En el camino nos encontraremos
En recuerdo del periodista y escritor Enrique Cerd¨¢n Tato
Cuentan las cr¨®nicas de los diarios del pasado domingo que el escritor, periodista, cronista, historiador, maestro y otras tantas cosas, Enrique Cerd¨¢n Tato, se apag¨® para siempre el s¨¢bado, como si la voz, el grito y la palabra siempre tenue, como al o¨ªdo, sin revuelta ni insidia, pudiera apagarse nunca.
Sab¨ªamos de su ¨²ltima lucha, esa que don Enrique, como todas sus luchas, como toda su vida, llev¨® bravo, sin aspavientos pero sin tregua. De hecho, nos falt¨® en algunas citas importantes porque andaba en la lucha final. Por eso hoy, con la serenidad que dan los d¨ªas pasados, hemos cre¨ªdo conveniente recordarle y comprometernos, desde la concejal¨ªa de Cultura de Orihuela, ese pueblo que tanto fue suyo, con su eterna memoria.
Una memoria que nos lleva hasta el cine Riacho, en el lejano 1972, en aquel primer homenaje a Miguel Hern¨¢ndez hecho de ilusiones, gritos rotos, miedos y esperanzas. O al de los Pueblos de Espa?a, de 1976, en el que la voz ronca de don Enrique quiso levantarse por encima de tantas voces entremezcladas con cantos y carreras delante de la Guardia Civil y la polic¨ªa municipal. Aquel homenaje, quiz¨¢ fue el que fundi¨® para siempre al cronista de la ciudad de Alicante con esta tierra. Aquellas pinturas en el barrio de San Isidro, que vivi¨® intensamente y que tan solo pudo imaginar recuperadas, fueron parte de sus pinturas y colorearon tantas veces su voz y su memoria que solo por eso merece don Enrique nuestro homenaje.
Pero hay m¨¢s, mucho m¨¢s. Los valientes y esclarecedores p¨¢rrafos sobre Orihuela y sus gentes en el ensayo La lucha por la democracia en la provincia de Alicante, la cr¨®nica en EL PA?S De la paloma atada y otras realidades, el sorprendentemente recio y tierno a un tiempo preg¨®n de los Armaos, decenas de charlas, conferencias y recuerdos que don Enrique nos trajo siempre que alguien de Orihuela repicaba en su puerta, siempre abierta a este pueblo del que no le dolieron prendas en criticar sus miserias y ensalzar sus grandezas.
Unos de sus ¨²ltimos regalos, como siempre hechos de verdad y de rigor, fue el descubrimiento y la publicaci¨®n del sumario abierto a Miguel Hern¨¢ndez en paralelo al redactado en Madrid por sus paisanos de Orihuela.
Algunos a¨²n recuerdan cuando en la primavera de 1976, mientras don Enrique trataba de sacar de los calabozos a un grupo de j¨®venes oriolanos detenidos tras una frustrada conferencia ¨Cconcierto en un solar pr¨®ximo a la estaci¨®n de ferrocarril, prevista al alim¨®n entre ¨¦l y la cantautora Araceli Ba?uls, un funcionario "pollo", seg¨²n ¨¦l mismo lo describe en sus cr¨®nicas, le advert¨ªa de lo ilegal del grito de libertad de aquella tarde de calor primaveral. don Enrique le espet¨®: ¡°Arrieros somos y en el camino nos encontraremos¡±.
Aquel funcionario del tardofranquismo, termin¨® siendo un reconocido hernandiano. Y sobre el solar donde don Enrique pretend¨ªa levantar su voz por el poeta de ¡°tu pueblo y el m¨ªo¡±, hoy se levanta un monumento a Miguel y el Paseo Vientos del Pueblo. Lo dicho: ¡°¡y en el camino nos encontraremos¡±.
Antonia Moreno es primera teniente de alcalde y concejal de Cultura de Orihuela
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