Mucho m¨¢s que una cuesti¨®n de azar
La Habitaci¨®n Roja edita 'La moneda en el aire', noveno ¨¢lbum que incorpora aire fresco y vitalismo
Guarda cierta l¨ªnea de continuidad con Fue el¨¦ctrico (2012). Pero all¨ª donde aquel ¨¢lbum supuraba electricidad como agitada v¨¢lvula de escape ante una encrucijada (vital y grupal) complicada, hay m¨¢s de un indicio de que La moneda en el aire ha permutado aquella angustia por un sentimiento de celebraci¨®n del mero hecho de haber llegado hasta aqu¨ª. Vivos y en el momento de mayor popularidad en sus cerca de 20 a?os de carrera.
No en vano, aquel disco lo afront¨® Jorge Mart¨ª (vocalista, guitarra y compositor principal) con la sensaci¨®n de que pod¨ªa ser el ¨²ltimo de la banda, y es tambi¨¦n por ello que defiende una forma de ser: ¡°No somos de cambios radicales, pero s¨ª de que haya cosas distintas en cada disco¡±. Motivo por el cual justifica el tono ¡°vitalista y sincero, de no hacer canciones derrotistas, porque al estar todo tan negro, y despu¨¦s de dos discos formalmente algo oscuros¡±, ten¨ªa ganas ¡°de que las canciones tuvieran luz¡±. Y eso es lo que el quinteto (que completan Pau Roca, Jos¨¦ Marco, Marc Greenwood y Jordi Sapena) ha logrado.
Jorge Mart¨ª explica todo esto a trav¨¦s de una pantalla de PC, desde su casa de Noruega, y a¨²n con el semblante amodorrado por haberse acostado algo tarde, tras disfrutar de las tres horas de metraje de El lobo de Wall Street, el ¨²ltimo filme de Scorsese. Las condiciones de su entorno apenas han variado: a las dificultades de mantener una banda independiente con sus miembros viviendo a miles de kil¨®metros los unos de los otros, se suma la descorazonadora situaci¨®n laboral de gran parte de la gente que les rodea. Pero ya no ten¨ªa ganas de hacer ¡°algo as¨ª como el disco m¨¢s triste de la historia, que es lo que sent¨ªa cuando afrontamos Largometraje (99)¡±.
De hecho, la grabaci¨®n (que tuvo lugar en los m¨ªticos estudios Rockfield de Gales, lugar por donde han pasado Queen, Black Sabbath o Pixies), evidencia una cierta apertura de miras que quiz¨¢ venga dada porque quer¨ªan ¡°que las canciones fueran grandes e intensas sin tirar tanto de las guitarras¡±. Eso puede explicar, yendo a los dos extremos del disco, la mayor apuesta que nunca hayan cuajado por ese pop de baile que tanto se estila en nuestros festivales (De cine) o grandilocuentes confesiones a tumba abierta que podr¨ªan engarzar con nuestra canci¨®n mel¨®dica o con esquemas de crooner algo m¨¢s ex¨®genos (Si t¨² te vas).
Sobre la primera, Jorge achaca gran parte de su resultado final al productor Santi Garc¨ªa (ya presente en su anterior ¨¢lbum), porque quiso llevar ¡°una canci¨®n compuesta desde hace unos a?os mucho m¨¢s all¨¢, emprendiendo un camino nuevo y bastante refrescante¡±.
Nadie sabe en qu¨¦ olvidado caj¨®n de su fondo de armario puede aparecer ¡ªde forma insospechada¡ª un hit, y lo cierto es que la banda se sent¨ªa capaz de hacer algo as¨ª desde que el grupo Dorian remezcl¨® el tema Ayer. ¡°Al final acabamos creyendo que est¨¢bamos en condiciones de hacer algo parecido¡±, apunta. No lo escogieron como primer single (de hecho, es Si t¨² te vas), pero aseguran que ser¨¢ el siguiente, aunque la jugada pueda hacer que se signifiquen excesivamente por un registro que no es precisamente el que m¨¢s les representa.
Tampoco faltan las influencias marca de la casa, que en su caso siempre han existido, pero aqu¨ª se concretan a veces de forma tan expl¨ªcita como en No quiero ser como t¨² y su atm¨®sfera a The Smiths. Aunque Mart¨ª asuma que ¡°algunas se repiten y otras no se notan¡±, se defiende asegurando que ¡°cuando llevas tanto tiempo con un grupo, no hay manera de que todo lo que hagas no acabe sonando a La Habitaci¨®n Roja¡±.
Aunque si hablamos de explicitar el mensaje, nada mejor que reparar en algunas de sus letras, que corren siempre el riesgo de resultar elementales o edulcoradas con exceso ya que emplean ¡°lenguaje sencillo para hablar de cosas complicadas¡±, reconociendo por el camino que ¡°son parte importante de nuestra conexi¨®n con el p¨²blico¡±.
Al margen de sus habituales confidencias sentimentales ¡ªexpresadas sin ambages¡ª, hay temas que remiten con pelos y se?ales a la complicada situaci¨®n material de personas del propio entorno familiar, como es el caso de Carlos y Esther. Jorge Mart¨ª alega: ¡°Tengo 41 a?os, he le¨ªdo libros, escuchado discos y vivido lo suficiente como para hacer trampas con estas cosas, pero yo prefiero que la fotograf¨ªa del momento sea as¨ª¡±.
Por ello, sigue apostando, deliberadamente, por lo que califica como ¡°se?uelos directos¡±, que muchas veces pueden provocar que ¡°siempre haya gente que no tenga la visi¨®n de conjunto y no vea m¨¢s all¨¢¡±. Sin se?uelos, con ellos o con todo lo que sea que representan tras nueve ¨¢lbumes de estudio, la prueba de los escenarios volver¨¢ a emitir su veredicto: por el momento, el 29 de marzo en Valencia (Noise), el 4 de abril en Barcelona (Music Hall) y el 5 en Madrid (But).?
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