Afectados por la venta de viviendas del Ivima se encierran en La Almudena
"Queremos que un cura medie para que se pare la venta de pisos sociales", dice una de ellos
Unas 50 personas se encuentran encerradas desde las doce de la ma?ana en la madrile?a catedral de La Almudena, seg¨²n relata por tel¨¦fono una de ellas, Feli Vel¨¢zquez, miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Madrid. El templo permanece desde entonces clausurado. "Han cerrado la iglesia y la polic¨ªa nos est¨¢ invitando a que nos vayamos. Queremos que un sacerdote de la catedral medie ante el Ivima [Instituto de la Vivienda de Madrid] para que se pare la venta de viviendas sociales", declara Vel¨¢zquez.
El Gobierno regional anunci¨® a mediados de agosto la venta de 3.000 pisos del Plan Joven del Ivima al fondo de inversi¨®n estadounidense Goldman Sachs y a la inmobiliaria espa?ola Azora por 201 millones. Era casi un 20% m¨¢s que el precio fijado de salida (168,9 millones). En total, son 32 promociones repartidas en 11 municipios madrile?os y, seg¨²n prometi¨® la Comunidad, los actuales inquilinos no notar¨¢n ¡°ning¨²n cambio¡± en sus condiciones del alquiler y podr¨¢n ejercer el derecho a compra ¡°al precio que ya conocen¡±. Sin embargo, los encerrados sostienen que les "van a subir el alquiler", no podr¨¢n hacer frente al pago y "en menos de dos meses" estar¨¢n en la calle.
Seg¨²n el testimonio de Vel¨¢zquez, los encerrados, que portan pancartas contra el Ivima, est¨¢n sentados en unos bancos rodeados de unos 20 agentes de la Polic¨ªa nacional y de "algunos agentes m¨¢s" de la Polic¨ªa Municipal. "Y fuera, en la calle, est¨¢n las furgonas de los antidisturbios", a?ade Vel¨¢zquez, que sostiene que no se van a mover de la catedral hasta que tengan "una respuesta favorable". La activista est¨¢ indignada por la respuesta que han recibido por parte de uno de los curas de La Almudena. "Se nos ha acercado un cura y nos ha preguntado que qu¨¦ hacen aqu¨ª tantos ¨¢rabes. Es de un racismo tremendo", comenta en referencia a sus compa?eros de protesta, en su mayor¨ªa magreb¨ªes.
?Por qu¨¦ piden que un cura haga de mediador y por qu¨¦ eligen La Almudena para la protesta? "El Papa les ha dicho a los curas que est¨¦n al lado de los pobres, de los desahuciados, as¨ª que queremos que se comprometan, que hagan algo. Son personas que est¨¢n casi en la exclusi¨®n y si se quedan sin sus casas ya no tendr¨¢n nada", denuncia la activista. En la actualidad, los afectados pagan "200 euros y les han dicho que ahora ser¨¢n a partir de 500 lo que Goldman Sachs quiera". No hay nada concreto todav¨ªa. "No saben cu¨¢nto ser¨¢ en total, pero s¨ª que tendr¨¢n que pagar la comunidad, el IBI y el alquiler. 'Nosotros estamos aqu¨ª para ganar dinero', les han dicho", critica atropelladamente Vel¨¢zquez mientras habla con los agentes y tranquiliza a varias vecinas.
Una de ellas es Sara Arabia, de 40 a?os y vecina de Vallecas. Vive desde 2008 en un piso del Ivima en Valdecarros, un barrio nuevo en el ensanche del distrito. Est¨¢ casada "con un marido en paro" y ella es ama de casa al cargo de tres hijos menores, uno de ellos "con una discapacidad del 72%". "Mi marido es espa?ol", recalca, y cuando se le pregunta su nacionalidad dice que es marroqu¨ª pero que se nacionaliz¨®, como si no acabara de creerse que ya es espa?ola tambi¨¦n.
Se siente estafada y sola frente a tantos problemas. "Cuando fuimos a firmar el contrato de alquiler del piso nos dijeron que era para toda la vida mientras pag¨¢ramos... y nosotros pagamos", critica por tel¨¦fono. En concreto, su piso de Vallecas les cuesta "212 euros al mes", dice con la precisi¨®n del que sabe muy bien lo que cuesta vivir frente a aquellos que solo lo imaginan.
"Recibo una ayuda m¨ªnima por la discapacidad de mi hijo y mi marido cobra el paro, te voy de decir cu¨¢nto exactamente, 749 euros, con los que pagamos el piso, la comida y el colegio de mi hijo discapacitado, 250 euros al mes por ir los s¨¢bados". "Un trabajador social nos dijo que necesit¨¢bamos ayuda y llevamos tres meses esper¨¢ndola, se lamenta Arabia, que solo pide que, si no la ayudan, al menos la dejen como est¨¢. "No van a respetar el contrato, no van a respetarlo", repite una y otra vez sobre sus nuevos caseros. "?Dice que si salimos ahora no seremos detenidos?, ?qu¨¦ dice de una multa, yo no puedo pagar una multa", interrumpe su relato para hablar con un agente. Tiene "una pastilla debajo de la lengua" y no sabe qu¨¦ les va a pasar ahora.
Sobre las dos y media, la polic¨ªa los ha sacado de La Almudena por "la puerta de atr¨¢s", agarr¨¢ndolos uno a uno del brazo "pero correctamente", seg¨²n explica Vel¨¢zquez ya en la calle. Los han identificado y, aunque en principio parec¨ªa que los que no llevaran carn¨¦ acabar¨ªan en la comisar¨ªa, entre ellos la activista, luego los han dejado marchar. "Cuando le hemos preguntado a un agente por qu¨¦ ten¨ªamos que irnos, nos ha dicho que la iglesia les ha denunciado por ocupaci¨®n ilegal", concluye Vel¨¢zquez.
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