La guerra del agua estalla en Rascafr¨ªa

Vecinos que se niegan a pagar la factura de agua, hojas en los negocios para recoger firmas o panfletos con recomendaciones como no firmar ning¨²n contrato individual con el Canal, evidencian el malestar general que padece Rascafr¨ªa, en pleno valle del Lozoya. Una gran parte de sus ciudadanos se ha movilizado contra el convenio firmado entre el Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, y el Canal de Isabel II Gesti¨®n en junio de 2012 por el que el pueblo ha traspasado a la empresa p¨²blica la distribuci¨®n, depuraci¨®n y alcantarillado por 50 a?os. El municipio mantiene la aducci¨®n o toma de agua (un 40% del total de la factura) y recibe una participaci¨®n del 0,000612 del capital de la sociedad.

En Rascafr¨ªa el agua era casi gratis. Hasta ahora. Los grifos del pueblo serrano se alimentan directamente del r¨ªo Lozoya y para el esfuerzo veraniego ¡ªsus 1.890 habitantes se multiplican por tres¡ª se toma agua de varios manantiales. Los vecinos pagaban una tasa fija anual independientemente del consumo. Una vivienda abonaba 45 euros, cantidad que se incrementaba para el que tuviera parcela en 0,30 c¨¦ntimos por metro cuadrado y llegaba a los 200 en caso de tener piscina. Para los comercios la cantidad era de unos 250 euros.

Pero, al tiempo, el consumo era disparatado. Seg¨²n los c¨¢lculos municipales, un vecino de Rascafr¨ªa utiliza de media 1.000 litros de agua al d¨ªa, mientras que en Espa?a la media es de 160 litros.

Hab¨ªa que poner freno a este dispendio. Algo en lo que coinciden equipo de Gobierno y vecinos. Era necesario proveer a cada casa de un contador. La alcaldesa, Ana Garc¨ªa Masedo, celebr¨® una consulta en la que particip¨® un tercio de los vecinos. Finalmente, los residentes eligieron que el Canal gestionase el agua y no el Ayuntamiento o una empresa privada. Pero ahora los vecinos afirman que las preguntas estaban redactadas de ¡°forma liosa¡± y mal explicadas. El descontento estall¨® cuando recibieron las primeras facturas (mayo de 2013). Los vecinos sostienen que ¡°no hay argumentos ni econ¨®micos, ni t¨¦cnicos, ni sociales que justifiquen este acuerdo¡±.

Los abonados vieron como el coste del agua se multiplicaba por tres, por cuatro y en algunos casos por siete con respecto a lo que abonaban antes. Seg¨²n los c¨¢lculos de la plataforma ciudadana que se ha formado para reivindicar que el municipio contin¨²e con la gesti¨®n del agua, los 45 euros que pagaba una vivienda con cuatro personas se han transformado en 138; los 260 de un comercio en 1.800 euros; y los 270 de un bloque de cinco inmuebles m¨¢s un comercio en 1.469.

¡°Estamos de acuerdo en que no se pod¨ªa seguir como est¨¢bamos¡±, sostiene un portavoz de la plataforma. ¡°Con lo que discrepamos es con dar la gesti¨®n al Canal. ?Por qu¨¦ no pod¨ªamos seguir haci¨¦ndolo nosotros?¡±, se pregunta. A su alrededor, otros vecinos asienten. Recuerdan que con este acuerdo se ha perdido el control total de la gesti¨®n, y que ya no ser¨¢ el pleno municipal quien fije las tarifas, sino el Canal. La empresa aplica los mismos precios en todos los municipios.

La alcaldesa afirma que el sistema anterior era ¡°insostenible¡±. ¡°Cada vecino gastaba lo que quer¨ªa e ineficiente porque no cubr¨ªamos gastos, el acuerdo con el Canal es el mejor para el pueblo¡±. Lo dice al mismo tiempo que recuerda que fue su grupo pol¨ªtico el que llev¨® ante el Tribunal Constitucional un recurso de inconstitucionalidad contra la privatizaci¨®n del Canal de Isabel II que este admiti¨® a tr¨¢mite. Indica tambi¨¦n que la empresa instala los contadores sin coste para los vecinos y que en dos a?os comenzar¨¢ la renovaci¨®n de la red de alcantarillado a hierro de fundici¨®n, que ahora es de uralita y PVC. ¡°Y nos condonan la deuda por depurar las aguas residuales que el pueblo nunca hab¨ªa pagado¡±.

Unas razones que no logran convencer a todos los vecinos, que llevan unas 1.000 firmas recogidas para presentar una moci¨®n en el pleno de rechazo al convenio. ¡°Nosotros tenemos que ser garantes para que el agua llegue bien a Madrid, tenemos que cuidar el medio, no se puede instalar casi ninguna industria. Nos gustar¨ªa pagar lo que cueste llevarla al grifo, pero ya est¨¢. Los contadores eran necesarios, porque hab¨ªa abusos, aver¨ªas ocultas. Lo que queremos es que la alcaldesa denuncie el convenio¡±, dicen los reclamantes.