Como siempre, ni un paso atr¨¢s
S¨¢enz de Santamar¨ªa y Quiroga redoblan su mensaje de firmeza para el final de ETA
Si Mariano Rajoy no desautoriza a Soraya Sa¨¦nz de Santamar¨ªa, el lehendakari, I?igo Urkullu, saldr¨¢ cabizbajo y sin r¨¦dito alguno de su pr¨®xima reuni¨®n con el presidente del Gobierno, reclamada ya hace un mes. Urkullu har¨ªa bien en mentalizarse de semejante desenlace porque el PP no dar¨¢ ni un paso atr¨¢s en su firme prop¨®sito de asistir al final de ETA a cambio de nada. Es decir, nada de correr riesgos y menos ahora, en tiempos de zozobra interna.
En Bilbao, y como muestra elocuente de un expreso respaldo a la nueva etapa y al discurso de Arantza Quiroga al frente del PP vasco, la vicepresidenta ha pulverizado la m¨ªnima esperanza de que el final de la violencia fuera correspondido desde la democracia. Consciente del eco de su posici¨®n entre las v¨ªctimas y en el clan Mayor Oreja, S¨¢enz de Santamar¨ªa ha reducido la pol¨ªtica para los tiempos de paz a una exigencia sin resquicios: "Que ETA se disuelva sin concesiones". A partir de ah¨ª, prietas las filas, a hablar de econom¨ªa y a poner en valor la gesti¨®n y el liderazgo de Rajoy.
Pero la vicepresidenta no ha desaprovechado la oportunidad de resarcir al PP vasco del duro golpe moral que han supuesto las cr¨ªticas de algunas v¨ªctimas hacia su supuesta veleidad con el nacionalismo y su laxitud con ETA y su entorno. Por eso ha puesto en valor con rotundidad el "compromiso con las ideas" y el coraje" antes y ahora de su partido en Euskadi, apelando, claro, al dolor sufrido.
S¨¢enz de Santamar¨ªa sabe que entre los populares de Euskadi hay una contenida desaz¨®n por el comportamiento escapista de Mayor Oreja y las agrias palabras de Mar¨ªa San Gil o Consuelo Ord¨®?ez. Comprende el desgarro hasta el punto de apresurarse a desmontar con datos la rebeld¨ªa de los disidentes. "Desde 2012 se han detenido a 96 miembros de ETA. El Gobierno no baja la guardia", dijo. Sin embargo en Vox, a estas alturas de una discordia tan planificada, ya han creado su propia realidad y en FAES, tambi¨¦n.
Ahora bien, el PP parece que no est¨¢ dispuesto a poner la otra mejilla. Quiroga, por ejemplo, no levant¨® siquiera la voz para recordar c¨®mo Aznar se pleg¨® a un acuerdo con el nacionalismo para asegurarse su primer gobierno. Incluso podr¨ªa recordar c¨®mo Mayor, dispuesto a sentarse en una mesa con ETA, acerc¨® a centenares de presos como ministro del Interior. Si un d¨ªa lo dijera, se?al de que la sangre est¨¢ llegando al r¨ªo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.