Fabra, vaya papel¨®n
Es raro que alguien haya dado vela en el debate sobre el aborto a un presidente heredero cuya solidez de pensamiento y liderazgo permanecen in¨¦ditos
Amigas y compa?eras feministas se/me preguntan si lo de Alberto Fabra y el aborto habr¨¢ sido producto de cierta inflamaci¨®n de meninges por combusti¨®n espont¨¢nea, o si m¨¢s bien responde al cumplimiento d¨®cil de una consigna emitida desde el ombligo del imperio (¡°!Santiago y cierra Espa?a!¡±). Pero ya es raro que alguien haya dado vela en este entierro de derechos a un presidente heredero cuya solidez de pensamiento y cuyo liderazgo pol¨ªtico (aqu¨ª y all¨¢) permanecen todav¨ªa in¨¦ditos. Nada se puede apoyar en la fofez. O en la muellez, que dir¨ªa el Conde Duque de Olivares.
Entonces, puede que el honorable de segunda mano se atribuya voluntariamente, una vez m¨¢s, el papel de oferente de nuevas ¡°glorias¡± a una Espa?a decimon¨®nica, de charanga y pandereta. Se suma de este modo a una iniciativa que, por extrema, solo ha sido avalada por la ultraderecha francesa (¡°!Por Tutatis!¡±) mientras en otros predios conservadores y vaticanistas, como Irlanda, siguen dando pasos en sentido contrario (rectifico: en contra-direcci¨®n vamos aqu¨ª, all¨¢ es hacia la conquista de libertades).
Pero observemos al cruzado Fabra, el de los deslumbrantes pensamientos, queriendo apuntalar al nacional-LePePenismo, y haciendo coro a lo m¨¢s granado de la fachundia europea mientras en casa los cascotes (propios y ajenos) est¨¢n a punto de abrirle la crisma. Y eso que se deja aconsejar por un sanedr¨ªn de mujeres, aunque por desgracia tambi¨¦n hay mujeres que no aman a las mujeres, igual que hay valencianos que no aman a los valencianos y sin embargo les (des) gobiernan.
Siendo indulgentes, podr¨ªamos pensar que el president ha dise?ado una astuta estrategia para hacer caja en la Corte a cambio del sacrificio de sus conciudadanas (total, ya estamos acostumbradas). Pero es que resulta que Madrid tampoco parece pagar a traidores, y le acaba de negar, y p¨²blicamente, cualquier financiaci¨®n adicional. Adi¨®s al plan b. Vaya con el bar¨®n rampante, cuesta abajo en la rodada...
Lo que s¨ª queda constatado es que ¡°Valencia¡± tiene, y ejerce, menos autonom¨ªa que Extremadura. De pensamiento, palabra y obra. Y que Monago (como tantos otros presidentes del PP) no es ni la mitad de sumiso que Fabra. A este paso corremos el peligro de ir acostumbr¨¢ndonos a convivir con lo grotesco. En las mismas p¨¢ginas en las que se informaba de las calabazas de Montoro y de TVE para hacer de esquirol, tambi¨¦n se daba cuenta de un paso m¨¢s en la liquidaci¨®n de la ¨²nica radiotelevisi¨®n sacrificada en el altar de la ¡°austeridad¡±; y aparec¨ªan datos sobre el porcentaje de estudiantes en lengua propia: menos que en Navarra. Al tiempo que centenares de discapacitados (cuya vida los obtusos reaccionarios dicen defender con la criminal contrarreforma del aborto) presentan recursos contra un co-pago en residencias y centros ocupacionales que no pueden asumir.
Rajoy y su partido se han metido en un jard¨ªn de ortigas de la mano de Gallard¨®n, porque la opini¨®n mayoritaria (incluso entre sus votantes) es que la propuesta que hacen sobre el aborto no es mejorable, sino rechazable en su totalidad. Cualquiera que no acepte sin m¨¢s las verdades de segunda mano se da cuenta de que lo que est¨¢ en juego es una nueva (y quiz¨¢ la m¨¢s grave) amputaci¨®n de derechos fundamentales. La guinda que colma el empastre. En chistes nos felicitan por el nuevo 1950, y se dice que el PP no est¨¢ preocupado por la p¨¦rdida del voto femenino porque en las pr¨®ximas elecciones ya lo habr¨¢n prohibido.
Sin bromas, ahora y aqu¨ª tratan de arrebatar a la mitad de la poblaci¨®n la autoridad sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Y enfrente hemos de estar todos y todas. No creo que las mujeres dej¨¢ramos de combatir una norma que obligara o que impidiera a los hombres ¡°hacerse¡± la vasectom¨ªa. As¨ª que aqu¨ª tambi¨¦n os queremos ver, compa?eros. Ni un paso atr¨¢s.
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