¡°La zorra de tu amiga sangra mucho. Dale el relevo, no vaya a desangrarse¡±
Cuatro guardias del aeropuerto de Santiago se querellan contra su jefe por vejaciones y acoso
¡°Las zorras como t¨² solo val¨¦is para follaros¡±. ¡°Agu¨¢ntate y te tragas lo que vomites¡±. ¡°El Inem abre a las nueve, as¨ª que a partir de ahora no vas a tener que madrugar¡±. Multitud de frases de este tenor, incluso en t¨¦rminos m¨¢s procaces y amenazantes, figuran en la querella criminal que cuatro guardias jurados del aeropuerto de Lavacolla, en Santiago, han presentado contra su jefe inmediato, el coordinador de seguridad de las instalaciones.
?Los trabajadores, tres mujeres y un hombre, delegado de la Confederaci¨®n Intersindical Galega (CIG), hacen un exhaustivo relato ¡ªcon fechas y horas muy concretas¡ª de las vejaciones que aseguran que han sufrido en los tres ¨²ltimos a?os. La querella acusa al coordinador de seguridad de delitos contra los derechos de los trabajadores, acoso laboral y omisi¨®n del deber de socorro. Algunas de las denuncias est¨¢n documentadas con correos electr¨®nicos, informes m¨¦dicos o los propios partes diarios que elaboran los vigilantes del aeropuerto. Tanto los denunciantes como el querellado pertenec¨ªan hasta el pasado mes de julio a la empresa Eulen y, desde entonces, han pasado a la firma Segurib¨¦rica, que ha heredado la concesi¨®n y ha subrogado los contratos de toda la plantilla anterior. Consultada por este diario, Segurib¨¦rica ha declinado hacer comentarios.
Del prolijo relato de los trabajadores ¡ªque ayer comparecieron en rueda de prensa para dar cuenta de la querella criminal¡ª resultan especialmente brutales los testimonios de Ofelia Lema. La denuncia atribuye en buena medida la persecuci¨®n contra esta mujer a su condici¨®n de lesbiana. Lema relata, por ejemplo, que el 11 de julio de 2011 sufri¨® en el trabajo un fuerte golpe en un dedo y fue obligada a permanecer m¨¢s de hora y media en su puesto, pese a que ten¨ªa el miembro inflamado y sufr¨ªa fuertes dolores y mareos. Finalmente, asegura, fue autorizada a interrumpir su tarea laboral con un grito del coordinador de seguridad: ¡°Que se largue de una puta vez¡±.
En otra ocasi¨®n, Lema avis¨® de que se encontraba mal y hab¨ªa vomitado. La reacci¨®n del jefe, seg¨²n su versi¨®n, fue: ¡°Agu¨¢ntate, y como se te ocurra pedirle a un compa?ero o cuestionar mi autoridad, te tragas lo que vomites¡±. Tambi¨¦n afirma que otro d¨ªa que ten¨ªa un pie inflamado recibi¨® como respuesta: ¡°Ponte a la pata coja y si te pesa el culo, te sientas¡±. Pero el relato m¨¢s crudo de la mujer es el que se refiere a lo ocurrido el 8 de enero de 2013, cuando, seg¨²n ella, pidi¨® autorizaci¨®n para ir al ba?o ya que estaba con la menstruaci¨®n. La querella asegura que el jefe le dijo a otra compa?era: ¡°La zorra de tu amiga sangra mucho. Vete all¨¢ a relevarla, no vaya a ser que se desangre¡±.
Una queja constante de los trabajadores es que se les impide acudir al ba?o. Lema sostiene que ahora debe informar al jefe de sus periodos menstruales a fin de que, en esos d¨ªas, se relajen las condiciones para poder ir al servicio. El tambi¨¦n denunciante y delegado de la CIG Jos¨¦ Luis Castro cuenta que, el pasado 21 de marzo, estuvo durante m¨¢s de 45 minutos advirtiendo de que ten¨ªa urgencia para ir al ba?o hasta que acab¨® orin¨¢ndose encima.
Otra de las empleadas, B. G. C., fue diagnosticada de ansiedad y depresi¨®n en noviembre de 2012 por el servicio de psiquiatr¨ªa de su mutua laboral. Esta trabajadora tambi¨¦n declara que el jefe le espet¨® en una ocasi¨®n: ¡°Las zorras como t¨² no val¨¦is m¨¢s que para follaros¡±. Los vigilantes firman que denunciaron varias veces los hechos a la anterior y la actual empresa concesionaria, as¨ª como a responsables del aeropuerto, sin obtener respuesta.
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