Una ventana, una mujer
M¨¢s all¨¢ del vaho condensado por el fr¨ªo de la noche en el que esa mujer intenta garabatear una palabra, existe una novela, pens¨® Fortes. Una gran historia de amor
Un d¨ªa, de repente, nos pregunt¨® qu¨¦ es una llave. Puede ser de paso, de judo o la de una puerta, vaya usted a saber mientras no especifique. Porque tambi¨¦n puede ser la clave que desvele todo un misterio, dijo. Como el de esa gran pregunta que ven¨ªa a continuaci¨®n: ?qu¨¦ es una ventana?.
En aquellas clases de proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid, S¨¢enz de O¨ªza sol¨ªa hacernos preguntas de este tipo a los alumnos. Todos contest¨¢bamos lo obvio: una abertura en un muro por donde entra la luz, el aire y se puede mirar el exterior. No hab¨¦is entendido nada, nos dec¨ªa siempre. Una ventana es eso y mucho m¨¢s. Acostumbraba a a?adir que era imprescindible reflexionar sobre estas cosas para salir de la Escuela sabiendo qu¨¦ es y qu¨¦ no es arquitectura. Con qu¨¦ alegr¨ªa lo dec¨ªa, como si fuera tan f¨¢cil saberlo. De esta forma nos fuimos haciendo arquitectos, aunque esa cuesti¨®n, y much¨ªsimas m¨¢s, segu¨ªa latente.
Una ventana da mucho que pensar. No es cualquier asunto. A esto se refer¨ªa. Puede ser grande, peque?a, de doble o simple acristalamiento, o sin ¨¦l, llevar o no persiana o cortinas, estar enrasada al exterior o retrasada respecto al plano de fachada, tener marquesina, llevar contraventanas, ser cuadrada, rectangular, redonda, corredera, de guillotina... Algo que parece tan sencillo puede complicarse hasta lo inveros¨ªmil. Incluso el lenguaje utiliza expresiones como "tirar la casa por la ventana" y cosas as¨ª.
Pero adem¨¢s de todo eso, puede enmarcar un universo. Muchas veces lo descubres casi sin darte cuenta, como a m¨ª me ocurre ahora. A todas aquellas consideraciones faltaba la de lo que acontece cuando una mujer se asoma a ella. En cualquier rinc¨®n del alma siempre se esconde alg¨²n fotograma perdido, y al otro lado de una ventana sucede exactamente lo mismo.
Una simple chispa sirve para prender un fuego intenso. La evocaci¨®n de una lectura o el recuerdo de una pel¨ªcula en un cine desconchado en la que el ¨²ltimo fotograma, el de una mujer recortada a contraluz en el marco de una ventana, se queda cortado por el apag¨®n que provoca un rayo, puede llevarnos muy lejos. Se crea una duda y comienzan las preguntas, la b¨²squeda de respuestas. Surge la necesidad de encontrar, resolver el enigma.
La escritora gallega afincada en Valencia Susana Fortes, teje la trama de su ¨²ltimo libro a partir de estos esquemas. Como ella dice, una novela comienza mucho antes de lo que una se piensa. Cuenta que un d¨ªa en el bar de la Facultad de Historia de Santiago de Compostela ley¨® un poema que habla de una mujer sin disfraces ni se?as ni retratos. Empez¨® a preguntarse qui¨¦n y c¨®mo ser¨ªa la inspiradora de aqu¨¦l poema. Con perspicaz observaci¨®n la descubre, como en aqu¨¦l fotograma cortado, apoyada en el cristal de una ventana en una fr¨ªa noche de invierno. ?Qu¨¦ mira esa mujer?. Hab¨ªa encontrado el fondo de una historia.
Lo que contempla, de modo distinto a como har¨ªa un hombre, es todo aquello que nos preocupa, lo que en muchas ocasiones nos atormenta, lo que hay delante, afuera, en la calle, pero sobre todo lo que ha dejado atr¨¢s. Casi nada. Esa mujer debi¨® de ser especial. Val¨ªa la pena. Hab¨ªa inspirado algunos de los versos m¨¢s hermosos escritos por Pedro Salinas.
Con esas im¨¢genes, Fortes investiga ese romance silenciado, se sumerge en el mundo bohemio, elegante y vanidoso de la Residencia de Estudiantes y la intelectualidad republicana y le a?ade intriga, pasi¨®n, misterio, esc¨¢ndalos, corrupci¨®n y un crimen. Algo eterno y actual. Y nos brinda, envuelta en aquella atm¨®sfera exquisita y de pozos tr¨¢gicos al mismo tiempo, una sutil y dispar lecci¨®n de arquitectura, quiz¨¢ la que nos falt¨® escuchar a O¨ªza para dar con esa clave que siempre est¨¢ en el fondo de uno mismo y que descifra los secretos m¨¢s ¨ªntimos.
M¨¢s all¨¢ del vaho condensado por el fr¨ªo de la noche en el que aquella mujer intenta garabatear una palabra, existe una novela, pens¨® Fortes. Una gran historia de amor. La que ella escribe cuando pasa p¨¢gina y enciende una luz y una habitaci¨®n se enciende: El amor no es un verso libre.
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