Asalto a la primera muralla de Barcino
La construcci¨®n romana tendr¨¢ un centro de interpretaci¨®n en la plaza de Traginers
Es tan grande que, a veces, pasa desapercibida. La muralla romana de Barcelona, la antigua Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, es el monumento de mayor tama?o de la ciudad y uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos. La tercera parte de sus 1.270 metros de longitud y de sus 76 torres, que llevaron a conocer a Barcino como la ciudad coronada, son visibles. El resto, permanece oculto bajo viviendas o han desaparecido a lo largo de los siglos fruto de la renovaci¨®n urban¨ªstica de la ciudad. Pero estos muros de enormes piedras no son los primeros que se construyeron para defender la ciudad. Lo que vemos hoy es el recinto amurallado construido a finales del siglo III, envolviendo la primera defensa levantada en el momento de fundar la colonia en el siglo I, en ¨¦poca del emperador Augusto y muy probablemente bajo el auspicio del magistrado local Gaius Coelius. Eso es pedigr¨ª.
Oculta como si fuera una mu?eca rusa, esta primera muralla levantada hace 21 siglos es dif¨ªcil de ver, aunque no imposible. El edificio situado junto a la torre redonda de la muralla de la plaza dels Traginers, donde la muralla giraba para discurrir paralela a la l¨ªnea del mar, se ha convertido en un lugar privilegiado para hacerlo. En esta peque?a construcci¨®n es posible ver el paso de la historia en la ciudad: Conserva restos de la muralla del siglo I y del siglo III; restos de las primeras construcciones medievales del siglo XIII que se levantaron, como en toda la ciudad, adosadas a la muralla; modificaciones g¨®ticas del siglo XV, como unas esbeltas arcadas que se levantan en la tercera planta y unos ventanales en la fachada; y elementos del edificio de viviendas que se construy¨® en el siglo XVIII, momento en que se derrib¨® el cuerpo superior de la torre romana redonda, -la n¨²mero 33, numeradas en sentido horario partiendo desde la plaza de la Catedral- seg¨²n han podido determinar los t¨¦cnicos de Veclus que han realizado la evoluci¨®n hist¨®rica del edificio.
¡°En el siglo XVIII, para ganar espacio en el interior de las viviendas fue cuando se descubri¨® la muralla fundacional¡±, explica Carme Mir¨®, directora del Pla Barcino que promueve el Ayuntamiento de Barcelona para visualizar y poner en valor los restos romanos de la ciudad. "Es una maravilla poder ver la conexi¨®n de las dos murallas y estar debajo del paso de ronda. Es un sitio ¨²nico en toda la ciudad ", explica la arque¨®loga que es capaz de identificar el tipo de piedra -los peque?os opus vitatum ligadas con mortero de cal y arena del muro fundacional que tuvo unos dos metros de ancho por ocho de alto y las grandes piedras de opus quadratum y el relleno de argamasa de la tardoantigua.
El edificio es propiedad municipal desde la d¨¦cada de 1950, pero siempre ha permanecido cerrado y sin uso. Desde 2012 se ha limpiado de restos de vegetaci¨®n y escombros (se conservaban los sacos de cemento de la ¨²ltima intervenci¨®n de hace medio siglo), se han asegurado las paredes y protegido con una malla del agua de lluvia y de la acci¨®n de las palomas.
Oculta como si fuera una mu?eca rusa, esta primera muralla levantada hace 21 siglos es dif¨ªcil de ver, pero no imposible
La idea, seg¨²n Mir¨®, es que el edificio acabe siendo un centro de interpretaci¨®n de toda la muralla. "No se va a construir un edificio nuevo teniendo este que sin duda es el m¨¢s adecuado para explicar la historia de la muralla". Sin avanzar m¨¢s en el proyecto, Mir¨® asegura que la intervenci¨®n respetar¨¢ el aspecto de ruina rom¨¢ntica que evoca el paso del tiempo. En la fachada exterior se puede observar la acci¨®n del agua del mar que ha erosionado la piedra, que indica que la l¨ªnea de costa ha cambiado de forma radical.
Seguramente el proyecto se materializar¨¢ en 2015, un a?o fundamental para la muralla romana de Barcelona. Aparte de la entrada en funcionamiento del nuevo centro ser¨¢ cuando vea la luz un proyecto ambicioso que est¨¢ sobre la mesa del Ayuntamiento desde hace a?os: el paseo de las Murallas, que ya pretendi¨® realizar el arquitecto municipal Adolf Florensa a mitad del siglo pasado y que el Plan General Metropolitano de 1976 y el PERI de Ciutat Vella de los ochenta recogi¨®. La idea es poder deambular junto a la muralla, desde la avenida de la catedral hasta la plaza Traginers, junto al sector oriental de la muralla de la ciudad, algo que comportar¨¢ derribar algunas viviendas que permanecen adosadas a los muros romanos, como son los n¨²meros 18 y 20 de la calle Sots-tinent Navarro, propiedad de las monjas carmelitas (como se hizo en 2012 con los n¨²meros 14 y 16 de esa misma calle, vac¨ªos desde hac¨ªa a?os). El arquitecto Josep Llin¨¤s, que en 2003 reform¨® y organiz¨® esta plaza de Traginers, ya trabaja en el proyecto, siempre dentro del Plan Barcino. Su idea es potenciar la visibilidad de esta construcci¨®n romana. Por eso, buscar¨¢ el nivel original de suelo de la muralla, con lo que aparecer¨¢n m¨¢s imponentes y crear¨¢ una especie de playa por la que el viandante podr¨¢ circular junto al monumento. Si se logra se podr¨¢n ver una treintena de las 76 torres.
Paralelamente se va a trabajar en la parte m¨¢s desconocida del monumento: la zona de la calle Aviny¨®, en la que la construcci¨®n permanece oculta entre los edificios y solo se puede observar, parcialmente, dentro de algunas viviendas y locales comerciales. "No se descartan sorpresas", asegura Mir¨®. La idea es poder tener un alzado completo del monumento que reproduzca su planta, algo que hasta ahora no existe.
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