Apadrine a Cervantes

Es una gran sala de madera, de altos techos y llena de armarios que guardan entre rejas joyas literarias. Entre ellas aparece un ejemplar de Los trabajos de Persiles y Sigismunda de Miguel de Cervantes, de 1617. Es una rareza porque se trata de una edici¨®n contrahecha que incluye anotaciones del editor. El libro necesita tratamiento, ya que la presencia de ¨¢cido ha amarilleado las p¨¢ginas. Restaurarlo cuesta 500 euros.

Bastante m¨¢s caro, cerca de 1.400 euros, resultar¨¢ reparar los surcos que la carcoma ha dejado en las p¨¢ginas de Compendio de la historia de la Espa?a transfretana de Josep de Segarra, que incluye un mapa de 1760 de Mauritania y de las colonias espa?olas del norte de ?frica. ¡°Esto es una joya¡±, explica apasionada Carina Rey, comisionada para los Sistemas de Informaci¨®n y Comunicaci¨®n de la Universitat de Barcelona (UB), mientras lo despliega con sumo cuidado.

Estos dos libros forman parte del grupo del centenar de obras que necesitan ser restauradas y para las que la UB busca padrino. Ante la falta de recursos p¨²blicos, el campus ha decidido recurrir a peque?as donaciones, a partir de 50 euros, para poder financiar los trabajos. De hecho, la restauraci¨®n de los tesoros literarios es el primer proyecto de micromecenazgo que quiere poner en marcha la UB. Tambi¨¦n hay en mente buscar donaciones para los proyectos de investigaci¨®n o para renovar los laboratorios, aunque estos proyectos se encuentran todav¨ªa en estado embrionario.

La dotaci¨®n para

El gasto de la Generalitat en educaci¨®n superior ha ca¨ªdo un 29% en cuatro a?os, lo que ha mermado duramente los presupuestos de los campus. La UB ha visto c¨®mo el suyo lleva cinco a?os seguidos menguando. Lo ha hecho un 12% desde 2009. ¡°El dinero no llega para todo y aunque el fondo bibliotecario es importante lo es m¨¢s mantener la calidad docente o la plantilla¡±, defiende Rey, que ha constatado c¨®mo en este tiempo la dotaci¨®n para gestionar toda el ¨¢rea bibliotecaria ca¨ªa un 20%, hasta los cerca de siete millones.

Los restauradores del Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigaci¨®n (CRAI) de la UB consiguen darle una nueva vida a unas tres o cuatro obras al mes, ritmo insuficiente teniendo en cuenta que el fondo de la UB est¨¢ formado por 150.000 ejemplares. El m¨¢s antiguo es un manuscrito del siglo X, pero destacan especialmente la Cr¨®nica de Jaume I (1343) o el Libro de los ¨¢ngeles, de Francesc Eiximenis (1445). Otra joya lo conforman el cerca del millar de incunables, el m¨¢s antiguo es el De oratore, de Cicer¨®n (1465). La riqueza del fondo se ha alimentado con las aportaciones de la antigua Universidad de Cervera y de las bibliotecas de 23 conventos de Barcelona, que cedieron sus obras tras la desamortizaci¨®n.

Salvador Alemany

Una de estas es un compendio de los h¨¢bitos de moda y vestimentas del siglo XVI que abarca desde el imperio turco a ?frica y Asia. ¡°Esto ser¨ªa ideal para un padrino interesado por la moda y su evoluci¨®n¡±, tercia Rey, que explica que la variedad de tem¨¢tica de las obras que buscan padrino es muy diversa. Incluso hay un libro sobre la t¨¢ctica del ajedrez en el XVII, en un lamentable estado cuyas p¨¢ginas han servido de fest¨ªn para la carcoma. El costo de la restauraci¨®n se eleva a mil euros, si bien en este caso ya se ha hallado el auspicio de Salvador Alemany, presidente de Abertis y del Consejo Social de la UB.

El centro se ha puesto como primer objetivo llegar a los 100 donantes antes de verano; ya se han conseguido una veintena, como la familia Trias de Bes, que apadrina Dialogo di Galileo Galilei (1632); el concejal de ERC del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, ha elegido el manuscrito Cercapou, de Eixemenis (siglo XV) o el chef Joan Roca, que ha optado por el Libro del arte de cozina de Diego Granado (1609). Los padrinos podr¨¢n figurar, si lo desean, en el registro del Cat¨¢logo de Bibliotecas, desgravarse la donaci¨®n en la declaraci¨®n de la renta y tambi¨¦n recibir¨¢n una copia digital de la obra auspiciada.

¡°Deber¨ªamos tener m¨¢s financiaci¨®n p¨²blica, pero no la hay. As¨ª que si queremos mantener este patrimonio debemos hacerlo entre todos, porque es una riqueza de la que podr¨¢n disfrutar todos¡±, remacha Rey. Y es que el CRAI proyecta digitalizar todos los libros que se vayan restaurando, para despu¨¦s colgarlos en una web que se espera vea la luz antes de final de curso.