?Qu¨¦ hac¨ªa esa mujer ah¨ª?
La cibern¨¦tica y el Adagietto de la Quinta sinfon¨ªa de Mahler
Aunque precedido por el soberbio Concierto para piano n¨²m. 21 K.467 de Mozart, el gran atractivo de la sesi¨®n que la Orquesta Sinf¨®nica del Teatro Mariinski de San Petersburgo y su titular, Valeri Gergiev, ofrecieron en el Auditori dentro del ciclo Ibercamera era la interpretaci¨®n de la Quinta sinfon¨ªa de Gustav Mahler. El concierto de Mozart ofreci¨® la oportunidad de escuchar en la parte solista a Ignasi Cambra (Barcelona 1989), joven miembro de la ilustr¨ªsima tradici¨®n de pianistas invidentes. Cambra acredita un buen conocimiento t¨¦cnico y apunta muy buenas maneras. Para acompa?ar a Cambra la orquesta intent¨® adelgazar el sonido, perder peso.
ORQUESTA SINF?NICA DEL TEATRO MARIINSKI
Ignasi Cambra, piano.
Obras de Mozart y Mahler.
Auditori. Sala Pau Casals.
Barcelona, 11 de febrero.
Llegados al plato fuerte la orquesta recobr¨® musculatura, Gergiev empez¨® a mandar con aquella claridad de ideas que le caracteriza y Mahler empez¨® a sonar. En la Quinta de Mahler, la cereza del pastel es el cuarto movimiento, el c¨¦lebre Adagietto que Luchino Visconti popularizara al incorporarlo en su pel¨ªcula Muerte en Venecia. Diez minutos de fragil¨ªsima belleza. Todo el concierto apuntaba a esos diez minutos.
La cuesti¨®n no es saber por qu¨¦ aquella mujer que estaba dos filas delante m¨ªo puso en marcha el m¨®vil justo al principio del Adagietto y se puso tontamente a pasar pantallas. Todo el mundo tiene derecho a empobrecer su vida y renunciar a la belleza del arte. La pregunta es: si Mahler y su Adagietto (y sus vecinos de localidad) le importaban un pimiento. ?Qu¨¦ hac¨ªa esa mujer ah¨ª? ?Por qu¨¦ fue a un concierto que le cost¨® 138 euros si lo que quer¨ªa era jugar con el m¨®vil? ?Plaga de ciberadictos!.
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