el centro experiment¨® su aut¨¦ntica apertura al p¨²blico y se convirti¨® en un lugar que miraba al extranjero y a expresiones e ideas alternativas al pa¨ªs que se acababa de dejar atr¨¢s.
El C¨ªrculo es hoy un lugar para la considerada alta cultura que tiene que alternar sus aspiraciones de atender las inquietudes art¨ªsticas e intelectuales del p¨²blico con la explotaci¨®n m¨¢s comercial de su inmenso edificio. ¡°Es evidente que tenemos que hacer m¨¢s incidencia en una relaci¨®n con la sociedad¡±, se?ala Barja. El director pone como ejemplo que, adem¨¢s de cine, debates, presentaciones de libros y exposiciones como la de Martin Cirino o la del misterioso fot¨®grafo Burton Norton, el C¨ªrculo alquila sus salas y se ha abierto un restaurante en la terraza que lleva cinco meses funcionando.
Extrabajadores del C¨ªrculo se?alan que quiz¨¢ el Centro se haya centrado demasiado en la cultura m¨¢s elitista y que es necesaria una gesti¨®n m¨¢s empresarial que consiga mantener el centro vivo. Se?alan adem¨¢s que en los ¨²ltimos a?os previos a la crisis se hab¨ªa aumentado excesivamente el gasto y ponen como ejemplo el aumento del n¨²mero de trabajadores. De las 60 personas que trabajaban en 2004 se pas¨® a 120 en 2008. Esa cifra ha tenido que reducirse en los ¨²ltimos tiempos a 71.
Barja insiste en la cantidad de trabajadores y medios que se necesitan para sacar adelante el centro y mantener el nivel. El director muestras los cat¨¢logos de algunas exposiciones de los ¨²ltimos a?os que han tenido reconocimiento y visitas. Unas 200.000 personas asistieron en 14 sedes de todo el mundo a la dedicada al pensador Walter Benjamin. ¡°Hemos conseguido llevar m¨¢s de 30 exposiciones a otros pa¨ªses. La de Benjamin fue novedosa porque se trataba de una exposici¨®n sobre un pensamiento con soportes audiovisuales y digitales¡±.
El director repasa el estado de la instituci¨®n con un ¨²ltimo mensaje que habla de la perversi¨®n de un lenguaje en que el que el dinero destinado a la cultura se considera subvenci¨®n y el que se destina a otros sectores recibe otros nombres como ¡°incentivos¡±, ¡°ayudas¡± o ¡°concertaci¨®n¡±. ¡°No me gusta la imagen que se da de la cultura en la que parece que siempre se est¨¢ pidiendo dinero. No es as¨ª. Y un ejemplo es el C¨ªrculo, que siempre ha sabido conseguir financiaci¨®n para salir adelante¡±, concluye.
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