¡°Un macroproceso puede ser ingobernable y no es efectivo¡±
El responsable del ministerio p¨²blico lamenta que la precariedad del sistema impida investigaciones de un cierto nivel y que, en algunos casos, la sanci¨®n por corrupci¨®n sea "irrisoria¡±
El nombramiento de Juan Carlos L¨®pez Caballero (Sevilla, 1956) como fiscal jefe de M¨¢laga se hizo p¨²blico el 21 de marzo de 2012, justo el d¨ªa en que Juli¨¢n Mu?oz declaraba ante el tribunal del caso Malaya por los supuestos sobornos que habr¨ªa cobrado del cerebro de la trama, Juan Antonio Roca. El exalcalde ha sido absuelto de este delito de cohecho en la sentencia del macrojuicio por corrupci¨®n en Marbella y su condena se ha limitado a dos a?os de prisi¨®n por fraude. Es un ejemplo del sabor que ha dejado uno de los fallos m¨¢s medi¨¢ticos de la historia judicial reciente: 131 a?os para 52 condenados, de 95 personas que fueron juzgadas. Anticorrupci¨®n reclamaba 490 a?os.
Pregunta. ?Est¨¢ medianamente satisfecho con la sentencia del caso Malaya?
Respuesta. No ha sido conforme a nuestras peticiones y ya hemos anunciado que la intenci¨®n es recurrir. No me parece que haya sido adecuada.
P. ?Qu¨¦ se recurrir¨¢?
R. El recurso de casaci¨®n se interpone por la fiscal¨ªa del Tribunal Supremo, si lo considera oportuno. Mi funci¨®n est¨¢ en emitir un informe sobre los aspectos que entiendo que son susceptibles de ese recurso.
P. ?Para qui¨¦n pedir¨¢ que se agraven las penas?
R. A¨²n estoy elaborando el informe. Est¨¢ en fase de estudio y preparaci¨®n, la sentencia es extensa[A]. Como hay procesados que han tenido una pena menor de la que hab¨ªamos pedido, y otros absueltos, prefiero no contestar hasta que la fiscal¨ªa del Supremo manifieste cu¨¢les son los t¨¦rminos del recurso. Para no crear ni falsas expectativas ni inquietudes a?adidas.
P. La sentencia reproduce la tesis de la fiscal¨ªa, pero las penas han sido bastante menores que las que se ped¨ªan. ?Qu¨¦ ha pasado?
R. El n¨²cleo esencial de la acusaci¨®n est¨¢ reflejado, tanto que se trata de un caso de corrupci¨®n generalizada prolongado en el tiempo como el enriquecimiento de una persona [ROCA]por la posici¨®n de dominio que ten¨ªa en ese Ayuntamiento. Las discrepancias sobre la responsabilidad penal expresada y fundamentada en la sentencia se sustentan b¨¢sicamente en principios de interpretaci¨®n jurisprudencial, como el de in dubio pro reo [en caso de duda se falla a favor del reo]. Donde se estima que no ha habido prueba suficiente se decanta por la absoluci¨®n. Quiero trasladar que es una discrepancia habitual en la pr¨¢ctica diaria de los tribunales, no es algo excepcional. Por la notoriedad del caso se ha destacado de forma m¨¢s expresiva, pero esas discrepancias entre acusaci¨®n y sentencia est¨¢n a la orden del d¨ªa.
P. ?Entiende la decepci¨®n ciudadana y que la gente piense y diga que robar sale barato?
R. Con lo que me sorprendo a veces es con el reproche impl¨ªcito que se trasluce en esta cr¨ªtica. No del ciudadano, sino de quien tiene el deber y el derecho de informar. ?Por qu¨¦ hab¨ªa expectativas? ?Por qu¨¦ es el proceso tan medi¨¢tico? Pues porque exist¨ªa inter¨¦s para la opini¨®n p¨²blica de manifestar todos los pormenores de esta investigaci¨®n.
Un fiscal circunspecto y reivindicativo
Juan Carlos L¨®pez Caballero fue designado fiscal jefe de M¨¢laga en marzo de 2012 tras recibir 10 de los 11 votos del Consejo Fiscal. Se midi¨® a otros cinco aspirantes. El resultado evidenci¨® el consenso para poner al frente de una de las fiscal¨ªas m¨¢s complejas del pa¨ªs a una persona que hab¨ªa actuado durante a?os contra la corrupci¨®n cuando la opini¨®n p¨²blica a¨²n no era realmente consciente de la cantidad de delitos que se pod¨ªan cometer en una administraci¨®n p¨²blica.
Desde 2004 era el delegado de la fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n en M¨¢laga y durante los seis a?os anteriores se encarg¨® de los delitos de Medio Ambiente. Nunca se ha cansado de reivindicar m¨¢s personal funcionario y el apoyo en las investigaciones de expertos en asuntos econ¨®micos y polic¨ªas especializados para luchar contra la delincuencia organizada, muy presente en la provincia en pr¨¢cticamente todas sus versiones.
Su primer destino fue Santa Cruz de Tenerife y trabaj¨® en Sevilla, aunque se asent¨® muy pronto en M¨¢laga, a mediados de la d¨¦cada de los ochenta. Aficionado a la guitarra espa?ola y al golf, es un hombre de pocas palabras que se muestra t¨ªmido ante los focos. No ha podido evitar las c¨¢maras desde el estallido del caso Malaya, en marzo de 2006, aunque su actitud est¨¢ muy alejada del perfil propio de un fiscal estrella. Adem¨¢s de las labores propias del cargo de jefe del ministerio p¨²blico, contin¨²a con los casos que llev¨® en Anticorrupci¨®n que a¨²n est¨¢n pendientes de juicio.
De su forma de ser dio pistas ¨¦l mismo durante su puesta de largo como fiscal jefe. ¡°Lo sabe todo, absolutamente todo. Fig¨²rense lo tonto que ser¨¢¡±, dijo en un momento del discurso, citando a Miguel de Unamuno. ¡°El hombre que siente mucho, habla poco¡±, apunt¨® tambi¨¦n, rememorando en esta ocasi¨®n a Plat¨®n.
L¨®pez Caballero reivindica una Justicia del siglo XXI en medios e instalaciones, pese a ser consciente de los recortes por la crisis. ¡°Para hacer una Justicia de calidad hay que hacer una gran inversi¨®n¡±, apunta.
P. ?Entonces la culpa la tienen los medios? ?Son los que crean esas expectativas?
R. No. Pero la expectativa que se frustra se genera por la informaci¨®n que se da sobre el asunto. Hay que leerse la sentencia. La frustraci¨®n se produce porque las penas son muy inferiores a las pedidas por las acusaciones y habr¨¢ que ver cu¨¢l es el motivo. No he visto un an¨¢lisis de una cierta entidad sobre el fondo de la sentencia. Porque ah¨ª est¨¢n las claves. Otra cosa es que lo comparta, que naturalmente que no, pero hay unas explicaciones. Es un juicio que se ha seguido en los medios de comunicaci¨®n y pese a eso, no ha habido un an¨¢lisis un poco m¨¢s profundo de la sentencia. ?Las expectativas? Si retomamos la historia de casos parecidos¡ En el caso Camisetas ped¨ªamos prisi¨®n y se sald¨® con inhabilitaci¨®n. En Saqueo 2 se ha absuelto a m¨¢s del 50% de los implicados y las penas han sido menores. Es la din¨¢mica normal de la acusaci¨®n que se confronta con las defensas y los tribunales deciden. Siempre, o casi siempre, hay discrepancias. ?Por qu¨¦ en este caso hab¨ªa m¨¢s expectativas que en otro? Esto forma parte, lo digo con todo respeto, de la opini¨®n publicada.
P. Los investigadores, bien Polic¨ªa o Guardia Civil, tambi¨¦n pueden crear expectativas.
R. Eso forma parte de la misma din¨¢mica. ?Qui¨¦n dice cu¨¢l es el caso m¨¢s grande de corrupci¨®n? ?Saqueo 1, Saqueo 2, Malaya, G¨¹rtel, ERE? Ni he visto a un jefe o a un compa?ero ni a un magistrado decir que este es el caso de corrupci¨®n m¨¢s grande. Supongamos que es un responsable pol¨ªtico o el Ministerio del Interior el que lo afirma, suele ser en el inicio de la investigaci¨®n. Desde el principio hasta lo que despu¨¦s se concreta hay un trecho. Siempre hay un padre y una madre de esta situaci¨®n. Pero Malaya no es un caso de saqueo, ah¨ª se examinaban unas responsabilidades determinadas. ?Qui¨¦n ha creado la expectativa de que robar en Marbella sale barato en relaci¨®n a Malaya? Pues quien haya dicho que se trataban esos casos de saqueo que no est¨¢n en Malaya. Es una operaci¨®n muy importante y muy seria contra un caso de corrupci¨®n, como dice la sentencia, generalizada en esa corporaci¨®n.
P. ?Ayuda la fiscal¨ªa a crear esas expectativas?
R. Es indudable que la fiscal¨ªa toma una postura ante un acontecimiento delictivo. Y naturalmente, esto son perspectivas. En el supuesto de corrupci¨®n generalizada que se establece indiciariamente por las pruebas que aporta el equipo de investigaci¨®n, en este caso formado por polic¨ªas y la Agencia Tributaria, se llega a la decisi¨®n de imputar la figura m¨¢s grave en el ¨¢mbito del cohecho. Eso es discutible, ha sido objeto de juicio y la sentencia no lo comparte, tiene otra visi¨®n.
P. ?Se va a recurrir la parte del fallo que acuerda destinar el dinero decomisado y las multas a saldar la deuda de Marbella con el Estado?
R. Habr¨¢ que estudiarlo. En principio, el destino de las multas y de los bienes objeto de comiso es el Estado, seg¨²n el C¨®digo Penal.
P. No es habitual que un tribunal dictamine en este sentido.
R. No es normal, pero tambi¨¦n se explica en la sentencia por qu¨¦ se hace [para resarcir por los perjuicios por la corrupci¨®n]. Habr¨¢ que estudiar si es una decisi¨®n correcta desde el punto de vista legal. Pero hay que esperar al recurso.
P. Recurrir eso ser¨ªa impopular.
R. No creo que el sentido de la sentencia sea obtener popularidad en ese sentido. Es un pronunciamiento que no ha sido habitual, de hecho, no conozco ninguno, pero eso no quiere decir que sea insostenible. Habr¨¢ que analizarlo bien, ver si hay alg¨²n precedente. La interpretaci¨®n tiene tambi¨¦n siempre un momento de inicio.
P. En Malaya ha habido 95 procesados. El caso de los ERE, en instrucci¨®n, supera los 120 imputados. ?Cu¨¢l es su experiencia en macrosumarios?
R. Un macroproceso nunca es efectivo. Estas causas, a veces, incluso se hacen ingobernables, desde el punto de vista de la investigaci¨®n y de la acusaci¨®n. Hacen falta equipos, aqu¨ª no tenemos esa mentalidad y es una de las grandes deficiencias de nuestro sistema de enjuiciamiento actual. Por eso, por la precariedad del propio sistema, no se pueden abordar investigaciones de un cierto nivel. El problema es que a veces no se pueden desgajar en procedimientos separados. Otra cosa es que en el mismo juicio se puedan celebrar por partes, pero a lo mejor hay una parte de la prueba que es com¨²n. Y a veces no es tan f¨¢cil delimitar la investigaci¨®n a trav¨¦s de piezas separadas. Pero esa es una posibilidad que est¨¢ en la ley.
P. ?El C¨®digo Penal es efectivo contra la corrupci¨®n?
R. Es efectivo, pero a lo mejor deber¨ªa dotarse de alguna regulaci¨®n m¨¢s precisa en algunos asuntos. Y desde el punto de vista procesal, permitir la utilizaci¨®n de determinadas t¨¦cnicas especiales de investigaci¨®n.
P. ?A qu¨¦ asuntos se refiere?
R. B¨¢sicamente al tipo de delito de cohecho. Las reformas posteriores han mejorado la respuesta penal, pero en algunos supuestos del C¨®digo Penal de 1995, la sanci¨®n de comportamientos de corrupci¨®n es claramente irrisoria. En Alemania se est¨¢ enjuiciando al que fue presidente de la Rep¨²blica por admitir unos pagos de muy escasa cantidad. Quiz¨¢s habr¨ªa que profundizar en no permitir ning¨²n supuesto de soborno, por nimio que sea. Sobre los tipos relativos a la malversaci¨®n, es preciso reflexionar sobre el alcance de la protecci¨®n penal del patrimonio inmobiliario de las administraciones. Hay un cat¨¢logo de figuras delictivas que deber¨ªan dotarse de una mejor regulaci¨®n y una mayor sanci¨®n. Por ejemplo, hay figuras que est¨¢n en convenios internacionales, como el enriquecimiento injustificado cuando se trata de funcionarios y autoridades p¨²blicas. Habr¨ªa que evaluar si no ha llegado ya el momento de incorporarlo como tipo penal a nuestra legislaci¨®n. Aquellos casos en los que de forma notoria el patrimonio de una persona no se corresponde con el producto de su actividad.
P. Habla de soborno por nimio que sea. ?Existe quiz¨¢s la percepci¨®n de que un regalo determinado no es como el dinero?
R. S¨ª. Habr¨ªa que reconsiderar todo lo que se refiere a la adecuaci¨®n social de estos comportamientos. Pero se podr¨ªa establecer un l¨ªmite cuantitativo a partir del cual un regalo deja de ser un mero detalle y erigirse en delito. Que a partir de una cifra, la que sea, 500 o 1.000 euros, fuera un hecho constitutivo de delito.
P. ?A qu¨¦ t¨¦cnicas especiales de investigaci¨®n alud¨ªa antes?
R. Sobre todo a los agentes infiltrados o encubiertos. En la delincuencia organizada s¨ª cabe utilizar estas t¨¦cnicas especiales de investigaci¨®n y creo que en estos supuestos de corrupci¨®n ser¨ªan de gran utilidad. En el cohecho se castiga tanto al que ofrece como al que recibe, y eso implica un pacto de silencio impl¨ªcito que dificulta poner de manifiesto estas pr¨¢cticas. El agente encubierto s¨ª se permite en el tr¨¢fico de drogas o en el blanqueo de capitales.
P. Estamos viendo algunas trifulcas entre jueces instructores y fiscales en los casos ERE y N¨®os. ?Tan dif¨ªcil es entenderse?
R. Siempre he tratado, aunque a veces no ha sido bien entendido, de formar equipos, de integrarme como uno m¨¢s en ese equipo cuya instrucci¨®n compete al juez. Esas discrepancias entre juez y fiscal forman parte del papel que cumple cada uno, aunque entiendo que desde fuera no se vea como una situaci¨®n ideal. Habr¨ªa que explicar a los ciudadanos que cada uno tiene un papel, que es distinto, y que son situaciones l¨®gicas dentro del sistema. En el futuro, si sale el nuevo c¨®digo procesal penal, la investigaci¨®n que llevemos a cabo los fiscales s¨ª ser¨¢ objeto de un filtro por parte del ¨®rgano judicial, y ah¨ª seguramente se manifestar¨¢n discrepancias. Pero lo normal es que se vaya de la mano. En general hay una comunicaci¨®n muy fluida entre juez y fiscal.
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