?ltimo asalto para Rafael Blasco
La persona que m¨¢s veces ha integrado el Consell y estratega del PP se sienta en el banquillo La fiscal¨ªa y la Generalitat piden c¨¢rcel para ¨¦l por el supuesto desv¨ªo de ayuda a la cooperaci¨®n
![Ignacio Zafra](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F4d89325c-7f93-4b69-b7eb-b1b3b272c02d.jpg?auth=eb0419eecf558bcf53cd5f7086dca9762dfd83c9619fba0f80a50674db2f041f&width=100&height=100&smart=true)
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Rafael Blasco Castany, consumado especialista en caer de pie, afronta desde hoy la prueba m¨¢s dif¨ªcil de su carrera. Militante de extrema izquierda en su juventud, expulsado por los socialistas en los a?os ochenta entre sospechas de corrupci¨®n y gran estratega del PP valenciano desde los a?os noventa hasta hace pocos meses, Blasco vuelve al banquillo de los acusados en uno de los casos m¨¢s indecentes del recargado contexto pol¨ªtico judicial valenciano: la apropiaci¨®n sistem¨¢tica de los fondos que la Generalitat destinaba a la cooperaci¨®n en el Tercer Mundo por parte de una trama que, seg¨²n la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, ¨¦l mismo dirig¨ªa como consejero de Solidaridad y Ciudadan¨ªa.
En las grabaciones efectuadas por la polic¨ªa se oye a los miembros de su supuesta banda referirse a los pa¨ªses a donde deb¨ªan destinarse los fondos p¨²blicos como ¡°Negrolandia¡±, y afirmar rotundamente: ¡°Hay que dar prioridad a lo nuestro antes que a lo de los negratas¡±.
Blasco, la persona que m¨¢s veces ha formado parte del Gobierno valenciano, hizo honor a su fama de resistente aguantando como diputado popular durante toda la instrucci¨®n de la primera pieza separada del llamado caso Cooperaci¨®n. Solo dej¨® el grupo parlamentario del PP, en junio pasado, cuando la situaci¨®n se hizo absolutamente insostenible: la Abogac¨ªa de la Generalitat ped¨ªa para ¨¦l 11 a?os de c¨¢rcel ¡ªAnticorrupci¨®n, 14¡ª por los delitos de tr¨¢fico de influencias, prevaricaci¨®n, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y falsedad en documento oficial.
La ca¨ªda pol¨ªtica de Blasco ¡ªque se mantiene, sin embargo, como diputado en el grupo de no adscritos de las Cortes Valencianas, con un generoso complemento salarial gracias a sus excolegas del PP¡ª podr¨ªa, en todo caso, haberse dilatado m¨¢s. Su abogado es Javier Boix, el mismo que logr¨® que el expresidente Francisco Camps fuera juzgado por los trajes una vez pasadas las elecciones de 2011, y el mismo que contribuy¨® a que el expresidente de la Diputaci¨®n y del PP de Castell¨®n Carlos Fabra tardase una d¨¦cada en llegar al banquillo. El tiempo corre a favor de Blasco, que est¨¢ a punto de cumplir 70 a?os, aunque no existe una edad l¨ªmite para ingresar en prisi¨®n.
El juicio
Desv¨ªo de 1,8 millones. La primera pieza del 'caso Cooperaci¨®n', que es la que empieza a juzgarse hoy, est¨¢ centrada en el desv¨ªo de fondos para mejorar la agricultura en Nicaragua, que se destinaron a comprar pisos y garajes en Valencia.
Altos cargos. Junto al exconsejero Rafael Blasco, se sientan en el banquillo el exsubsecretario de la Consejer¨ªa de Solidaridad, Alexandre Catal¨¤; el ex director general Josep Maria Felip; el ex jefe de ¨¢rea Marc Llinares; la ex secretaria general Tina Sanju¨¢n; el ex jefe de gabinete Xavier Llopis, y el empresario Augusto C¨¦sar Tauroni.
Penas de prisi¨®n. Se les acusa de malversaci¨®n, tr¨¢fico de influencias, falsedad y prevaricaci¨®n. La fiscal¨ªa, la Generalitat y las acusaciones piden para los procesados penas que alcanzan los 14 a?os de c¨¢rcel.
La clave que ha evitado un nuevo descontrol en los plazos fue la decisi¨®n de la juez instructora, la catedr¨¢tica de Derecho Procesal Mar¨ªa P¨ªa Calder¨®n, de separar la causa en dos piezas. Exist¨ªan motivos t¨¦cnicos para ello: la investigaci¨®n parti¨® de denuncias distintas presentadas por las diputadas socialista Clara Tirado y de Comprom¨ªs Mireia Moll¨¤ en 2010. La primera se centraba en hechos muy concretos: el desv¨ªo de 1,8 millones de euros que deb¨ªan destinarse a la cooperaci¨®n en Nicaragua y terminaron b¨¢sicamente en inversiones inmobiliarias en Valencia, que ser¨¢ lo que se juzgue a partir de hoy. La segunda denuncia, mucho m¨¢s extensa, abarcaba buena parte de la gesti¨®n de Blasco en Cooperaci¨®n. Integra la segunda pieza separada y a¨²n faltan meses (puede que incluso a?os) para llegar a ser juzgada.
La magistrada ten¨ªa motivos t¨¦cnicos, pero su decisi¨®n de hacer piezas separadas le solucion¨® de paso dos problemas. El primero, la permanencia en la c¨¢rcel de Augusto C¨¦sar Tauroni, supuesto cabecilla de la parte civil de la trama, estrechamente vinculado a Blasco, que lleva dos a?os en prisi¨®n preventiva. La eventual condena de Tauroni en esta primera pieza ¡ªsi uno de los acusados lo tiene mal, es ¨¦l¡ª ahorrar¨¢ al tribunal debates sobre si debe o no continuar entre rejas mientras se investiga la segunda parte del caso.
El segundo problema que resolvi¨® la partici¨®n en dos de la causa fue la desactivaci¨®n de Blasco como actor pol¨ªtico de primer orden, al acelerar su llegada al banquillo. Cuando se presentaron las denuncias y durante buena parte de la investigaci¨®n, Blasco era, adem¨¢s de consejero de Solidaridad y Ciudadan¨ªa, titular de Justicia. Era el responsable, entre otras cosas, de decidir si el pobremente dotado Tribunal Superior de Justicia recib¨ªa un nuevo funcionario o una segunda fotocopiadora. Al mismo tiempo, era portavoz del grupo del PP en las Cortes Valencianas desde que Camps sacrific¨® a Ricardo Costa por su implicaci¨®n en el caso G¨¹rtel, a finales de 2009. Nadie gan¨® tanto poder como Blasco durante la recta final del campismo.
Fue diputado del PP hasta que la Generalitat le pidi¨® 11 a?os de c¨¢rcel
A pesar de que las sombras no dejaban de crecer sobre ¨¦l ¡ªCamps ya lo dej¨® fuera del Consell en junio de 2011, un mes antes de dimitir¡ª, Fabra lo mantuvo como portavoz parlamentario hasta que fue imputado. Y no forz¨® su salida del grupo parlamentario hasta que su propio Gobierno pidi¨® para ¨¦l una alt¨ªsima pena de prisi¨®n.
Blasco ya sali¨® indemne de un juicio por corrupci¨®n a principios de los noventa. Pero su absoluci¨®n se debi¨®, en buena medida, a la anulaci¨®n de unas grabaciones inculpatorias en una ¨¦poca en que los jueces todav¨ªa ten¨ªan poca experiencia con los pinchazos telef¨®nicos. No como ahora. Las intervenciones de las comunicaciones que esta vez nadie discute forman parte del n¨²cleo de la acusaci¨®n. Aunque no se realizaron directamente sobre Blasco ¡ªesa es una de las ventajas de ser aforado¡ª, las conversaciones revelan una relaci¨®n muy dif¨ªcil de justificar con Tauroni, basada aparentemente, seg¨²n la juez, en la realizaci¨®n de ¡°favores mutuos¡±.
El juicio podr¨ªa haber tardado m¨¢s: su abogado es el de Camps y Fabra
Junto a Blasco se sentar¨¢n en el banquillo las personas que compon¨ªan su equipo en la Consejer¨ªa de Solidaridad, muchos de los cuales le han acompa?ado a lo largo de su carrera. Igual que Tauroni, un viejo conocido de Blasco que fue socio de su hermano y a quien el pol¨ªtico llevaba concediendo millonarias adjudicaciones como consejero de Empleo, Bienestar Social y Sanidad, de forma sucesiva, desde 1999, antes de llegar a Cooperaci¨®n. Siguiendo al curtido pol¨ªtico valenciano de ¡°chiringuito¡± en ¡°chiringuito¡±, como se escucha en una de las grabaciones de la causa.
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