El comercio se desencanta con el PP
Las medidas tomadas durante la crisis abren un cisma entre los populares y los ¡®botiguers¡¯ De fondo, la pugna entre la vieja y nueva derecha
Los comercios atraviesan horas bajas y el oficio de botiguer vive tiempos convulsos. El centro de Valencia, por ejemplo, muestra abundantes locales vac¨ªos. Muchos negocios abren y cierran en pocos meses. La clase media de los comercios se adelgaza. Desaparecen joyer¨ªas y aumentan las tiendas de golosinas a granel, en l¨ªnea con una sociedad que lleva cinco a?os con una tasa de paro superior al 20%. Y crece el n¨²mero de establecimientos, incluso en las principales calles de la ciudad, cuyo principal argumento es el precio.
El malestar entre los comerciantes va en aumento y la ira se dirige de forma creciente hacia el Partido Popular. Una formaci¨®n con la que se han venido identificando mayoritariamente y a la que acusan de aprobar una bater¨ªa de medidas da?inas para el sector, traicionando as¨ª una complicidad de d¨¦cadas.
¡°Hay mucho cabreo con el PP y lo m¨¢s triste es que las pol¨ªticas comerciales han pasado de hacerse codo con codo con los comerciantes a diluirse completamente. Hablo con much¨ªsima gente del sector, gente conservadora, que tiene un desencanto total. Y el que la hace la paga¡±, advierte Pedro Reig, presidente de la Federaci¨®n Alicantina de Comercio e hist¨®rico l¨ªder de la Confederaci¨®n de Comerciantes y Aut¨®nomos de la Comunidad Valenciana (Covaco). Es improbable, admite Reig, que muchos de sus colegas vayan a dejar de votar a los populares para hacerlo por los socialistas o por opciones a su izquierda. Pero hay ¡°otros partidos¡±, afirma.
¡°Valencia no es Madrid¡±
La gran defensora de la libertad de horarios en la Comunidad Valenciana es la patronal de las grandes superficies, Anged, que lleva d¨¦cadas reclam¨¢ndola. Su portavoz considera que el levantamiento de las barreras es un camino sin retorno: ¡°Cuando se est¨¢ potenciando la venta on line, en la que no hay l¨ªmites ni horarios, ?qu¨¦ sentido tiene impedir que los establecimientos f¨ªsicos puedan competir¡±. El portavoz apela tambi¨¦n a los ¡°nuevos modelos de familia¡± que habr¨ªan dejado obsoleto el tradicional esquema horario.
Enfrente, los sindicatos consideran que la libertad horaria es muy da?ina para la ¡°conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar¡± de los trabajadores. Una postura similar a la de los peque?os comerciantes, la inmensa mayor¨ªa de las 65.000 tiendas abiertas a finales de 2012. ¡°Las pol¨ªticas est¨¢n atacando las estructuras familiares de los comerciantes, una gran mayor¨ªa de los cuales son votantes del PP. Y los comerciantes se est¨¢n apuntando estas cosas¡±, insiste Pedro Reig, dirigente patronal de Alicante.
El banco de pruebas ha sido la capital de Espa?a. ¡°En Madrid hay una ola de liberalizaci¨®n brutal, y aqu¨ª se copia¡±, afirma Encarna Sanchis (Covaco). ¡°Pero nuestras ciudades no son como Madrid, que quitando el centro es un desierto comercial. Nuestro modelo es mediterr¨¢neo, con comercio en toda la ciudad¡±, afirma la dirigente empresarial. El historiador de la Econom¨ªa Joaqu¨ªn Azagra confirma el rasgo caracter¨ªstico del tejido comercial valenciano, m¨¢s parecido al catal¨¢n, con una clase formada por botiguers con comercios m¨¢s peque?os, ¡°lo cual no necesariamente es bueno, pero m¨¢s extendida y socialmente m¨¢s importante¡±.
Isabel Cosme (Cecoval), confirma el cisma: ¡°Lo que m¨¢s ofende es que no se nos consulte, ni se nos escuche. Como si no entendi¨¦ramos. La desafecci¨®n creo que es general, no s¨®lo de los comerciantes sino de toda la sociedad hacia quienes nos gobiernan¡±.
Entre 2008 y 2012 se contabilizaron 11.269 comercios menos en la Comunidad Valenciana, lo que supone que ha desaparecido un 15% de los que hab¨ªa antes de la crisis. El dato no refleja exactamente, sin embargo, la magnitud de la debacle debido a la vitalidad de entrada que mantiene el sector, convertido en todas las crisis en un refugio en el que confluyen parados de otras actividades, se?ala Isabel Cosme, presidenta de la patronal Cecoval.
En nueve meses, entre diciembre y septiembre pasados, el comercio perdi¨® 20.000 puestos de trabajo, m¨¢s de la mitad de ellos en la provincia de Valencia. En ese periodo y en esa provincia es donde m¨¢s se ha aplicado la nueva medida de libertad de horarios, que permite abrir todos los domingos y festivos. Una de las decisiones que m¨¢s ha sublevado al sector porque el peque?o comercio no puede permitirse abrir esos d¨ªas por la falta de ventas que justifique una ampliaci¨®n de personal, y porque a los supermercados de alimentaci¨®n no les interesa. El consumo de comida no aumenta por estar abiertos todos los d¨ªas, explica un portavoz de la patronal de supermercado, Asucova, y supone, en cambio, ¡°m¨¢s costes de explotaci¨®n¡±.
Seg¨²n una opini¨®n muy extendida en el sector, la Generalitat ha asumido con ¡°seguidismo¡± y sin calcular las consecuencias el plan para levantar las limitaciones horarias de los comercios dise?ado por el Gobierno de Mariano Rajoy, que en la Comunidad Valenciana empez¨® aplic¨¢ndose a zonas muy concretas con el argumento de dar servicio a los turistas y ahora el Consell quiere extender a todo el territorio.
Y ese paso, una vieja reivindicaci¨®n de la patronal de las grandes superficies que el Ejecutivo valenciano rechazaba hasta ahora, se ha sumado a otros como las subidas del IVA, de los IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y otros tributos (como el IRPF), as¨ª como recortes (supresi¨®n de pagas extra a los funcionarios), que tambi¨¦n hacen mella en el consumo y por tanto en su cuenta de resultados.
¡°Est¨¢n dando palos de ciego. Aprovechando la crisis se est¨¢ perdiendo el norte¡±, afirma Encarna Sanchis, presidenta de la patronal Covaco, que agrega: ¡°Durante mucho tiempo las cosas han ido bien. Con dificultades pero bien. Pero durante esta ¨²ltima etapa vemos una gran desafecci¨®n hacia la Administraci¨®n entre los afiliados¡±.
¡°Hay mucho cabreo con el PP. El que la hace la paga¡±, dice un l¨ªder patronal
La comuni¨®n entre botiguers (tomados como colectivo) y PP es antigua y se ha basado en una confluencia ¡°de ideolog¨ªa e intereses¡±, se?ala el profesor de Historia de la Econom¨ªa Joaqu¨ªn Azagra, y tambi¨¦n de un cierto concepto de identidad popular. Una coincidencia que resultaba a¨²n m¨¢s clara en el caso de Uni¨®n Valenciana, cuyos cuadros y electorado fueron absorbidos por el PP en los a?os noventa.
El cisma es producto a su vez, del choque entre ¡°la derecha cl¨¢sica espa?ola, y especialmente valenciana, de corte regulador e intervencionista, que siempre ha estado un poco en contra de la competencia, y la nueva derecha que se abre paso aprovechando la crisis, partidaria de una gran liberalizaci¨®n, desregulaci¨®n y competencia¡±, a?ade Azagra, que fue consejero en los a?os ochenta con los socialistas.
Un abismo entre los principios mantenidos por la vieja guardia del partido, que en Valencia representa el grupo popular en el Ayuntamiento, y los nuevos aires que soplan desde el Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad, en Madrid, y que sintonizan en el Consell con el discurso de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa e Industria.
La derecha cl¨¢sica valenciana ha sido reguladora e intervencionista
Esa pugna, y la conciencia de qui¨¦n va ganando la partida, es percibida claramente en el bloque contrario a la liberalizaci¨®n de horarios, desde el que se critica especialmente, adem¨¢s de al presidente Alberto Fabra, al consejero de Econom¨ªa, M¨¢ximo Buch. Y se describe al secretario de Estado de Comercio e impulsor de la medida, Jaime Garc¨ªa-Legaz, como un ¡°ultraliberal¡±, recordando que proviene de la direcci¨®n de Faes, el think tank vinculado al PP que abandera las reformas m¨¢s radicales.
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