Oda a la periferia
El escritor, que acaba de publicar ¡®La habitaci¨®n oscura¡¯, alaba el papel de los barrios de extrarradio
1. El pueblo de Hortaleza. Mantiene el casco hist¨®rico de su pasado como pueblo, de cuando estaba alejado de Madrid. Aunque ahora se ha unido a la urbe, sigue con su trazado de plaza, iglesia, casas bajas¡ Te hace sentir en un espacio propio y pensar en cuando las calles de alrededor eran un huerto. A¨²n sale la gente a tomar el fresco por la noche. Yo tengo mi casa por aqu¨ª y solo voy al centro de vez en cuando.
2. La UVA de Hortaleza. Estas viviendas construidas en el tardofranquismo son un caso contradictorio: tienen premios de arquitectura y, al mismo tiempo, fueron hechas con car¨¢cter provisional. Eran casas poco habitables, con aspecto carcelario, y la gente ha conseguido tener una vida digna.
3. Carabanchel o Vallecas. A pesar de encontrarse en puntos cardinales diferentes, se sienten muy pr¨®ximos. Es como si hubiera una Internacional de los barrios. Al segundo voy menos de lo que me gustar¨ªa y me paso por la librer¨ªa Muga, que es un foco cultural y de agitaci¨®n. Tambi¨¦n me gusta La Casa del Barrio de Carabanchel, un centro social como La Uni¨®n de Hortaleza. Organizan debates y grupos de consumo responsable. (Avenida de Carabanchel Alto, 64)
4. Los bordes de la M-40. Alrededor de la carretera a¨²n quedan restos de campo. Desde Fuencarral a El Pardo o desde Las Tablas a La Moraleja hay ¨¢reas de bosque con riachuelos. Los rebordes que no marcan ning¨²n final, lo que significa que todav¨ªa puedes salir andando de la ciudad. Los aprovecho para ir en bici, comer por ah¨ª¡
5. Entrada a Madrid desde el Sur. A¨²n conservo el recuerdo de la llegada a la ciudad desde el sur que tantas veces hac¨ªa. Seg¨²n ibas dejando los espacios deshabitados aparec¨ªan a cada lado las orillas urbanas. Sol¨ªa entrar por la zona de contenedores de M¨¦ndez ?lvaro y ve¨ªa las filas de v¨ªas y un mont¨®n de edificios que correspond¨ªan a almacenes o f¨¢bricas. Ahora han ido demoliendo para construir urbanizaciones, pero a¨²n queda en pie alguno, protegido.
6. Calle Hortaleza. Pas¨¦ mucho tiempo viviendo en esta calle. Era mi peque?o mundo. Va desde Gran V¨ªa a Alonso Mart¨ªnez y posee una mezcla fant¨¢stica de comercios antiguos y modernos. Incluso tienen en el medio una iglesia, la de San Ant¨®n.
7. El Cementerio Civil. Est¨¢ al lado del de La Almudena, separado del religioso municipal. Soy muy de pasear por los cementerios y este me parece especialmente interesante. En ¨¦l te puedes encontrar a l¨ªderes de la Primera Rep¨²blica y a ciudadanos que por convicciones personales deciden ser enterrados all¨ª. Uno de los ¨²ltimos que lo eligi¨® fue Marcelino Camacho, el fundador de CC OO. (Avenida Daroca, 90)
8. La Colina de los Chopos. Es donde est¨¢ la Residencia de Estudiantes. Al lado de la Escuela de Ingenieros Industriales y el Museo de Ciencias Naturales. Posee el recuerdo de una Espa?a que pod¨ªa haber sido y no fue. Un pa¨ªs ilustrado con una atm¨®sfera abierta e innovadora.
9. Trattoria Pizzeria A Fenestella. Es un local muy peque?o, con una carta b¨¢sica, donde se come la mejor pasta. Y al dente, no demasiado hervida, como en muchos otros sitios. (Calle Torquemada, 25)
10. Calle Santa Isabel. Me encanta el ambiente de esta calle y las vistas a las bajadas de Zurita o Tres Peces. Me gusta mucho el mercado de Ant¨®n Mart¨ªn y el tri¨¢ngulo que se forma con la calle Argumosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.