Guerra en el Colegio de M¨¦dicos
La junta directiva le retira la tarjeta de cr¨¦dito oficial a la presidenta Los interventores se niegan a firmar una modificaci¨®n de los estatutos
M¨¦dicos contra m¨¦dicos. Denuncias cruzadas, acusaciones de malversaci¨®n, despidos improcedentes, rifirrafes en p¨²blico... El Ilustre Colegio de M¨¦dicos de Madrid (Icomem), una instituci¨®n con casi 40.000 colegiados ¡ªla m¨¢s numerosa de Espa?a¡ª vive uno de sus peores momentos: una guerra interna entre la presidenta, la m¨¦dica militar Sonia L¨®pez Arribas, y los ocho miembros restantes de la junta directiva. Distintas fuentes consultadas hablan de un colegio ¡°ingobernable¡± y lamentan el ¡°lamentable espect¨¢culo¡± que est¨¢n dando las dos partes, que se han denunciado mutuamente ante la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial (OMC), el ¨®rgano que agrupa a todos los colegios de Espa?a.
La presidenta lleva meses aguantando en su cargo pese a tener en contra a la junta directiva, que la acusa de ¡°deslealtad¡±. Los otros ocho miembros han llegado a retirarle la tarjeta de cr¨¦dito con la que se pagan los gastos de representaci¨®n y a enviar una comunicaci¨®n interna a los trabajadores para que no den tr¨¢mite a ninguna orden o notificaci¨®n de L¨®pez Arribas ¡°si no llevan, al menos, la firma de otro miembro m¨¢s de la junta¡±. Tambi¨¦n la han acusado de no poder justificar sus gastos. Esta, a su vez, ha recurrido a la OMC porque considera que la han despojado de las funciones propias de su cargo.
A las denuncias cruzadas en el seno de la junta directiva se suman las de otros m¨¦dicos. A la OMC han llegado entre 15 y 20 escritos de varios compromisarios (los aproximadamente 600 colegiados elegidos para formar parte de la asamblea) que denuncian supuestas irregularidades en la modificaci¨®n de los estatutos, las elecciones a la asamblea y la composici¨®n de la comisi¨®n deontol¨®gica del colegio. La vicepresidenta, Ana S¨¢nchez Atrio, reumat¨®loga del hospital de Alcal¨¢, es objeto de alguna de ellas. En primer lugar, porque la memoria de 2012 de la instituci¨®n afirma que ella preside la comisi¨®n deontol¨®gica y acude a sus reuniones, cuando los estatutos impiden que forme parte de ¨¦l un miembro de la junta directiva. Otra denuncia alude al nombramiento de Julio Albis¨²a, neurocirujano y c¨®nyuge de S¨¢nchez Atrio, como miembro de la comisi¨®n.
Los enfrentamientos en el seno del ¨®rgano directivo del colegio han tenido eco en la actividad cotidiana de la instituci¨®n. En octubre se modificaron los estatutos que rigen su funcionamiento. Sin embargo, el nuevo texto a¨²n no ha sido publicado en el Bolet¨ªn Oficial de la Comunidad de Madrid como es preceptivo, por lo que a¨²n no es oficial. Los tres interventores se negaron a firmar el acta provisional de la asamblea que vot¨® los cambios. Una asamblea en la que, seg¨²n varios testigos, quedaron en evidencia los problemas entre los miembros de la junta directiva. El acta provisional recoge gritos en el auditorio y un rifirrafe entre la presidenta y la vicepresidenta, porque la segunda quiso tomar la palabra y la primera se neg¨® a entregarle el micr¨®fono.
La actual junta directiva sali¨® de unas elecciones celebradas en mayo de 2012. Cuatro de sus miembros han dimitido. La candidatura de L¨®pez Arribas estaba apoyada por Uniteco Profesional, la corredur¨ªa de seguros del colegio, seg¨²n admiten sus miembros y criticaron los otros candidatos durante la campa?a. Un portavoz oficial de Uniteco lo niega, pese a que su presidente y fundador, Gabriel N¨²?ez, admiti¨® a este diario en 2012 su respaldo, seg¨²n dijo, a t¨ªtulo individual.
Varias fuentes consultadas aseguran que Uniteco desempe?a un papel importante en la crisis del colegio. Apuntan, incluso, a que la empresa fue la que promovi¨® el cambio de los estatutos que origin¨® la bronca en la asamblea. Algo que parece confirmar un informe del entonces jefe de la asesor¨ªa jur¨ªdica del colegio, Ram¨®n Hermosilla, fechado el 30 de noviembre de 2012. Seg¨²n ese texto, al que ha tenido acceso EL PA?S, el letrado jefe recibe de la junta directiva el encargo de estudiar la legalidad de una modificaci¨®n estatutaria ¡°propuesta por la empresa Uniteco Profesional¡±. Su informe concluye que la modificaci¨®n pretendida ¡ªimpedir que el colegio pueda recomendar o contratar en nombre de los colegiados a una empresa¡ª no ser¨ªa legal. Uniteco niega haber propuesto nada. ¡°Son apreciaciones personales suyas¡±, asegura.
Indiferencia profesional
"Tenemos lo que nos merecemos", suspira un eminente cirujano de un hospital p¨²blico madrile?o cuando se le pregunta por su Colegio de M¨¦dicos. Los facultativos nunca han mostrado demasiado inter¨¦s por lo que ocurre en su colegio profesional, a juzgar por las cifras de participaci¨®n en las elecciones que se celebran cada cuatro a?os. Si hist¨®ricamente votaban solo dos de cada 10 colegiados, en los ¨²ltimos comicios, celebrados en mayo de 2012, apenas el 13% del electorado deposit¨® su papeleta. Ni la irrupci¨®n de las redes sociales en las diferentes campa?as, que dieron mayor difusi¨®n a los programas, ni las acusaciones sobre el apoyo de una empresa a una candidatura despertaron el inter¨¦s de los m¨¦dicos.
La lista ganadora, encabezada por la psiquiatra Sonia L¨®pez Arribas, derrot¨® a la siguiente m¨¢s apoyada, la del m¨¦dico de primaria Miguel ?ngel S¨¢nchez Chill¨®n, por apenas 70 votos. Tras haberse enfrentado en las elecciones, ahora S¨¢nchez Chill¨®n apoya a L¨®pez Arribas, de la que asegura que es ¡°honesta¡± y que no ha sucumbido a intereses empresariales.
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