La Ca?ada Real ya tiene su plan
El proyecto regional propone vender el suelo a los residentes pero aplaza los realojos Rivas bloquea el acuerdo porque incluye medidas sociales muy gen¨¦ricas
La Comunidad de Madrid tiene ya redactado y listo para su firma el acuerdo marco con el que pretende regularizar el asentamiento de la Ca?ada Real.
El documento, al que ha tenido acceso EL PA?S, expone en l¨ªneas muy generales el siguiente plan: urbanizar ese tramo de 14,4 kil¨®metros, en el que viven 7.725 personas; vender el suelo a los residentes que lo puedan pagar; y realojar a varios miles de personas. Otras tantas se quedar¨¢n, sin embargo, sin realojo.
No incluye plazos, pero divide el calendario en dos fases: tan pronto como Rivas se sume al acuerdo entre el Gobierno regional, Madrid y Coslada, se actuar¨¢ sobre las zonas m¨¢s consolidadas. Para m¨¢s adelante quedar¨¢ el sector 6, el m¨¢s complejo por encontrarse en suelo no residencial, por la pobreza de sus moradores, y por haberse convertido en un fort¨ªn de narcotraficantes.
700 a?os de historia. Alfonso X regul¨® las ca?adas reales en 1273 como v¨ªas para trasladar el ganado a trav¨¦s de la pen¨ªnsula.
La Ca?ada Real Galiana, Riojana o de las Merinas recorre 400 kil¨®metros desde La Rioja a Toledo. Atraviesa la Comunidad de Madrid en un tramo de 93 kil¨®metros, pero el foco de conflicto son los 14,4 que discurren por zonas lim¨ªtrofes a la capital. All¨ª, la inmigraci¨®n rural de los a?os cincuenta y sesenta llev¨® a ocupar de forma irregular esta v¨ªa con racimos de chabolas que brotaban durante la noche. Se cre¨® as¨ª ¡°una ciudad lineal no planificada¡±.
El asentamiento creci¨® en las siguientes d¨¦cadas, primero por la llegada de madrile?os ¡°en busca de residencia¡± y de poblaci¨®n gitana, y en los a?os noventa con inmigrantes extranjeros (fundamentalmente, marroqu¨ªes y rumanos) y personas de otros poblados chabolistas desmantelados.
Fuera de plazo. La Comunidad cree que ¡°la llegada de nuevos colectivos ha ido generando cada vez mayor conflictividad¡±. ¡°Por ello¡±, el Gobierno regional que presid¨ªa entonces Esperanza Aguirre (PP) aprob¨® en marzo de 2011 una ley que desafectaba esos terrenos y daba dos a?os para llegar a un consenso entre la Comunidad y los municipios afectados (Madrid, con casi 13 kil¨®metros y un ancho de 40 a 80 metros; Rivas, con tres kil¨®metros; y Coslada, con 900 metros). A esta norma se opusieron PSM, IU y los tres municipios afectados.
El plazo expir¨® sin acuerdo el pasado julio. La Comunidad podr¨ªa haber impuesto su soluci¨®n, pero ha preferido seguir negociando. Las reticencias de Rivas al documento han impedido hasta ahora el consenso.
El suelo y la gente. El acuerdo se resume en dos cuestiones: qu¨¦ hacer con el suelo y qu¨¦ hacer con la gente que vive en ¨¦l.
Pese a la insistencia de Madrid (PP) y Rivas (IU) en ocuparse primero de la gente, la Comunidad ha preferido dar preferencia a un punto de vista urban¨ªstico.
La piedra de b¨®veda del plan es que el suelo se venda a aquellos propietarios que puedan probar su derecho a comprarlo. Los que no puedan, junto a los que no tengan el dinero necesario o habiten una casa sin las condiciones m¨ªnimas de salubridad y seguridad, habr¨¢n de ser realojados.
Ah¨ª entra en juego el segundo punto: qu¨¦ hacer con esas miles de personas que deber¨¢n ser realojadas, y, sobre todo, con aquellos que tendr¨¢n que marcharse sin derecho a realojo. El documento no aporta soluciones, solo una bater¨ªa de medidas para mejorar la convivencia y condiciones de vida de los que se queden.
Seguridad. El plan regional, consensuado con la Delegaci¨®n del Gobierno, resume en apenas dos folios y medio lo obvio: se har¨¢ un esfuerzo coordinado para erradicar la delincuencia enraizada. El principal mercado de droga de la regi¨®n se asienta en un tramo del sector 6 (Madrid), donde conviven los fortines blindados de narcotraficantes con los toxic¨®manos de paso. El plan de seguridad, en cualquier caso, no aporta ni un solo dato concreto.
Urbanismo. ¡°El objetivo esencial ser¨¢ consolidar el mayor n¨²mero de residentes y de viviendas, en aras de la normalizaci¨®n urban¨ªstica y social¡±, reza el documento. Se crear¨¢ un consorcio entre la Comunidad y los municipios para el desarrollo urban¨ªstico, con un modelo preferentemente residencial de viviendas unifamiliares que no superen las dos plantas. Solo los habitantes censados en 2011/12 tendr¨¢n derecho a comprar sus viviendas.
El censo. La Ca?ada ocupa 107 hect¨¢reas. Sobre suelo de Coslada hay censadas 927 personas, la inmensa mayor¨ªa en viviendas consolidadas. En Rivas hay 1.132 personas (un 60% magreb¨ªes, el resto espa?oles). En Madrid hay 5.666 personas; la mitad ocupa viviendas deterioradas que habr¨ªa que derribar. Adem¨¢s, la mayor parte del tramo (el sector 6) no es suelo urbanizable por la cercan¨ªa del vertedero de Valdeming¨®mez. Madrid estim¨® que unas 4.500 personas deber¨ªan marcharse, y que un 40% deber¨ªa hacerlo sin derecho a realojo. Se tendr¨ªan que marchar. O ser expulsados.
El documento aplaza ese problema: ¡°Dada su complejidad, y debido a la necesidad de actuar primero socialmente, llevar¨¢ un proceso diferenciado y m¨¢s prolongado¡±. Una vez concluya (en no menos de una d¨¦cada), el suelo albergar¨¢ ¡°un parque tecnol¨®gico, empresarial e industrial¡±.
Cuentas descuadradas. Los realojos correr¨¢n a cargo del consorcio, que tambi¨¦n deber¨¢ encargarse de urbanizar la zona. Todo ello, con los ingresos obtenidos de la venta del suelo. Madrid ya ha avanzado que, en su tramo, la urbanizaci¨®n costar¨ªa 250 millones, y los realojos otros 100. El suelo dif¨ªcilmente podr¨ªa pagar esa cantidad, a riesgo de ser demasiado caro para los residentes.
Una posibilidad para cuadrar las cuentas sin necesidad de dinero p¨²blico ser¨ªa la venta a precio de mercado de las parcelas deshabitadas o que no puedan ser compradas en el futuro por sus actuales ocupantes
El plan social. Son seis p¨¢ginas (un tercio del documento) de l¨ªneas generales, que orillan la madre del cordero: los realojos.
Su objetivo es mejorar la convivencia y relaciones vecinales de quienes se queden, evitar la formaci¨®n de guetos, combatir el absentismo escolar y el desempleo, contar con mediadores de las distintas comunidades, etc¨¦tera. Para ello, se har¨¢ ¡°un diagn¨®stico m¨¢s exhaustivo de la situaci¨®n de las familias¡± antes de decidir las intervenciones a realizar.
Nada se menciona sobre c¨®mo se har¨¢n los realojos, un problema agravado por la decisi¨®n de Madrid de paralizar la construcci¨®n de pisos protegidos y por la venta por parte de la Comunidad de miles de sus viviendas. Adem¨¢s, el documento insiste en que las ¨¢reas lim¨ªtrofes de la Ca?ada, donde sobreviven cerca de 700 personas en peores condiciones a¨²n, no se incluir¨¢n en el plan.
¡°No queremos hacer un gueto¡±
Fausto Fern¨¢ndez, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Rivas (IU), explica que la "falta de un plan social espec¨ªfico" le impide respaldar el acuerdo marco de la Ca?ada Real redactado por el Gobierno regional (PP), como han hecho ya los otros dos municipios afectados (Madrid y Coslada, del PP) y la Delegaci¨®n del Gobierno (PP).
¡°Este texto es una soluci¨®n parcial. No busca una soluci¨®n integral para todo el asentamiento, para lo que est¨¢ dentro y fuera de la Ca?ada Real... Por ejemplo, apuesta por consolidar el mayor n¨²mero de viviendas y pobladores. Nosotros pensamos que hay que urbanizar la Ca?ada y sus aleda?os con coherencia urban¨ªstica y social¡±, razona el concejal.
El Ayuntamiento que encabeza Jos¨¦ Masa cree que la ¡°consolidaci¨®n del mayor n¨²mero de residentes y de viviendas¡± podr¨ªa derivar en un ¨¢rea m¨¢s degradada que la actual si no se acompa?a de medidas sociales concretas. ¡°Nuestra propuesta es integrar, no cambiar el chabolismo horizontal por otro vertical¡±, razona Fern¨¢ndez, que plantea otras dudas: ¡°?Qu¨¦ pasa con los habitantes en los m¨¢rgenes de la Ca?ada? Se les ignora, es como si no existieran. Se tiene que proceder a gestionar una salida digna a todos los afectados¡±, argumenta Fern¨¢ndez, al que preocupa que el sector 6 ¡°se d¨¦ directamente por perdido¡± en el documento.
¡°El plan social que proponemos no tiene nada que ver con el que el PP nos ha facilitado, porque no se profundiza en los problemas a resolver. Se dedican a detallar los recursos sociales, los equipamientos y coberturas que tienen ahora mismo todos los ciudadanos, como la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n que perciben sus beneficiarios independientemente de donde vivan... Es una estafa¡±, sentencia.
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