Moratalaz antes de la M-30

1. Moratalaz. El barrio tiene tres virtudes: edificios separados que evitan el efecto corralay las interferencias con los vecinos; multitud de zonas verdes (est¨¢ absolutamente arbolado) y es el lugar en el que vivo. Me instal¨¦ en la capital hace m¨¢s de 50 a?os, en esa ¨¦poca eran las afuer¨ªsimas y la M-30 no exist¨ªa.

?2. Instituto Italiano de Cultura. Las pel¨ªculas que durante el tardofranquismo no emit¨ªan en los cines, ni siquiera en los de arte y ensayo, las ve¨ªamos aqu¨ª en italiano. A veces sin subt¨ªtulos. Es un refugio cultural (Mayor, 86).

3. Abacer¨ªa Lambuzo. El alma de Lambuzo es Pepe Moreno, que sigue obsequiando con comida propia de su tradici¨®n gaditana. Adem¨¢s de cocinarnos, algunos lunes organiza el Foro de B¨¦ticos en Madrid Pepe Mel. Nos reunimos, con el bar cerrado y nos consolamos nuestras penas futboleras. No nos metemos con los sevillitas, es todo de guasa (Calle de las Conchas, 9).

4. Campo del Rayo Vallecano. Una vez dije que si tuviera que ser de alg¨²n equipo de Madrid, ser¨ªa del Rayo. Pues me llamaron desde Vallecas y me invitaron al palco toda la temporada. Era la ¨¦poca en la que subieron a primera y estaban sin cobrar. Fui bastantes domingos y lo pas¨¦ muy bien. Sobre todo, cuando les vi ganar al Sevilla (Payaso Fof¨®, s/n).

5. Museo Thyssen. Tiene un tama?o perfecto. Los museos grandes suelen ser inabarcables, necesitas tener mucho tiempo para visitarlos en su totalidad. En este, adem¨¢s de poder difrutar de obras como el Enrique VIII de Holbein, tiene exposiciones buen¨ªsimas. (Paseo del Prado, 8).

6. Plaza de San Nicol¨¢s. Forma parte del Madrid de los Austrias, que en realidad es un camelo ya que no es continuo, sino trocitos de esa ¨¦poca. Esta plaza, rec¨®ndita, callada, sin tr¨¢fico, alejada del mundo, es un lugar muy ¨ªntimo. Puede recordar al sur; a un retacito de Sevilla.

7. Restaurante Lakasa de C¨¦sar Mart¨ªn. Lo conoc¨ª gracias a Juan Echanove. Me gusta mucho no solo por la cocina, que es maravilosa, sino por el trato. Sus platos son cuidados sin alardear de dise?o; innovadores, manteniendo una base tradicional y los camareros son encantadores, pero no empalagosos. Tiene todo en su punto para que uno se sienta muy a gusto (Raimundo Fern¨¢ndez Villaverde, 26).

8. Paseo Pintor Rosales. Soy originaria de una ciudad con r¨ªo y me ahogo cuando estoy en una ciudad tan urbana como Madrid. Este paseo me aporta calma y tiene una vista espl¨¦ndida. Es un lugar en el que no me importar¨ªa vivir.

9. Instituto Ramiro de Maeztu. Cuando vine a Madrid para hacer la oposici¨®n a profesora [estudi¨® Historia del Arte], me toc¨® examinarme aqu¨ª. Entonces no abundaban los institutos y este era puntero y prestigioso. Me llamaba mucho la atenci¨®n. Recuerdo tambi¨¦n sus alrededores por donde daba largos paseos (Serrano, 127).

10. Teatro Espa?ol. Nada m¨¢s verlo se nota que es el t¨ªpico teatro cl¨¢sico a la italiana, de esos en los que todav¨ªa te emociona ver el tel¨®n. Me recuerda a las cosas que me contaba mi padre del teatro. ?l estaba abonado al sevillano Teatro del Duque y cada semana acud¨ªa a ver dos o tres obras. Como soy hija ¨²nica me llevaba con ¨¦l, igual que al f¨²tbol. Dos de mis pasiones (Pr¨ªncipe, 25).