Allanando el Siglo de Oro
¡®El Quijote¡¯ de Ron Lal¨¢, un afortunado juguete c¨®mico, l¨ªrico y metateatral para todos los p¨²blicos, con int¨¦rpretes excelentes
Un afortunado juguete c¨®mico, l¨ªrico y metateatral para todos los p¨²blicos, en el que Ron Lal¨¢ lucubra sobre las circunstancias en que se escribi¨® Don Quijote de la Mancha, reinterpreta alguno de sus episodios, establece analog¨ªas entre aquella ¨¦poca pret¨¦rita (presuntamente) y la nuestra, y alude a la actualidad reciente. Con su desparpajo e iron¨ªa proverbiales, la compa?¨ªa madrile?a convierte molinos en ventiladores, vizca¨ªnos en requet¨¦s y al Cide Hamete en morito de Lavapi¨¦s. Siguiendo la senda formal abierta con Siglo de Oro, siglo de ahora, espect¨¢culo m¨¢s pol¨ªtico e incisivo donde reinventaron a la manera barroca entremeses y mojigangas, los ronraleros han reescrito di¨¢logos de la novela en octos¨ªlabos y en redondillas heptas¨ªlabas, y hasta se han permitido completar con una estrofa certera el c¨¦lebre ovillejo de Cardenio.
En El Quijote de Ron Lal¨¢, su malhadado protagonista cabalga como en los western mientras le promete ¨ªnsulas a Sancho, vuelve a emocionarnos con su evocaci¨®n de la Edad de Oro en esta Edad del Colt¨¢n reci¨¦n arribada y, cuando su escudero le intenta hacer ver que el supuesto yelmo de Mambrino es una bac¨ªa de barbero, recibe una jocosa lecci¨®n sem¨¢ntica cantada (¡°una bac¨ªa es una palangana/ con una abertura semicircular¡¡±) cuyo destinatario ¨²ltimo es el jovenc¨ªsimo p¨²blico que abarrota el teatro pero tambi¨¦n el espectador adulto que de inmediato recuerda la perplejidad con que de ni?o descubri¨® ese vocablo, la explicaci¨®n que hubieron de darle y las mil palabras de sentido oscuro con las que sigue encontr¨¢ndose al zambullirse en los cl¨¢sicos.
En un lugar del Quijote
A partir de la novela de Cervantes. Versi¨®n, composici¨®n musical y arreglos: Ron Lal¨¢. Int¨¦rpretes: Juan Ca?as, ??igo Echevarr¨ªa, Daniel Rovalher, ?lvaro Tato y Miguel Magdalena. Vestuario: Tatiana de Sarabia. Luz: Miguel A. Camacho. Escenograf¨ªa: Curt Allen Wilmer. Direcci¨®n musical: M. Magdalena. Direcci¨®n literaria: ?lvaro Tato. Direcci¨®n: Yayo C¨¢ceres. Teatro Pav¨®n, hasta el 5 de enero.
Yayo C¨¢ceres, director de Ron Lal¨¢, y su magn¨ªfico quinteto de int¨¦rpretes, muestran con nitidez el abismo que hay entre las cosmovisiones de Sancho y de su se?or, rompen la cuarta pared, solucionan con humor l¨ªmpido los duelos a espada, transmiten una energ¨ªa positiva contagiosa en cada uno de los temas que cantan, y bromean e ironizan ingeniosamente sobre toda materia, aunque se les escape alg¨²n chiste del tenor de los que prodigaban Els Joglars en sus obras cervantinas.
Curt Allen Wilmer cierra el campo visual con un tel¨®n de hojas librescas que, metaf¨®ricamente, es tambi¨¦n cota de malla de caballero andante; Tatiana de Sarabia crea un vestuario de asim¨¦trica fantas¨ªa sobre cortes y motivos ¨¢ureos, y Daniel Rovalher, Juan Ca?as, ?lvaro Tato, Miguel Magdalena e ??igo Echevarr¨ªa (cuyo rostro y figura son un calco de los del Alonso Quijano de Dor¨¦) completan un quinteto protagonista flexible pero compacto, que brilla notoriamente en los n¨²meros musicales. Con la amplificaci¨®n algo m¨¢s baja se apreciar¨ªa mejor la calidad de todos. En la fant¨¢stica propina a pie de p¨¢gina, donde hacen relaci¨®n pormenorizada de nombres y de episodios omitidos, los Ron Lal¨¢ dan la dimensi¨®n aut¨¦ntica de sus posibilidades.
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