Homero con humor

Sea como San Francisco de As¨ªs o como el p¨ªcaro Lazarillo de Tormes, cont¨¢ndonos el Evangelio de San Juan o las peripecias de Ulises, Rafael ?lvarez es, por encima de cualquier personaje, m¨¢scara o disfraz, El Brujo ante el espectador. Su figura suele pesar tanto o m¨¢s que la del sujeto al que interpreta, del que acostumbra a apropiarse desde la admiraci¨®n y el respeto, eso s¨ª, para ofrec¨¦rnoslo a trav¨¦s de su personal enfoque, siempre trufado de comentarios jocosos relacionados con la actualidad pol¨ªtica y social. Tras m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de experiencia sobre las tablas y dado su carisma, conecta enseguida con el p¨²blico y este, que ya sabe qui¨¦n es, va a verle haga lo que haga o de quien haga.

El Brujo, como buen cordob¨¦s, es simp¨¢tico, tiene gracia y adem¨¢s se mantiene en forma. Ahora ha vuelto a Barcelona casi diez a?os despu¨¦s de San Francisco, Juglar de Dios (La Villarroel, 2005) como narrador, un aeda que se atreve nada menos que con la Odisea, poema que se ventila en algo m¨¢s de hora y media resumi¨¦ndolo mucho, salt¨¢ndose lo que quiere y, sobre todo, analiz¨¢ndolo a su manera. Insiste en que lo esencial est¨¢ ah¨ª, sobre el escenario del Condal, flanqueado por los dos m¨²sicos (percusi¨®n y teclado) que le acompa?an en directo, entre el m¨¢stil, la vela y las conchas que lo adornan como si estuvi¨¦ramos en una representaci¨®n cutre de Mar i Cel. Una vez dicho el fragmento del canto seleccionado deprisa y corriendo o en plan minimalista por aquello de ofrecer varios registros, llega el momento de la reflexi¨®n y el cachondeo con las aportaciones de su propia cosecha: que si se imagina a Zeus como si fuera Fernando Fern¨¢n G¨®mez, cuya voz clava; que si a Calipso la ve m¨¢s bien como a Shakira; que si las ninfas en general vienen a ser como unas diosas sin papeles o si se ha inspirado en Mario Vaquerizo para hacer de Palas Atenea ¡­

No falta el homenaje a Pepe Rubianes ni el comentario de refil¨®n sobre el nacionalismo catal¨¢n. Y no crean que les estoy chafando la guitarra con estos spoilers; Rafael ?lvarez tiene cuerda para rato. Pasa de una cosa a otra con gran facilidad, implicando al p¨²blico e interaccionando con ¨¦l, cantando y movi¨¦ndose con agilidad; todo ello mientras exprime las cuitas del h¨¦roe hom¨¦rico para regocijo del respetable que, en realidad, poco o nada espera del poeta griego en este montaje. Hay de todo un poco en este caj¨®n de sastreque el p¨²blico celebr¨® con una c¨¢lida ovaci¨®n la noche del estreno.