¡°La presi¨®n sacaba lo mejor de m¨ª¡±
Mejor jugador del mundo en 2008, plata en Atlanta 1996 y Pek¨ªn 2008, se retir¨® a los 35 defendiendo los colores del Egara, club que fund¨® su abuelo, Pere
La familia Amat, seis medallas ol¨ªmpicas en sus vitrinas, es sin¨®nimo de hockey hierba. Pero esta temporada la Divisi¨®n de Honor se qued¨® hu¨¦rfana de este apellido. En los ¨²ltimos 55 a?os no hab¨ªa pasado m¨¢s que en una ocasi¨®n, entre 1981 y 1985. Hasta que Pol Amat (Terrassa, 1978) guard¨® su stick en mayo. Mejor jugador del mundo en 2008, plata en Atlanta 1996 y Pek¨ªn 2008, se retir¨® a los 35 defendiendo los colores del Egara, club que fund¨® su abuelo, Pere, en 1935. Colg¨® la camiseta y la cambi¨® por una americana. La luce en el banco en el que trabaja.
Pregunta. ?La familia Amat es el hockey?
Respuesta. Amat es hockey, pero la familia Amat no es el hockey. Este es un deporte peque?o, tiene un ambiente familiar, nos conocemos todos. Hay muchos m¨¢s jugadores y m¨¢s familias.
P. ?A qu¨¦ edad le regalaron su primer stick?
R. A los cinco a?os, cuando empec¨¦ a jugar al hockey. En Terrassa se comienza a jugar desde muy peque?ito.
P. ?Ten¨ªa la opci¨®n de no jugar al hockey?
R. Era una tradici¨®n familiar. Mi padre, mis t¨ªos, mis primos y mis hermanos hab¨ªan jugado, pero a m¨ª tambi¨¦n me gustaba y se me daba bien. De peque?o se me daban bien los deportes. Y todos opinaban. Unos quer¨ªan que jugara al tenis, otros al golf, algunos al f¨²tbol. Pero a m¨ª me apasionaba el hockey y decid¨ª que ser¨ªa mi camino. Fue siempre mi primera opci¨®n.
P. ?Cu¨¢ndo se dio cuenta de que hac¨ªa cosas que los dem¨¢s no hac¨ªan?
R. Me di cuenta de peque?ito de que lo hac¨ªa bien. Lo disfrutaba y lo intent¨¦ potenciar.
P. Y eso de ser el mejor, ?c¨®mo se vive?
R. No se lo puedo decir, porque no lo s¨¦. (R¨ªe, con timidez).
¡°No me sent¨ªa el mejor, s¨ª importante. El reconocimiento enorgullece¡±
P. ?Nunca se sinti¨® el mejor?
R. No me sent¨ªa el mejor, me sent¨ªa importante. En los equipos en los que he jugado me sent¨ªa importante para ayudar al equipo y a mis compa?eros a conseguir sus objetivos. Pero de ah¨ª a sentirme el mejor del mundo, no. Si algunos lo consideraron, fant¨¢stico. Es un reconocimiento que te hace sentir orgulloso, ?a qui¨¦n no le gusta que le digan que es el mejor del mundo?
P. ?Y qu¨¦ pens¨®?
R. Siempre he intentado canalizar los elogios para que me aporten algo y no me destruyan. Entend¨ª que ten¨ªa que trabajar para seguir ah¨ª.
P. ?Era una presi¨®n extra?
R. Me gustaba esa presi¨®n; sacaba lo mejor de m¨ª. En todos los equipos en los que jugu¨¦ tuve momentos de presi¨®n que deb¨ªa saber gestionar. Buscaba transformarla en motivaci¨®n, salir a jugar sabiendo que el equipo y la gente esperaban mucho de m¨ª.
P. ?Dej¨® muchas cosas por el hockey?
R. S¨ª, dej¨¦ cosas. Y cosas importantes que no son f¨¢ciles de dejar cuando tienes 22, 25 o 30.
P. Por ejemplo¡
R. Estar m¨¢s tiempo con los amigos. Tener los veranos libres. Cuando tienes 22 a?os y ves que todo tu grupo de amigos se va de viaje y t¨² est¨¢s concentrado, sufriendo, haciendo ejercicios f¨ªsicos y poniendo tu cuerpo en situaciones l¨ªmite, te tiene que gustar demasiado para aguantarlo durante mucho tiempo. Sacrifiqu¨¦ momentos para estar con mis amigos, con mi novia, ahora mi mujer, y con mi familia. Pensaba si val¨ªa la pena aguantar porque estamos en un deporte amateur. Esto no es el f¨²tbol.
P. ?C¨®mo era eso de ser profesional en un deporte amateur?
R. De exigencia deportiva, profesional; de recompensa econ¨®mica, amateur o semiprofesional, porque hab¨ªa compensaciones. Existe la opci¨®n de ir a jugar a Holanda, Alemania o India, donde puedes ganarte la vida. Pero puedes ganarte la vida mientras juegas y cuando lo dejas tener algunos ahorros, ?y despu¨¦s qu¨¦?
P. ?No se salva econ¨®micamente?
R. No, no te salvas. Y tienes que prepararte. Yo he tratado de tener una vida lo m¨¢s normal posible e intentar poner al hockey en mi vida y no al rev¨¦s. El problema es que eso requiere de mucho esfuerzo, porque tienes que compaginar todo: estudio, trabajo y hockey.
P. ?Y c¨®mo lo hac¨ªa?
R. Todo es sacrificio, perseverancia. Ten¨ªa que ir a trabajar a las nueve, salir a las ocho de la noche para ir al entrenamiento y luego, al regresar a casa a las once y media de la noche, deb¨ªa seguir trabajando. Eso te puede terminar quemando y afectar a tu rendimiento. Seguro que en mi caso me afect¨® en lesiones que tuve. Era el precio por querer hacerlo todo. Pero ten¨ªa muy claro que quer¨ªa trabajar, estudiar y jugar al hockey. Y ahora que estoy en el mundo laboral, agradezco haber tomado este camino.
P. ?Le da rabia ver a otros deportistas ganar mucho dinero?
¡°Pensaba si val¨ªa la pena dejar tantas cosas por el hockey. Esto no es f¨²tbol¡±
R. Rabia no, pero un poco de envidia, a veces, s¨ª. Para nosotros la dedicaci¨®n es alt¨ªsima y la recompensa es baja. Aunque sabes d¨®nde te metes. Tambi¨¦n gan¨¦ experiencias incre¨ªbles, que solo te da el deporte; y m¨¢s estando en la selecci¨®n: viajas mucho, conoces a gente y est¨¢s en lugares extraordinarios. El deporte te forma como persona.
P. ?Qu¨¦ le dio el deporte?
R. Una manera de ser y de hacer. Sin darte cuenta, cuando practicas un deporte adquieres una serie de valores: disciplina, compromiso, trabajo en equipo y liderazgo.
P. ?C¨®mo pas¨® del campo de hockey a trabajar en un banco?
R. Es una transici¨®n complicada. Por suerte empec¨¦ a trabajar de muy joven. El trabajo me gusta, lo disfruto, pero no es lo mismo que el deporte. El hockey es mi pasi¨®n. Por eso he necesitado mentalizarme.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s extra?a?
R. Los viajes, la convivencia con los compa?eros, la competencia¡ Pero no echo nada de menos entrenar un mes y medio en verano ni entrenar cuatro veces por semana. No tengo nada de melancol¨ªa.
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