Mujeres
La Iglesia las quiere sumisas; Wert, segregadas; la sociedad, libres
Las dos mujeres conservan en su rostro la huella del dolor. Pero sus ojos se mantienen vivos, controlando que las l¨¢grimas no broten imparables. Sus voces suenan fuertes y claras cuando recuerdan el calvario sufrido por culpa de un marido machista.
El periodista Carlos Mar¨ªa Ruiz extra¨ªa, con la delicadeza del poeta que es, recuerdos dolorosos de las dos mujeres invitadas en La Tertulia, de Canal Sur Televisi¨®n: Carmen Iglesias y Carmen Viduera.
Hubo un momento dram¨¢tico, de enorme tensi¨®n emocional. Fue cuando Carmen Iglesias record¨® que un d¨ªa, paseando por un parque sevillano, su perro se acerc¨® a un grupo de chavales. Uno de ellos tir¨® al suelo a su novia y le grit¨® al perro:
-?C¨®metela, que es otra perra!
Carmen no pudo contenerse y le dijo al joven aprendiz de machista:
-?Por dios, no la trates as¨ª, que es una aberraci¨®n!
No era una broma. Ni un juego. Si ya los datos sobre la violencia de g¨¦nero son brutales, 703 asesinatos en los ¨²ltimos diez a?os, casi los mismos que cometi¨® ETA, el machismo violento se instala peligrosamente en las aulas y golpea a las chicas de instituto con inusitada crueldad. Solo un dato: una de cada cuatro adolescentes ha sido humillada por su compa?ero. No han llegado a la mayor¨ªa de edad y ya han sentido la bota machista sobre su pecho.
Pues bien, hoy se consuma el crimen que se ha cometido contra la ense?anza en principios democr¨¢ticos y en igualdad. Hoy, el Congreso aprueba definitivamente la LOMCE, la maldita ley Wert, que, entre otras cosas, elimina una asignatura clave para combatir la violencia machista: Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa.
Una asignatura ¡°fundamental para conocer las causas ¨²ltimas de la violencia, combatir la intolerancia y crear unas generaciones de j¨®venes activos y responsables¡±, como escrib¨ªa en este peri¨®dico Inmaculada Montalb¨¢n, presidenta del Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero del CGPJ.
Wert, el ministro que ha sido reprobado dos veces por la oposici¨®n, le ha hecho un traje a medida a la jerarqu¨ªa cat¨®lica m¨¢s reaccionaria. Ha eliminado esa asignatura que odiaban desde que la implant¨® el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero en 2006 y ha reforzado el apoyo econ¨®mico a los colegios que segregan por sexos. La inmensa mayor¨ªa, del Opus Dei.
Paralelamente, uno de esos curas ultramontanos, el arzobispo de Granada, Francisco Javier Mart¨ªnez, editaba el libro ya tristemente famoso C¨¢sate y s¨¦ sumisa, de la escritora italiana Costanza Miriano. En este panfleto, se reclama la supremac¨ªa innata del hombre sobre la mujer. Una mujer que debe mostrar ¡°obediencia leal y generosa¡± al marido. Ser sumisa, en fin, d¨®cil, mansa. Permanecer siempre por debajo del macho. En un plano de inferioridad.
El arzobispo granadino dice que estamos ante una ¡°obra evangelizadora¡±. Y en esas ideas evangelizar¨¢n, con el visto bueno del ministro de Wert, a los ni?@s espa?oles. Cuando lleguen a adultos, les aguardan bodrios como el de C¨¢sate y se sumisa.
Casualmente, ha sido tambi¨¦n en Granada donde se ha producido el triunfo de la mujer en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica. Gracias a un pensamiento diametralmente opuesto al del arzobispo Mart¨ªnez y del ministro Wert, una mujer se ha convertido en la primera presidenta de la Junta y en la primera secretaria general, con otra gran luchadora por la igualad, Micaela Navarro, en la presidencia de los socialistas andaluces.
Una pol¨ªtica de defensa de la igualdad iniciada por el expresidente Manuel Chaves, mantenida por su sucesor Jos¨¦ Gri?¨¢n y continuada por la hoy presidenta Susana D¨ªaz. No es casual que hoy el Gobierno y el Parlamento andaluz sean los m¨¢s paritarios de Espa?a. Eso es lo que quiere la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos.
Porque mientras la Iglesia las quiere sumisas y Wert segregadas, la sociedad las quiere libres.
@JRomanOrozco
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