Ruta por el patrimonio amenazado
Decenas de valiosos inmuebles de la capital est¨¢n en peligro por el abandono de las instituciones, rehabilitaciones fallidas o negligencias privadas EL PA?S recorre los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos
En noviembre de 1998, un lector del Abc envi¨® una carta al director del diario en la que felicitaba al Ayuntamiento de la capital por comprar ¡°a sus respectivos propietarios tres emblem¨¢ticos edificios de Madrid que estaban en estado ruinoso: el colegio de los Escolapios de San Ant¨®n, la casa de los Duques de Sueca y el palacete de Iv¨¢n de Vargas¡±. Consideraba el lector que, con su compra, la Administraci¨®n p¨²blica los hab¨ªa salvado de su ruina y lamentaba que no se hubiera hecho lo mismo con el hospital Homeop¨¢tico, en la calle de Eloy Gonzalo.Las cosas salieron al rev¨¦s. Los tres edificios comprados entonces tuvieron o tienen todav¨ªa muchos problemas. El colegio de los Escolapios de San Ant¨®n en la calle de Hortaleza sufri¨® un largo periodo de abandono desde 1988 y fue finalmente demolido ¡ªa excepci¨®n de las fachadas¡ª para acoger la actual sede del COAM.
La Casa de Iv¨¢n de Vargas fue cedida por el Ayuntamiento a la Fundaci¨®n Nuevo Siglo, que la demoli¨® en 2002 para edificar en su lugar una r¨¦plica sobre la que se pegaron los antiguos escudos como si fuesen sellos de correos. Y el palacio de Sueca sigue abandonado y sin uso a la espera de una restauraci¨®n siempre postergada, y fue declarado en ruinas parcialmente este mismo a?o por el mismo Ayuntamiento. El edificio que no compr¨® el Ayuntamiento, el hospital Homeop¨¢tico, de 1874, fue restaurado en 2009 y se encuentra en uso. La historia de aquella carta la contaba hace unas semanas Alberto Teller¨ªa, miembro de la plataforma Madrid, Ciudadan¨ªa y Patrimonio.
Una visi¨®n for¨¢nea del patrimonio
Christopher Griffiths ha dedicado gran parte de su carrera a la defensa del patrimonio en Liverpool. Actualmente es el responsable de conservaci¨®n en el Ayuntamiento de la ciudad y, aunque no quiere opinar sobre temas de Madrid que no conoce al detalle, s¨ª explica c¨®mo funciona la defensa del patrimonio en Reino Unido.
"Los bienes patrimoniales disfrutan de una gran protecci¨®n contra la demolici¨®n o la alteraci¨®n. Esto se ha reforzado en nuevas leyes. Son un bien finito, una vez que se pierden se han ido para siempre yy no se pueden reemplazar. As¨ª que para modificarlos, total o parcialmente, hace falta una justificaci¨®n muy convincente", se?ala.
"El destripamiento del interior de un edificio catalogado en el Reino Unido normalmente constituir¨ªa un da?o sustancial", prosigue Griffiths. "En el Reino Unido un cambio en el nivel de protecci¨®n sin la debida consulta de conformidad con los procedimientos correctos ser¨ªa potencialmente impugnable o abierto a la revisi¨®n judicial".
El arquitecto hablaba a toda velocidad a un grupo de periodistas que hac¨ªan un recorrido en un microb¨²s por la zona roja del patrimonio en la capital, aquellos lugares hist¨®ricos camino de la ruina o abandonados a su suerte. Y recurr¨ªa Teller¨ªa a la carta del lector para criticar que sea precisamente el Ayuntamiento de la capital, supuestamente el encargado de velar por el patrimonio de la ciudad, el que m¨¢s se desentienda a veces de su suerte. ¡°El di¨¢logo puede llegar a ser m¨¢s f¨¢cil cuando hablamos con los propietarios privados. Con el Ayuntamiento es a veces muy complicado; entre otras cosas, porque cambian a los responsables continuamente¡±, comenta Teller¨ªa.
El minib¨²s arranca muy cerca del Front¨®n del Beti Jai. No todo el que pasa por el n¨²mero 7 de la calle del Marqu¨¦s de Riscal sabe que detr¨¢s de esa red verde que apenas deja ver la fachada se encuentra uno de los edificios m¨¢s interesantes y ocultos de Madrid. Fue construido en 1894 y se trata del ¨²nico ejemplar de front¨®n industrial de esa ¨¦poca conservado en Espa?a. Sobre ¨¦l recae la mayor protecci¨®n que puede tener un edificio, su catalogaci¨®n como Bien de Inter¨¦s Cultural, concedida en 2011. Mientras el Ayuntamiento y los propietarios discuten en los tribunales por la cantidad que ha de pagarse para que pueda expropiarse, el edificio empieza a tener serios problemas para mantenerse en pie. Dos ¨²ltimos hundimientos en el techo registrados en las ¨²ltimas semanas amenazan su estructura, si no se pone remedio urgente.
El veh¨ªculo enfila hacia Alonso Mart¨ªnez y de ah¨ª a la calle de Mej¨ªa Lequerica. Los muros no dejan ver bien los jardines del palacio de Ust¨¢riz, del siglo XVIII. Aunque ya no hay demasiado que ver all¨ª, pues ya solo se conservan algunos ¨¢rboles en un estado lamentable, seg¨²n cuentan los miembros de Madrid, Ciudadan¨ªa y Patrimonio. Lo valioso, las escalinatas y las yeser¨ªas decimon¨®nicas, est¨¢n en su interior. Se habr¨ªan llegado a conocer si el proyecto para hacer un hotel all¨ª hubiera cuajado, pero la conexi¨®n madrile?a con la Operaci¨®n Malaya hizo que el proyecto se parara.
El paseo por esas calles, concluye con un interesante disparate, a la vez met¨¢fora de la falta de protecci¨®n del patrimonio en la ciudad. Se trata del Museo Municipal, antiguo hospicio de Madrid, construido entre 1720 y 1725, por el arquitecto Pedro de Ribera. Lleva cerrado desde 2005 cuando se iniciaron obras de rehabilitaci¨®n. Una enorme verja impide ver bien la fachada. ¡°Es absurdo. Precisamente esa verja impide valorar lo que supuestamente se quiere proteger¡±, dice molesto Teller¨ªa, que explica que el museo es un lugar clave para apreciar la historia y el patrimonio madrile?o. Mientras el minib¨²s se acerca a la Gran V¨ªa dejando atr¨¢s otros edificios y casas particulares de gran valor como Corredera, 20, uno de los pasajeros exclama que le parece alucinante todo lo que le est¨¢n contando. Se sugiere que los turistas, que cada vez frecuentan menos Madrid, seg¨²n los ¨²ltimos datos, se sentir¨ªan atra¨ªdos por todo aquello que la plataforma est¨¢ dando a conocer, pero el modelo que busca el Ayuntamiento de Madrid en la Gran V¨ªa, a juzgar por los ¨²ltimos proyectos publicados en la prensa, pintan otro modelo de turismo, m¨¢s comercial, de grandes marcas, incluso si estas ocupan edificios hist¨®ricos conocidos por albergar espect¨¢culos de m¨²sica, cine o teatro.
En la Gran V¨ªa, el edificio Carri¨®n o Capitol, ¡°una obra maestra de la arquitectura madrile?a, a caballo entre el racionalismo expresionista y el art d¨¦co¡±, lucha por recibir la etiqueta de Bien de Inter¨¦s Cultural que la Direcci¨®n General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid sigue sin concederle. En la misma plaza de Callao, varios edificios tendr¨¢n pronto pantallas luminosas que permitan poner anuncios. ¡°Eso degrada el paisaje urbano y la imagen arquitect¨®nica de la ciudad. Son anuncios invasivos, que tienes que ver aunque no quieras¡±, lamenta Teller¨ªa. Toda esa zona est¨¢ en alerta roja, seg¨²n denuncia la asociaci¨®n. El ¨²ltimo ejemplo antes de virar hacia la Puerta del Sol, es el Palacio de la M¨²sica. Fue construido entre 1924 y 1928 para dedicarlo enteramente a la m¨²sica. Ese uso acab¨® siendo copado exclusivamente por el cine.
El mundo de la m¨²sica recibi¨® bien la idea de Caja Madrid, propietaria del inmueble, de volver al uso original, pero las promesas se desvanecieron tras la crisis y hoy el Ayuntamiento ha dado la autorizaci¨®n para sustituir su uso cultural por el comercial. De ah¨ª a la madre del cordero de las nuevas operaciones urban¨ªsticas en la capital, la Operaci¨®n Canalejas, un proyecto en el que el Ayuntamiento ha apostado muy fuerte y en el que se permite que un edificio protegido sea limpiado por dentro dejando solo la fachada, como si fuera una c¨¢scara y permite la creaci¨®n de nuevas alturas.
Trabajo en lugar de patrimonio
El Ayuntamiento y la Comunidad han defendido que las modificaciones previstas en edificios hist¨®ricos se han hecho atendiendo a la legalidad. Ambas administraciones no han escondido que buscan dar usos a los edificios que sean rentables y que generen puestos de trabajo. En el caso de la pol¨¦mica Operaci¨®n Canalejas, el Consistorio ha destacado siempre los 500 millones que supone la obra de inversi¨®n privada y que generar¨¢ 4.800 puestos de trabajo (1.800 durante la construcci¨®n y 3.000 en la explotaci¨®n del complejo). ¡°No s¨¦ s¨ª se atrever¨¢n a mirar a la cara a esos trabajadores si se oponen al proyecto¡±, se?al¨® este jueves la concejal de Urbanismo, Paz Gonz¨¢lez, al resto de partidos.
Con la aprobaci¨®n definitiva del Ayuntamiento, y a falta solo de que la Comunidad d¨¦ el visto bueno, el proyecto se ha abierto paso sin hacer caso a las voces cr¨ªticas. Tan solo los partidos de la oposici¨®n, una veintena de arquitectos que pusieron sus nombres en un manifiesto y la asociaci¨®n que organiza este recorrido se opusieron frontalmente a las modificaciones que han hecho las Administraciones en la protecci¨®n de los edificios para permitir que se construya en ellos. ¡°Lo de Canelejas cruza muchas l¨ªneas rojas¡±, se?ala ?ngel Sanz, ex director general de zonas protegidas en el Ayuntamiento de Madrid, ¡°no solo porque se elimine el interior, para m¨ª lo de construir m¨¢s plantas es aberrante.
Y la forma en que se ha hecho has sido totalmente extraordinaria¡±. Sanz, que conoce bien el Consistorio y ya se ha jubilado, se?ala que no se ha escuchado a la gente cualificada que trabaja all¨ª y que los intereses de los pol¨ªticos han primado sobre lo que les han dicho los t¨¦cnicos. ¡°Creo que todos estamos de acuerdo en que los edificios viven y evolucionan¡±, prosigue Sanz, ¡°y que lo que m¨¢s destruye el patrimonio es que este no se use. Pero hay cosas a las que hay que adaptarse. Y los edificios no se adaptan al proyecto, sino al rev¨¦s. Creo simplemente que hab¨ªa antes m¨¢s sensibilidad para conservar¡±. Los obreros trabajan ya en la zona para unir por dentro siete edificios de distintas alturas y fachadas que fueron concebidos para distintos usos y que albergar¨¢n finalmente un hotel de lujo de la cadena Four Seasons.
De Canalejas, el autob¨²s sale hacia el teatro de la Comedia y de ah¨ª al teatro Calder¨®n, ejemplo de un edificio que simplemente sufre una degradaci¨®n permanente sin que nadie le ponga remedio. ¡°No es exactamente un edificio en peligro, pero s¨ª est¨¢ perdiendo muchos de los elementos que lo hacen original, como la escultura que coronaba la fachada, la ornamentaci¨®n del torre¨®n de esquina o la balaustrada. Ni el Ayuntamiento ni la propiedad hacen nada para recuperarla¡±. El minib¨²s se adentra ahora en el barrio de La Latina y enfila dos edificios singulares. El primero, la sede del diario El Imparcial, se construy¨® entre 1911 y 1913 y hoy es actualmente un cine.
Pero ya hay una solicitud para demolerlo y construir un inmueble de cuatro plantas y darle un uso comercial. El siguiente edificio, el palacio de la Duquesa de Sueca, es el ejemplo m¨¢s claro de c¨®mo la dejadez acaba por convertir en ruina un edificio que forma parte del patrimonio de Madrid. Fue construido en 1791 como escuela para los hijos de los criados del rey y pas¨® luego a los duques de Sueca. En 1998, el a?o en que publicaba su carta el lector de Abc con el que comenz¨¢bamos el recorrido, el Ayuntamiento lo expropi¨® para preservarlo. Pero las obras de rehabilitaci¨®n nunca se hicieron y este mismo a?o le lleg¨® el expediente de ruina que ha sido parado por orden judicial. El minib¨²s contin¨²a su trayecto por otras zonas rojas del patrimonio. Los de la plataforma siguen explicando los problemas a los que se enfrenta la ciudad en otros barrios y edificios, en el incansable intento, una vez m¨¢s, de rescatarlos del olvido.
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