El tiempo entre basuras
La cosa est¨¢ para apagar la luz e irse. Sobre todo, tras el nuevo ¡®tarifazo¡¯
El salario m¨ªnimo interprofesional en Espa?a es de 752,85 euros, que es lo que cuesta uno de los ¨²ltimos artilugios de la marca de la manzana. La ayuda familiar, que es el dinero que recibe un parado cuando agota la prestaci¨®n por desempleo y sigue sin trabajo, es de 426 euros, algo menos de los que vale la cuarta generaci¨®n de la ¨²ltima videoconsola. Cuando un desempleado agota la prestaci¨®n y tambi¨¦n la ayuda familiar, puede solicitar el salario social en Andaluc¨ªa que se eleva a 400,9 euros, muy por debajo del precio de un smartphone de gama media. Con un folleto de regalos para Navidad de cualquier superficie comercial se puede hacer un art¨ªculo demag¨®gico excelente.
Siguiendo con la demagogia. Mientras usted o yo, afortunados trabajadores, buscamos entre los folletos los regalos de Navidad, hay otras personas que acumulan esos cat¨¢logos para poder venderlos al kilo como papel. Al igual que existe un mercado del oro o del petr¨®leo, tambi¨¦n lo hay del cart¨®n o de la chatarra. El kilo de cart¨®n oscila entre los seis y los diez c¨¦ntimos, por lo que se precisan de muchas cajas para poner aliviar el est¨®mago. Ocurre algo parecido con el precio del hierro, que tambi¨¦n tiene su mercado de valores. La chatarra tiene varias calidades y su precio ronda ahora los 0,25 euros el kilo. Para adquirir una barra de pan y cien gramos de salchich¨®n, se precisa de una buena ma?ana de curro.
Recoger cartones y chatarra es, a veces, el ¨²nico trabajo que les queda a los que no tienen trabajo. Por eso, los contenedores de basura se han convertido en el ¨²ltimo pelda?o de la pir¨¢mide poblacional de la penuria. Hace m¨¢s de un a?o The New York Times public¨® en su portada un reportaje sobre Espa?a que levant¨® ampollas. La cr¨®nica iba ilustrada por una fotograf¨ªa de una persona buscando comida en un contenedor de basuras. La foto formaba parte de una colecci¨®n de instant¨¢neas que se mostraban bajo el t¨ªtulo La austeridad y el hambre en Espa?a. Las autoridades espa?olas pusieron el grito en el cielo por la mala imagen que se daba del pa¨ªs, que muchos consideraron exagerada y alejada de la realidad.
En agosto pudimos ver en Espa?a otra imagen in¨¦dita: contenedores de basura cerrados con candados para que nadie pudiera revolver en ellos en busca de comida. Suced¨ªa en Girona y la decisi¨®n la adopt¨® el Ayuntamiento para acabar con esta pr¨¢ctica ¡°ante el riesgo para la salud que pod¨ªa comportar y la alarma social que provocaba¡±. En apenas seis meses, el recorrido por la situaci¨®n de emergencia social en Espa?a para muchos ciudadanos ha sido vertiginoso: de criticar, por exagerada y excepcional, la presencia de personas rebuscando entre los contenedores; a ponerles un candado para impedir esta pr¨¢ctica.
Este art¨ªculo demag¨®gico no puede olvidarse de los tres miembros de una familia muertos en Sevilla, una vez que hemos podido tranquilizar las conciencias al saber que est¨¢ casi descartado que fallecieran por comer alimentos en mal estado. Nos quedamos m¨¢s tranquilos, pensando que con 426 euros pod¨ªan comprar comida para desayunar, almorzar y cenar cuatro miembros de una familia durante 30 d¨ªas con sus noches. Y pagar la luz. Y el agua. Y los bol¨ªgrafos y las libretas en el colegio. Y la cartera, el ch¨¢ndal y las zapatillas¡. Aunque no diera para la hipoteca, de ah¨ª que tuvieran la casa embargada.
Qu¨¦ tranquilidad nos han dado los resultados de la anal¨ªtica de los tres fallecidos. Podemos seguir hurgando en la basura. Los que no tienen nada, en la basura de los contenedores. Los que disfrutamos de un empleo, en la basura que soportamos a diario. Ahora, adem¨¢s de la podredumbre en instituciones y bancos, nos descubren como nueva una que ya sab¨ªamos: la basura inunda tambi¨¦n al f¨²tbol. Con sus ayudas p¨²blicas ilegales, sus condonaciones de deuda y sus recalificaciones millonarias. La cosa est¨¢ para apagar la luz e irse. Sobre todo, tras el nuevo tarifazo. @jmatencia
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