Un Ch¨¦jov fresco es posible
El trabajo de Oriol Tarrasc¨®n en el Lliure de Montju?c demuestra que es posible acercar el cl¨¢sico ruso a un p¨²blico contempor¨¢neo
Escenas de la vida en el campo en cuatro actos, vistas mil veces en versiones y puestas de todo tipo, y que ahora, en este montaje de Les Antonietes suenan a nuevas. Tal es el m¨¦rito del trabajo de Oriol Tarrasc¨®n, responsable de la adaptaci¨®n y de la direcci¨®n de V¨¤nia, y de todos los int¨¦rpretes de la compa?¨ªa. Dotan de frescura, en el sentido m¨¢s jovial y vigoroso del t¨¦rmino, al cl¨¢sico de Ch¨¦jov y a sus personajes principales sin dejar de lado su esencia. Lo ¨²nico que V¨¤nia deja de lado es un par de personajes epis¨®dicos de verdad para centrarse en el profesor Alexandr Serebriakov y su bella y joven esposa, Elena Andr¨¦ievna, y en el tumulto de sentimientos velados que desencadenan; en Sonia, hija del profesor Serebriakov de su primer matrimonio, hijastra por tanto de Elena; por supuesto en Voinitski (Vania), cu?ado del profesor a cargo de la hacienda junto a Sonia; en el doctor Astrov, tan protagonista como Vania de la obra; incluso en Teleguin, un terrateniente venido a menos, interpretado por el mismo actor que hace de profesor, Arnau Puig, y que soluciona las escenas en las que aparecen ambos con gracia.
V?NIA
De Anton Ch¨¦jov
Adaptaci¨®n y direcci¨®n: Oriol Tarrasc¨®n.
Int¨¦rpretes: Annabel Castan, Bernat Quintana, Pep Ambr¨®s, Mireia Illamola, Arnau Puig.
Iluminaci¨®n: I?aki Garz¨®n.
Espai Lliure del Teatre Lliure de Montju?c, Barcelona.
Hasta el 26 de enero.
La corriente subterr¨¢nea de sentimientos que recorre a los personajes chejovianos est¨¢ ah¨ª sin la carga de lo cl¨¢sico, gracias a la versi¨®n del texto, actualizado sin moderneces; a la naturalidad con la que los int¨¦rpretes se aproximan a sus personajes y los reinterpretan; y a una puesta en escena simple y que parece resumir la intenci¨®n de la propuesta, la de desempolvar El t¨ªo Vania de 1897 y acercarlo al p¨²blico contempor¨¢neo, con la primera imagen que asalta al espectador al entrar en la sala del Espai Lliure: los cuerpos de los actores embalados en pl¨¢stico y esparcidos por el suelo junto a los libros o las sillas.
Si Puig asume eficaz dos personajes muy distintos a la vez, sus compa?eros destacan en los suyos. Pep Ambr¨®s es Vania, el hombre peque?o que ha malgastado su vida trabajando sin descanso junto a Sonia por y para el profesor y su esposa, y lo es mostrando su incapacidad para cambiar el curso de las cosas; Bernat Quintana es Astrov, el apuesto doctor que sue?a con otra vida desde un refinamiento que le traiciona; Mireia Illamola es una bella Elena que podr¨ªa hacer el papel sin abrir boca, con solo agitar su cabellera rubia; Annabel Castan es la poco agraciada Sonia, que se resigna a no ver su amor por Astrov correspondido gracias a la fuerza de su voluntad. Amor, odio, envidia, celos, pasi¨®n, sentido del deber, desesperaci¨®n, miedo. Los cinco se adue?an de las emociones de la pieza hasta desbordarlas de su cauce.
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