Wally nunca estuvo all¨ª
?Cu¨¢ntos intelectuales espa?oles han salido en defensa del modelo educativo catal¨¢n o de los profesores de Baleares?
Tertulia de mediod¨ªa en la tele, horario de izquierdas con ley del aborto al fondo. Una tertuliana se carga de razones para enmendar el nuevo proyecto de ley y exclama que las mujeres tienen el derecho a decidir sobre su cuerpo. ?Qui¨¦n es el Estado para decidir lo que afecta al cuerpo de la mujer? Critica a Gallard¨®n, habla de principios democr¨¢ticos vulnerados, cita de la caverna y argumenta la necesidad de irse a Londres a ejercer un derecho que Espa?a va a negar de un momento a otro hasta que¡
Hasta que el presentador cambia de tercio y aparece en pantalla la imagen de Felipe Gonz¨¢lez y Artur Mas, frente a frente. Hasta ese momento m¨¢gico. En cuanto ve a Artur Mas, la tertuliana pone cara de verdadero fastidio: qu¨¦ pena que tengamos que perder el tiempo con estas cosas y con esta gente tal como est¨¢ el pa¨ªs. Compara la actitud a su juicio constructiva de Gonz¨¢lez (sic) con la cerraz¨®n de Mas. Desaparecen de la mesa la legitimidad democr¨¢tica, el derecho a decidir o, qu¨¦ iron¨ªa, la necesidad de mirar hacia la Gran Breta?a a la hora de pensar cu¨¢l es la actitud del Gobierno espa?ol. Parece la misma persona, pero no es as¨ª, la tertuliana de izquierdas se ha cospedalizado. Le sale mantellina. La coincidencia con los tertulianos que cinco minutos antes justificaban la reforma Gallard¨®n es casi absoluta. Ni un reproche a Gonz¨¢lez por haber puesto encima de la mesa los muertos de la guerra de la antigua Yugoslavia.
?C¨®mo es posible que en todo lo referente a Catalu?a la mayor¨ªa absolut¨ªsima de los intelectuales espa?oles no se muevan de los estrictos l¨ªmites de opini¨®n que marca la derecha espa?ola? Vale, se salen un micr¨®metro, pero, ?por qu¨¦ no hay argumentos nuevos, v¨¢lidos y atractivos que te permitan entrar en un di¨¢logo razonable y productivo? Los art¨ªculos se publican caducados, parecen escritos con bol¨ªgrafos secos. Cuesta leerlos y, cuando descifras lo que quieren decir piensas que se repiten, que recuerdan a los art¨ªculos de hace dos, cuatro o 20 a?os. Y el l¨¦xico, qu¨¦ decir del l¨¦xico¡ Hace poco le¨ªa uno en estas mismas p¨¢ginas que hablaba del nacionalismo irredento. ?Irredento! Irredento es insuperable, la ¨²ltima vez que se imprimi¨® ese palabro fue en 1939. Pensaba que estaba fuera y me vuelven a meter dentro, que dec¨ªa el de Corleone.
La desproporci¨®n es enorme y unos quilos de mezquindad no justifican las toneladas que llegan hasta aqu¨ª por tierra, mar y aire
Tampoco hay tanto que decir cuando un pa¨ªs te pide votar, pero si hay que publicar algo, que tenga sustancia, sin escudarse en los hijos o en los ni?os, que eso ya lo hace Rajoy, que es registrador de la propiedad y cuando firma un texto, lo hace en el BOE. Aunque haya poco que decir, hay que ir con cuidado. Es muy dif¨ªcil continuar escribiendo de alguien a quien ya has llamado nazi. Si calificas al otro de totalitario, soft o hard, ?qu¨¦ m¨¢s puedes decir? ?Qu¨¦ quieres que te diga? El otro se quiere ir porque va a pensar que le vas a llamar cosas parecidas o m¨¢s leves, y aunque te pongas estupendo y lo llames hobbit, expansionista yugoslavo o nacionalista irredento, el resultado va a ser el mismo. ¡°Uno de mis escritores preferidos me llama idiota¡±, me dec¨ªa un lector empedernido hace poco. Aquello del insulto al lector, pero por otra v¨ªa. El escritor comete el pecado mortal del escritor, situarse en un plano de superioridad con su lector. Buena estrategia para vencer, pero nefasta si de lo que se trata es de convencer de algo.
Todo es tan obvio que no hace falta ni opinar, con describir es m¨¢s que suficiente. El esquema de la tertuliana se repite una y otra vez. ?Cu¨¢ntos intelectuales espa?oles han salido en defensa del modelo educativo catal¨¢n cuando se insulta a los profesores diciendo que adoctrinan a los alumnos o cuando se habla de nazismo? Si es que se han apuntado al carro. ?Cu¨¢ntos en defensa de los profesores de Baleares? ?Cu¨¢ntos en defensa de un sistema de financiaci¨®n que no ahogue las posibilidades de desarrollo?
Lejos de mostrar un m¨ªnimo de empat¨ªa, lejos de querer comprender o explicar, escritores y catedr¨¢ticos de aqu¨ª y de all¨ª han utilizado palabras que no merecen otro calificativo que indignas, am¨¦n de indelebles. Es cierto que aqu¨ª nos hemos tenido que comer la verg¨¹enza de escuchar el ¡°Espa?a nos roba¡±, que m¨¢s que un tiro en el pie me parece un tiro en la decencia argumental y moral. Pero la desproporci¨®n es enorme y unos quilos de mezquindad no justifican las toneladas que llegan hasta aqu¨ª por tierra, mar y aire. La lista de insultos vertidos es inacabable y arrasan el cari?o de y por David Trueba, aguja en pajar.
Irredentos suena a nodo. La campa?a independentista del TDT Party ha sido buena, pero reconozc¨¢moslo, la mejor la han hecho el desd¨¦n de intelectuales progresistas y las miradas por encima del hombro de acad¨¦micos y tertulianos de izquierdas. Son los que van convenciendo a los indecisos de que no hay nadie al otro lado. Es como buscar a un Wally que nunca estuvo all¨ª y, si el sector que se supone civilizado mezcla a partes iguales ira, caspa y desd¨¦n, ?qu¨¦ puedes esperar de los dem¨¢s?
La campa?a de la independencia de Catalu?a se sigue haciendo sola.
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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