34 a?os esperando la verdad
Familiares de las v¨ªctimas y supervivientes del atentado ultraderechista contra un bar de Alonsotegi, que caus¨® cuatro muertos, reclaman su esclarecimiento
Han pasado ya 34 a?os ¡ªel lunes se cumplen¡ª, pero los cuatro asesinatos que una trama de ultraderecha cometi¨® en Alonsotegi siguen todav¨ªa impunes. La madrugada del 20 de enero de 1980 seis kilos de Goma 2 reventaban el bar Aldana, uno de los pocos que entonces exist¨ªan en la localidad, y se llevaban por delante las vidas de Liborio Arana, Manuel Santacoloma y el matrimonio formado por Pac¨ªfico Fica y Mari Paz Ari?o. Todos ellos eran militantes o simpatizantes del PNV, partido en que tambi¨¦n militaban los due?os del local, el matrimonio formado por Jos¨¦ ?ngel Gonz¨¢lez Arrieta y Garbi?e Zarate Camino. Ambos resultaron heridos, al igual que otras ocho personas, algunas de ellas de gravedad. El local era un punto habitual de reuni¨®n de los nacionalistas de Alonsotegi.
El bar fue derruido hace a?os, pero en la plaza que hoy se abre justo encima del lugar donde se alzaba, donde ning¨²n monolito, ninguna placa, recuerda a las v¨ªctimas, unas 50 personas, entre ellas varios de los supervivientes del crimen y familiares de los fallecidos y heridos, se han reunido este s¨¢bado para reclamar verdad y memoria. Una docena de ellos han presentado y firmado un escrito dirigido al secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fern¨¢ndez, al que solicitan que, con la colaboraci¨®n de la Ertzaintza, haga lo necesario para tratar de esclarecer el atentado.
El ataque fue reivindicado por los ultraderechistas Grupos Armados Espa?oles (GAE), que aquel mismo a?o asumieron la autor¨ªa de otras acciones terroristas, entre ellas el asesinato de un simpatizante de HB. ¡°Creemos que nunca se dieron pasos reales para el esclarecimiento¡± del crimen y la b¨²squeda de sus responsables, asegura el escrito, le¨ªdo en castellano y euskera por sendos nietos de dos de las v¨ªctimas.
¡°Por lo menos, saber el porqu¨¦¡±, pide el hijo de uno de los fallecidos
El texto recuerda que, meses despu¨¦s del atentado, ¡°fuentes cercanas a ¨¢mbitos judiciales¡± ofrecieron una pista que apuntaba a mandos intermedios de la comisar¨ªa de polic¨ªa de Barakaldo como autores materiales de la colocaci¨®n del artefacto. A?os despu¨¦s, en el marco de las investigaciones sobre los GAL, ¡°fuentes policiales confidenciales¡± volvieron a situar en la misma comisar¨ªa a los autores del atentado. Pero la realidad sigue oculta. Garbi?e Zarate, fallecida en 2009, sigui¨® recibiendo amenazas durante a?os que siempre atribuy¨® a conocidos miembros de la ultraderecha de Alonsotegi.
¡°Queremos la verdad, no la idea de que sea algo punitivo ni que nadie vaya a la c¨¢rcel. Es m¨¢s verdad que justicia¡±, dice uno de los organizadores del acto de ayer. De hecho, los cr¨ªmenes habr¨ªan prescrito legalmente.
I?aki Arana ten¨ªa 27 a?os cuando la bomba destroz¨® a su padre Liborio cuando se dispon¨ªa a entrar en el Aldana. ¡°O¨ªmos el bombazo y nos acercamos¡±, recuerda. ¡°Supon¨ªa que ¨¦l estaba aqu¨ª, pero la gente que me conoc¨ªa me mandaba al hospital, aun sabiendo que estaba sobre aquella pared. Estuve busc¨¢ndole por todos los hospitales¡±. Ahora quiere, ¡°por lo menos saber el porqu¨¦ y qu¨¦ motiv¨®¡± el atentado.
¡°Mi padre, como el resto, eran personas afines al PNV, pero nada m¨¢s vinieron a matar a cuantos m¨¢s [pudieran] no a mi padre y a los otros¡±, apostilla. El atentado pod¨ªa haber causado muchas m¨¢s v¨ªctimas, ya que cerca de un centenar de vecinos estaban cenando para festejar el ¨¦xito de la Cabalgata de Reyes y muchos de ellos iban a pasar despu¨¦s por el Aldana.
Jos¨¦ Ignacio Etxebarria presid¨ªa en 1980 la Junta Municipal del PNV. Es uno de los supervivientes. Justo a su lado muri¨® Manuel Santacoloma mientras beb¨ªa una cerveza. ?l mismo result¨® herido. Rememora que en el bar ¡°siempre hab¨ªa mucha gente¡±, pero lo avanzado de la hora y la cena de la Cabalgata ¡ª¡°luego iban a venir todos¡±¡ª confluyeron en que entonces no estuviese muy concurrido.
¡°Lo hemos intentado olvidar, pero no es f¨¢cil¡±, dice. ¡°Si desde luego se descubre qui¨¦n fue el culpable y todo eso, la cosa quedar¨ªa m¨¢s tranquila o m¨¢s relajada¡±, a?ade. ¡°Tampoco se trata ya de condenar a nadie ni nada, porque no se sabe ni cu¨¢les son las intenciones ni si a quien lo hizo le mand¨® otro, o se le escap¨® y aquello no quer¨ªa que fuera tan grave¡±, concluye.
Las palabras del obispo
Goiuri Delgado es nieta del matrimonio propietario del bar Aldana. Antes de la firma del texto solicitando el esclarecimiento del crimen que su hermano Iker acababa de desgranar en euskera ¡ªIban Arana, nieto del fallecido Liborio Arana lo ha hecho en castellano¡ª, ha le¨ªdo un breve cap¨ªtulo del libro La reconciliaci¨®n,del obispo em¨¦rito donostiarra Juan Mar¨ªa Uriarte.
Las reflexiones del prelado cimentan en parte la decisi¨®n de familiares y supervivientes de reclamar p¨²blicamente la verdad del atentado. ¡°La aut¨¦ntica reconciliaci¨®n exige conocer la verdad de los delitos cometidos. La reconciliaci¨®n es fr¨¢gil cuando no se asienta en el conocimiento y en el reconocimiento de toda la verdad a nuestro alcance. Sin verdad no puede haber paz y reconciliaci¨®n¡±, escribi¨® Uriarte y ha le¨ªdo la joven.
El texto presentado para que se investigue el atentado tambi¨¦n parafrasea al prelado cuando afirma: ¡°El esclarecimiento del caso contribuir¨ªa a nuestra sanaci¨®n como v¨ªctimas, pues creemos que las ¡®v¨ªctimas reconciliadas¡¯ pueden jugar un ¡®papel activo¡¯ que ayude a otras ¡®v¨ªctimas bloqueadas¡¯ desde la restauraci¨®n de la memoria¡±.
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