De corazones agrietados

Su ¨²ltima y reciente entrega discogr¨¢fica es In bloom, pero anoche, en una Sala Clamores que no alcanzaba las tres docenas de testigos, podr¨ªamos haberla retitulado En familia. As¨ª de impiadosa llega a ser la noche madrile?a cuando a un martes invernal le sumamos una meteorolog¨ªa inclemente. Y no ser¨¢ porque a Eva Cort¨¦s le falten respaldos (su cat¨¢logo tiene marchamo internacional, nada menos que Verve) ni mimbres. Eva es una coplera que ha escuchado con denuedo a Thelonious Monk, una jazzista de metaf¨®ricos faralaes. La intersecci¨®n perfecta entre dos lenguajes condenados (y esto no es nuevo) a entenderse sin grandes esfuerzos, puesto que sus renglones se escriben desde los dictados de la pasi¨®n. De los corazones agrietados.

En tiempos de penurias, Cort¨¦s ha de conformarse con el respaldo de un d¨²o polifac¨¦tico en vez de un tr¨ªo panor¨¢mico. Claro que Santi Greco y Federico Marini se multiplican, el uno con un bajo arpegiado a lo Jaco Pastorius y el segundo, brind¨¢ndole una mano al caj¨®n y la otra a las escobillas. Es un juego de las intersecciones que a veces alcanza la categor¨ªa de filigrana, sobre todo en ese standard irrompible, My favourite things, que esta hondure?a criada en Sevilla (!) adapta en versi¨®n biling¨¹e: ¡°las cosas que me hacen feliz de verdad¡±.

Puede que sea la bisectriz m¨¢s perfecta de la noche, porque a partir de ah¨ª la balanza se inclina hacia lo sure?o (Toda mi vida, cr¨®nica de esos amores, ?ay!, finalmente truncados) o lo negroide (Sweet stuff y los mejores solos de la velada). La propuesta a¨²n incrementa su versatilidad con una escala en la chanson, Charles Trenet mediante. El ubicuo trombonista Santi Ca?ada enriquece la mezcla en varias piezas. Es imposible apelar a Nina Simone (Whatever Lola wants) y salir victoriosa, pero Eva le ha perdido el miedo a todo. Y hace bien.