La realidad de la violencia de g¨¦nero
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud en su informe anual sobre estos casos habla de epidemia
I. D. mat¨® a su pareja Irina, de 28 a?os. Atraves¨® su cuerpo de ocho pu?aladas por la espalda y a su hijo Sergio, de nueve meses, de cuatro m¨¢s el 28 de mayo de 2004 a las 16.15. Irina estaba amamantando a Sergio. Previamente cogi¨® dos cuchillos de la cocina para asegurar sus golpes certeros. Sergio fue trasladado en brazos de su madre mortalmente herida al domicilio de una vecina, donde falleci¨®.
I. D. pudo llevar a cabo su plan certero, preciso y cobarde de acabar con las dos vidas. Antes se cercior¨® de que Irina viera morir a su hijo Sergio en sus brazos. Ocurri¨® media hora antes de que su madre lo hiciera. Antes de morir, Irina tuvo plena conciencia de que su hijo hab¨ªa sido asesinado por su padre. ¡°I. D. mantuvo en todo momento y hasta su detenci¨®n una aptitud de frialdad de ¨¢nimo, no socorriendo a sus v¨ªctimas y estando apoyado en el quicio de la puerta de la vivienda, sonriendo con una de las armas blancas en la mano¡±. Hechos estos recogidos en la sentencia firme que le conden¨®. Sus v¨ªctimas ten¨ªan heridas previas, signos de la violencia del maltratador en sus constantes agresiones y vejaciones.
Declar¨® no ser responsable de los hechos ¡°porque estaba enfermo¡± y aleg¨® que unas voces se repet¨ªan en su mente pidi¨¦ndole que los matase. Hoy cumple condena de 37 a?os. La sentencia le hizo responsable de todos los actos sin admitir ning¨²n tipo de atenuaci¨®n. Recoge expresamente que I. D. pose¨ªa agresividad y frialdad afectiva sin ning¨²n tipo de sintomatolog¨ªa.
Me encuentro hoy con Luva Petrova, madre de Irina y abuela de Sergio. Han pasado ya nueve a?os desde esta escena y siete del juicio que compartimos y que desarroll¨® una amistad posterior entre nosotras. Me recuerda el tiempo de la ausencia de ambos. Veo en ella a una mujer en lucha constante desde ese 28 de abril. Pienso c¨®mo se puede sobrevivir a la violencia de g¨¦nero y encuentro en Luva la respuesta. Recordamos hoy a Sergio e Irina a trav¨¦s de las fotos que conserva de ellos llenos de vida. Ahora para ti Luva, que est¨¢s delante de m¨ª, van mis palabras, que es lo que puedo ofrecerte. Mi respeto y mi homenaje por tener fuerzas para dedicarme una sonrisa de cari?o y de recuerdos. Personas como Luva arrastran la tragedia de la violencia de g¨¦nero de por vida. T¨² representas todas las familias rotas por los asesinatos a mujeres con nombre de feminicidio y que desde 2003 hasta finales de 2012 han sido 658 en Espa?a, de las que 134 lo han sido en Andaluc¨ªa. Ocho de ellas, en 2012.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud en su informe sobre violencia de g¨¦nero anual habla de epidemia: cuatro de cada 10 asesinatos a mujeres los cometen sus parejas. Un tercio de las mujeres ha sufrido o sufrir¨¢ esta violencia en su vida de pareja. En la misma proporci¨®n han sido o ser¨¢n agredidas sexualmente. Adem¨¢s, tendr¨¢n un 1,5% m¨¢s de posibilidades de adquirir enfermedades de transmisi¨®n sexual o VIH y de presentar un aborto si son agredidas en el embarazo por su pareja. La violencia a la mujer afecta a la mitad de la humanidad, averg¨¹enza a sus Estados, deja en absoluta indefensi¨®n a la mujer cuando no est¨¢ protegida y se desarrolla en todos los pa¨ªses. El derecho a la igualdad ser¨¢ siempre relativo mientras no sea real y no comprometa a la integridad de la mujer, porque la igualdad es el eje donde se conectan y tienen sentido los dem¨¢s derechos. Y no hay mayor desigualdad que la que atenta contra la igualdad. Cualquier Estado, cualquier ley, cualquier persona debe dignificar en cada acto que realice a la igualdad para que esta sea real y efectiva. Sin cuestionarla. Y ese es el ¨²nico camino de la justicia y de la paz social, esa paz que le debemos a Luva y a las personas que ella representa. Nos faltan Irina y Sergio. Hoy Sergio tendr¨ªa nueve a?os e Irina, 37. Y esta es la realidad de la violencia de g¨¦nero. No la cuestionen.
Flor de Torres Porras es fiscal delegada de Andaluc¨ªa de violencia a la mujer y contra la discriminaci¨®n por identidad sexual
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