La fusi¨®n gallega acaba en Venezuela
La llegada de Banesco pone fin a un tortuoso proceso de cuatro a?os de duraci¨®n, marcado por las injerencias pol¨ªticas y en el que se han perdido 4.000 empleos
Una sensaci¨®n de alivi¨® recorri¨® ayer la Xunta y el PP gallego tras conocer la soluci¨®n definitiva al tortuoso proceso de reestructuraci¨®n de las cajas gallegas en el que Alberto N¨²?ez Feij¨®o se implic¨® personalmente durante cuatro a?os, con algunos duros reveses por el camino, y en el que se jugaba buena parte de su prestigio. Durante meses, los populares se hab¨ªan encomendado a la soluci¨®n ideada por el actual presidente de Novagalicia Banco, Jos¨¦ Mar¨ªa Castellano: vender la entidad a alg¨²n fondo de inversi¨®n estadounidense con la garant¨ªa de que mantendr¨ªa la direcci¨®n del negocio en Galicia, el mismo equipo directivo y la marca diferenciada. A la vuelta del verano, sin embargo, la Xunta y el PP fueron enfriando su entusiasmo inicial por el plan de Castellano. Y Banesco surgi¨® entonces como otra posible opci¨®n. En principio, la entrada del grupo venezolano parece garantizar el prop¨®sito fundamental de Feij¨®o ¡ªmantener la independencia de NCG¡ª y tambi¨¦n que no habr¨¢ despidos masivos tras los 4.000 empleos que se destruyeron durante el proceso.
?Antes de que se conociese la noticia, Feij¨®o mantuvo ayer un peque?o rifirrafe con los socialistas en el Parlamento a prop¨®sito del futuro de NCG, en el que volvi¨® a asegurar que las dos antiguas cajas gallegas ¡°estaban quebradas en 2009¡±, cuando el PP lleg¨® a la Xunta. Un argumento ya repetido, pero que no deja de resultar sorprendente, ya que fue el propio Feij¨®o el que impuls¨® la fusi¨®n de esas cajas ¡°quebradas¡± y la aval¨® con una auditor¨ªa pagada por su Gobierno que certific¨® que la uni¨®n era viable.
En ese verano de 2009, cuando la situaci¨®n del sistema financiero espa?ol se empezaba a vislumbrar insostenible, comenzaron los movimientos para unir Caixa Galicia con Caja Madrid y la alicantina CAM. Feij¨®o enarbol¨® entonces la bandera de la galleguidad y dej¨® claro que se opondr¨ªa al proceso. Y se lanz¨® de lleno, con el apoyo del BNG, a promover la fusi¨®n de Caixa Galicia y Caixanova para crear la ¡°gran caja gallega¡±. Durante meses mantuvo un dur¨ªsimo enfrentamiento para vencer las resistencias no solo de la entidad viguesa sino del propio Banco de Espa?a. Fue en la primavera de 2010 cuando, tras un pacto entre Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Mariano Rajoy, se dio el visto bueno a la fusi¨®n. La resaca de los brindis con champ¨¢n apenas dur¨® unos meses. Las cajas fueron privatizadas y, bajo los auspicios de la Xunta, se puso al frente a Castellano, presentado como una especie de salvador. Pero, al final, la soluci¨®n ha venido del lugar m¨¢s insospechado, el pa¨ªs de la revoluci¨®n bolivariana.
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