Frederic Amat crea un obelisco ca¨ªdo para Espriu
La obra dialoga con el vecino ¡®llapis¡¯ de la Diagonal del que es un negativo
El nuevo monumento a Salvador Espriu que ha creado el artista Frederic Amat est¨¢ ya a la vista en medio de los populares jardinets de Gr¨¤cia (oficialmente Jardinets de Salvador Espriu), en un talud de c¨¦sped ajardinado.
La obra, que de momento desconcierta a los paseantes que ignoran de qu¨¦ se trata ¡ªaunque los trabajadores facilitan la informaci¨®n¡ª, consiste en la marca, huella o impronta de un obelisco en el suelo.
Concretamente puede verse (muy sugestivamente) como la proyecci¨®n de la ca¨ªda del vecino obelisco del cruce de Diagonal y paseo de Gr¨¤cia, el c¨¦lebre y pol¨¦mico llapis, el viejo obelisco de la victoria.
Frederic Amat, al que contact¨® ayer este diario, no quiso explicar detalles sobre su obra y se remiti¨® a la inauguraci¨®n oficial del monumento el lunes pr¨®ximo, cuando lo desvelar¨¢ el alcalde Xavier Trias. No obstante, admiti¨® que es un particular homenaje a Espriu y a la historia del pa¨ªs.
Es evidente que la obra alude a las ideas de herida, sepultura y barca, presentes en la obra del autor de Cementiri de Sinera o Ant¨ªgona. Y sobre todo concita la idea de ca¨ªda y muerte.
Con el monolito de Amat, el obelisco de la Victoria encuentra su pareja
El obelisco, s¨ªmbolo solar para los egipcios y elemento de memoria de los faraones, no deja de remitir en el mundo mediterr¨¢neo al alto y espigado cipr¨¦s. Por otro lado, los obeliscos egipcios sol¨ªan ir en parejas, pues decoraban los dos lados de la entrada de los templos. Con la obra de Amat, el obelisco de Diagonal, de alguna manera, encuentra su pareja.
Visto como negativo del vecino obelisco, el monumento de Amat invita a reflexionar sobre el llapis y sus vicisitudes hist¨®ricas.
Frederic Amat es un artista que no tiene, precisamente, una visi¨®n monol¨ªtica de las cosas, sino transversal. Y ha sido siempre muy cr¨ªtico con la actitud monumental de la escultura p¨²blica ¡ªy esta nueva obra es todo un discurso sobre la no-monumentalidad¡ª y la necesidad de que ese tipo de intervenciones en el espacio p¨²blico dialoguen con el entorno.
El interlocutor en este caso, el tan denostado llapis, est¨¢ cargado de adherencias hist¨®ricas que de alguna manera encuentran su eco, su contraste o su respuesta en la creaci¨®n de Amat.
Con la inclusi¨®n de este nuevo elemento, de 26 metros y m¨¢s de 25 toneladas de peso, el emblem¨¢tico Cinc d¡¯Oros ¡ªcomo se conoce al cruce de Diagonal y paseo de Gr¨¤cia¡ª, se enriquece y adquiere sugerentes lecturas y significados.
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