El triunfo del se?or Burbuja
El canadiense es guapo, simp¨¢tico, p¨ªcaro y efectista, pero insustancial en su acercamiento a los cl¨¢sicos del jazz vocal
Michael Bubl¨¦ es padre reciente y presume de ello en los conciertos y las redes sociales, pero su condici¨®n de hombre felizmente emparentado no le ha hecho perder el halo de yerno perfecto. Anoche, en el Palacio de los Deportes, ante los 12.000 fieles que hab¨ªan agotado las entradas semanas atr¨¢s, ese hechizo colectivo se sublim¨®. El canadiense presume de buena planta, viste como un pincel, chapurrea castellano y es francamente simp¨¢tico; tanto, que se presenta a s¨ª mismo como ¡°Miguelito Burbuja¡±. Ejerce de animador charlat¨¢n, tiene don de gentes y engatusa a sus incondicionales con trucos como grabarse con un m¨®vil prestado o conceder un caluroso abrazo a una espectadora que se lo ped¨ªa en una cartulina.
Empieza el concierto entre llamaradas reales y nos regala un chaparr¨®n de corazoncitos rojos y blancos para ¡®All you need is love¡¯. Desde ese punto de vista, Bubl¨¦ ofrece un espect¨¢culo integral y ameno. L¨¢stima que tambi¨¦n pueda resultar insustancial e irrelevante. Y, a veces, lo bastante hortera como para que esos destellos dorados que emiten las pantallas gigantes semejen la imagen corporativa de una cadena de joyer¨ªas.
Michael se ha erigido una h¨¢bil imagen de ¡®crooner¡¯ moderno, cercano, enrollado. Si Dean Martin o Sinatra eran unos cr¨¢pulas, ¨¦l ejerce de pilluelo y anuncia, antes de ¡®That¡¯s all¡¯ (Nat King Cole): ¡°Este es el momento m¨¢s rom¨¢ntico de la noche. Si alguno est¨¢ solo, que le proponga un tr¨ªo a la pareja de al lado¡±. L¨¢stima que como vocalista sea tan correcto como inexpresivo. Canta, a falta de otro matiz, con un nivel de reverberaci¨®n insoportable en el micr¨®fono.
El naufragio es manifiesto en el repertorio m¨¢s jazz¨ªstico: parece dif¨ªcil reducir ¡®Moondance¡¯ o ¡®Cry me a river¡¯ a la nader¨ªa, pero ¨¦l lo consigue. Se toleran mejor las composiciones propias o los homenajes a Bee Gees o el ¡®soul¡¯ de Smokey Robinson y los Jackson 5. Pero quiz¨¢s, en efecto, lo de Burbuja sea premonitorio.
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