Una mafia empresarial a la caza de contratas municipales

Se citaban en lugares apartados, en las afueras de las ciudades, en ocasiones dando rodeos laber¨ªnticos e incluso protegi¨¦ndose con sistemas de contravigilancia. Eran tan conscientes de que sus tel¨¦fonos pod¨ªan estar intervenidos que hablaban con extra?as claves y se refer¨ªan a sus contactos con motes como Cachas negras, Ojo de lince, El gordito, El padrino, El cura, El Pulpo, Pijolandia, El birollo... Al dinero destinado a los sobornos que enviaban a trav¨¦s de Seur se refer¨ªan como ¡°pintura¡±, ¡°botes¡±, ¡°prensa deportiva¡± o ¡°quesos¡±. El modo de actuar del grupo empresarial Vendex, el eje de la Operaci¨®n Pok¨¦mon, para captar contratos de algunos de los principales Ayuntamientos de Galicia, era similar al de las ¡°organizaciones criminales del narcotr¨¢fico o el blanqueo¡±, seg¨²n un informe del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), que pinch¨® sus tel¨¦fonos, les hizo seguimientos y capt¨® fotograf¨ªas y v¨ªdeos, ahora tampoco bajo secreto, de sus habituales contactos con pol¨ªticos.

La apertura de buena parte del mayor sumario por corrupci¨®n instruido nunca en Galicia, por el que la juez de Lugo Pilar de Lara ha imputado a un centenar de personas ¡ªdirectivos del grupo empresarial, pol¨ªticos y funcionarios¡ª confirma las graves acusaciones contra los gobiernos municipales del PSOE en Lugo y Ourense y del PP en Santiago y A Coru?a. Los peor parados son el alcalde lucense, Xos¨¦ L¨®pez Orozco, y el exregidor de Ourense, Francisco Rodr¨ªguez. Aduanas deduce, de diversos testimonios, que Orozco presuntamente recibi¨® de Vendex sobres mensuales de 2.000 euros. En conversaciones intervenidas, directivos del grupo aseguran que compraron un reloj Rolex de 6.000 euros para el exalcalde ourensano. Los pinchazos arrojan tambi¨¦n graves sospechas de que supuestamente se ama?aron concursos p¨²blicos en Ourense y que se preparaban maniobras similares en Santiago. Pero adem¨¢s de los imputados, los directivos de Vendex alardean en sus conversaciones de los supuestos contactos mantenidos con otros pol¨ªticos como el alcalde de A Coru?a, Carlos Negreira; el exregidor de esa ciudad Francisco V¨¢zquez (El Embajador) o el portavoz del PP en el Senado, Jos¨¦ Manuel Barreiro (El Chino), del que el delegado del entramado de empresas en Galicia, Jos¨¦ Mar¨ªa Tutor, dice que tiene que ¡°empezarse a relajar¡±.

En el universo Pok¨¦mon, a caballo entre las dos orillas, como un puente que une el mundo de los cazadores de contratas y los pol¨ªticos que supuestamente se venden a la trama mafiosa (por paquetes de dinero de algo menos de un kilo a trav¨¦s de Seur), los informes de los investigadores sit¨²an a Francisco F¨¦lix Fern¨¢ndez Li?ares. Este es el cromo de la colecci¨®n que durante m¨¢s tiempo (casi desde el mismo momento en que estall¨® la Operaci¨®n Carioca contra la prostituci¨®n) persigui¨® la juez De Lara. Mano izquierda de Orozco, concejal omnipotente de Econom¨ªa, Urbanismo y Seguridad Ciudadana, fue aupado despu¨¦s por el Gobierno socialista a un cargo que se estrenaba, el de presidente de la Confederaci¨®n Mi?o-Sil.

A lo largo de los 26 tomos del sumario que ayer dejaron de ser secretos, el hombre peque?o y calvo al que la trama se refiere como Tkachenko o Garbancito, se ve presuntamente involucrado en los cobros de mordidas tanto siendo edil como responsable de la suerte de los r¨ªos gallegos. Su supuesto testaferro, hombre fiel durante media vida, Javier Reguera (propietario del solar y el local del prost¨ªbulo Queen¡¯s, nido de la Carioca), seg¨²n un testigo llega a alabar en un momento dado su integridad: ¡°Mira, fue honrado, se march¨® a la Confederaci¨®n y ahora dice que ya no quiere cobrar m¨¢s porque se va¡±. Pero lo que creen los agentes de Aduanas es que, despu¨¦s, sigui¨® recibiendo los ¡°pal¨¦s¡± de ¡°pintura¡±.

En su etapa municipal, Li?ares aparece descrito como controlador de todas las contratas municipales, empezando por la de la gr¨²a, que ya en el a?o 2000, como si fuese su empresa particular, acude a rescatarlo tras un accidente en ruta. A los pocos d¨ªas, se libr¨® de pagar los arreglos del taller de coches, por un valor de casi mill¨®n y medio de pesetas, falseando la factura del chapista: seg¨²n los investigadores, cambi¨® sobre el papel la matr¨ªcula de su Nissan Primera por la de una gr¨²a plataforma. Reguera es la sombra de Li?ares y a la vez empleado de Jos¨¦ Mar¨ªa Tutor, el jefe en Galicia de Vendex (el grupo de empresas que controla desde Madrid Gervasio Rolando Rodr¨ªguez Acosta). Antes incluso de llegar a Lugo Doal, la empresa de la ORA de Vendex, Reguera, encargado de la firma de la competencia, llevaba coche y m¨®vil de la primera firma, seg¨²n refiere el sumario. Y en aquel momento tambi¨¦n Tutor, desde la distancia, fue mentor, a trav¨¦s de Reguera y Li?ares, del convenio laboral de la plantilla de la empresa de la gr¨²a, Cechalva, que no era de Vendex. As¨ª lo describe uno de los primeros testigos, exsocio de esta concesionaria, que dio adem¨¢s a la juez las primeras pistas sobre los supuestos pagos en negro al alcalde.

Cuando la trama habla de ¡°tomar un agua¡± es que va a quedar con el presidente de la Confederaci¨®n. Reguera habla a diario con Garbancito. En el momento en que empiezan a sentir que los persiguen, deciden entenderse en clave, lanzar por tel¨¦fono mensajes equ¨ªvocos para despistar, citarse en coches despu¨¦s de tomar ¡°mil tipos de cautelas¡±, con extra?as maniobras y muchas vueltas. Pero no se resist¨ªan a seguir con los pagos y los cobros. A finales de 2011, cuando Li?ares ya esperaba su cese en la Confederaci¨®n, despleg¨® una actividad fren¨¦tica para dejar ama?ados, supuestamente, contratos con diversas empresas amigas. As¨ª habr¨ªa utilizado a sus hijos como testaferros en varios negocios, y favorecido a otro de sus fieles en Lugo, Manuel Santiso (socio en varios frentes de Reguera), convocando incluso un concurso en el que las dos firmas perdedoras estaban conchabadas. Tambi¨¦n habr¨ªa apurado dos obras seg¨²n los deseos de Orozco en Lugo, y concedi¨® por 227.210 euros trabajos en r¨ªos de Ourense y Pontevedra al due?o de una empresa de reforestaci¨®n que, a cambio, seg¨²n los investigadores, le plant¨® 4.000 eucaliptos en un par de fincas de su propiedad.