La ausencia de Jer¨®nimo
La familia de un afectado por amianto que ha ganado la batalla judicial a Navantia sostiene que la v¨ªctima nunca supo ¡°que estaba expuesto a un material peligroso¡±
Fue un m¨¦dico el que les dio el primer aviso. "Vuestro padre se muere por el amianto. Ten¨¦is que reclamarlo, ten¨¦is que denunciarlo". Pero entonces Rebeca no estaba para reclamaciones. Jer¨®nimo ?lvarez hab¨ªa trabajado de joven en los astilleros de C¨¢diz. Medio siglo despu¨¦s un c¨¢ncer pulmonar se lo llev¨®. Fue, tras su muerte, cuando su familia se acord¨® de lo que les dijo ese doctor. La batalla ha costado tres a?os y se ha saldado con una primera victoria, todav¨ªa no definitiva. La justicia les ha dado la raz¨®n y ha condenado a Navantia a pagarles casi 100.000 euros por no haber tomado las medidas de seguridad suficientes para proteger a sus trabajadores. Es una lucha no vencida del todo, porque la empresa les ha anunciado que recurrir¨¢.
A Rebeca no le gusta hablar de triunfo. No siente que haya ganado nada. No encuentra motivos para la celebraci¨®n porque pesa la ausencia de su padre. "Yo hubiese saltado de alegr¨ªa si este dinero me hubiese tocado en la loter¨ªa. Pero esto nos duele y nos remueve mucho en la familia. Lo hemos pasado muy mal y lo seguimos pasando". Victoria Lanillo, su madre, no quiere salir en las fotos. "Esto ha sido muy duro y muy fuerte", resume emocionada. Iniciaron esta batalla legal porque se lo propuso el m¨¦dico que atend¨ªa a Jer¨®nimo, que, enseguida, relacion¨® el c¨¢ncer pulmonar con met¨¢stasis ¨®sea con la exposici¨®n al amianto. Ese informe m¨¦dico y otro posterior han sido fundamentales para la sentencia favorable a sus intereses.
Rebeca acudi¨® al despacho del bufete de abogados Ortiz de C¨¢diz, donde Juan Manuel Priego se encarg¨® de preparar la demanda ahora ganada en el Juzgado de lo Social 2. "Ten¨ªamos una jurisprudencia abundante que nos daba bastantes posibilidades de ganar", se?ala. Adem¨¢s, este fallo judicial ha a?adido un matiz importante al reconocer que los astilleros donde trabaj¨® Jer¨®nimo s¨ª hab¨ªan tomado medidas de protecci¨®n a la exposici¨®n del amianto pero que fueron claramente insuficientes para preservar la salud de sus obreros.
Jer¨®nimo trabaj¨® en los astilleros entre 1957 y 1968. As¨ª constan en los numerosos contratos que Rebeca y su hermano Isaac recabaron. Pudieron demostrar que su padre estuvo dado de alta en la empresa matriz, entonces Astilleros Espa?oles, durante ocho meses como andamiero y soldador. Tambi¨¦n en numerosas subcontratas en las factor¨ªas propiedad de la compa?¨ªa naval. Navantia trat¨® de que el juzgado desestimara la demanda por el escaso tiempo que el obrero estuvo contratado directamente para la compa?¨ªa, pero el juzgado no lo admiti¨®.
"Mi padre nunca fue consciente de que estaba expuesto a un material peligroso. Era muy joven y por aquel entonces no se sab¨ªa nada del amianto", explica Rebeca. Fue despu¨¦s, cuando la enfermedad apareci¨®, cuando lo relacionaron. Lo estableci¨® el informe m¨¦dico durante sus ¨²ltimos meses de vida, en febrero de 2011, y uno posterior, de marzo de 2012 del equipo de valoraci¨®n de incapacidades (EVI) que determin¨® que la causa del fallecimiento en julio del a?o anterior hab¨ªa tenido su origen en una enfermedad profesional por exposici¨®n al amianto.
La sentencia del juzgado de lo social de C¨¢diz repasa las normativas sobre el amianto. Y encuentra en 1927 la primera publicaci¨®n sobre la asbestosis, la dolencia vinculada a la inhalaci¨®n de polvo de amianto, material para la construcci¨®n naval. Normativas que se desarrollaron y ampliaron en los a?os 40 y 50. Es decir, que cuando Jer¨®nimo trabaj¨® en Navantia ya se sab¨ªa que ese polvo era perjudicial. "En la actividad exist¨ªa un elemento nocivo conocido por la empresa. Puso medidas, incluso superiores a la normativa obligatoria, pero eso no la exime por no haber alcanzado un nivel de cumplimiento suficiente", ha determinado el magistrado Eloy Hern¨¢ndez Lafuente.
La sentencia condena a la empresa naval a pagar a Victoria, como viuda, una cantidad de 81.634 euros, y a cada uno de los hijos, Rebeca e Isaac, 9.070 euros. "Nosotros ped¨ªamos m¨¢s, pero es lo que el juez ha establecido en funci¨®n del tiempo de exposici¨®n al amianto y de las medidas de seguridad que pudo poner en marcha la entonces Astilleros Espa?oles", explica el abogado. La cuant¨ªa se ha establecido siguiendo el criterio de los accidentes de tr¨¢fico en siniestros laborales. "Pensamos en recurrir pero por prudencia no lo haremos". Quien s¨ª ha anunciado que recurrir¨¢ es Navantia. La compa?¨ªa elevar¨¢ ese recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, pero eso no evitar¨¢ que la familia pueda cobrar, si no todo, parte del dinero. La ejecuci¨®n provisional del fallo podr¨ªa permitirles cobrar la mitad de la condena, hasta que se haga firme.
Rebeca dice que el dinero ser¨¢ una ayuda para la familia. "Un poco de tranquilidad para mi madre". Lo cuenta a su lado. Victoria suspira cada vez que hablan de su marido. Reclamaron el dinero como un acto de justicia. Aunque la ausencia de Jer¨®nimo impida celebraci¨®n alguna.
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