Centro Acu¨¢tico: otros cinco millones enterrados
El Ayuntamiento abona el IVA a Hacienda por transferirse a s¨ª mismo esta obra inacabada Admite que la instalaci¨®n no es rentable y resulta invendible ¡°Este desprop¨®sito desmonta el mito de la buena gesti¨®n del PP¡±, dice UPyD
El Centro Acu¨¢tico ser¨¢ una instalaci¨®n deportiva ¡°de vanguardia¡± que ¡°beneficiar¨¢ a todos los madrile?os y, en especial, a los 150.000 residentes de San Blas¡±, dijo en 2006 el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP). Diez a?os despu¨¦s de iniciarse la obra, cuando ni siquiera pervive el sue?o ol¨ªmpico que la origin¨®, el Centro Acu¨¢tico sigue siendo un esqueleto a medio construir y el ¨²nico beneficiado hasta la fecha es el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, que recibir¨¢ 4,9 millones de euros en concepto de IVA por una operaci¨®n en apariencia inocua. El Ayuntamiento, propietario de la instalaci¨®n, se la ha transferido a s¨ª mismo, pero por ese cambio de titularidad dentro de la organizaci¨®n municipal se ha visto obligado a abonar a Hacienda en concepto de IVA el 21% del valor que atribuye al esqueleto, que es 23,5 millones de euros.
El Centro Acu¨¢tico deb¨ªa albergar las pruebas de nataci¨®n, saltos y waterpolo de la candidatura ol¨ªmpica de 2012 primero, 2016 despu¨¦s, 2020 finalmente. Gallard¨®n, experto en modificar la realidad cambiando su nomenclatura (fabric¨® el barrio de Las Letras, la catedral de las Nuevas Tecnolog¨ªas, etc¨¦tera), bautiz¨® esta instalaci¨®n como ¡°Ciudad del Agua¡± y compar¨® sus dimensiones con el estadio Santiago Bernab¨¦u y el Centro Pompidou de Par¨ªs.
La realidad, m¨¢s prosaica, se encarg¨® de traducir esas cifras a millones de euros y a?os transcurridos. Las obras se iniciaron en noviembre de 2004 con un presupuesto de 137 millones y un plazo de 27 meses. Comenzaron bajo responsabilidad del Ayuntamiento, que se las cedi¨® en 2006 a la empresa Madridec, cuya deuda no computaba como municipal. D¨ªas despu¨¦s, el presupuesto se disparaba a 164 millones y el plazo a 41 meses. Cumplidos estos, en 2008, el presupuesto volvi¨® a subir, hasta 185 millones, y la fecha l¨ªmite cambi¨® a julio de 2010. Agotado el nuevo plazo, la obra se par¨® y ya nunca m¨¢s volvi¨® a retomarse. Eso s¨ª, el presupuesto volvi¨® a subir, hasta 192,5 millones.
En julio de 2012, el Ayuntamiento decidi¨® liquidar Madridec, quebrada por la enorme deuda de inversiones como esa. Sus bienes (Caja M¨¢gica, Palacio de Congresos, etc¨¦tera) pasaron a otra empresa municipal, a excepci¨®n de los activos t¨®xicos (por su elevada hipoteca o gasto pendiente), que asumi¨® el Ayuntamiento. Entre ellos, el Centro Acu¨¢tico.
Esos traspasos no estaban sujetos a IVA, excepto precisamente en el caso de esta instalaci¨®n.
?Por qu¨¦? El resto de bienes son ¡°unidades econ¨®micas aut¨®nomas capaces de desarrollar una actividad empresarial¡± (como el Palacio de Congresos), mientras que el Centro Acu¨¢tico no es ¡°susceptible de producir efectos econ¨®micos m¨¢s all¨¢ de la mera transmisi¨®n¡± de Madridec de vuelta al Ayuntamiento.
¡°A d¨ªa de hoy, no existe intenci¨®n de desarrollar una actividad econ¨®mica¡± con la instalaci¨®n, pues el sue?o ol¨ªmpico de Gallard¨®n es pasado perfectivo. As¨ª, ¡°el Ayuntamiento ha tomado la decisi¨®n de no continuar las obras con el proyecto original¡±, aducen fuentes municipales.
El hecho de que se trate de suelo de uso deportivo p¨²blico impide adem¨¢s su venta ¡°a corto plazo¡± y, por ende, ¡°una actividad econ¨®mica rentable¡±. Lo que, legalmente, obliga al Ayuntamiento a pagar un IVA millonario por quedarse lo que ya es suyo.
Este es el resumen de la operaci¨®n que hace el l¨ªder municipal de UPyD, David Ortega: ¡°El Ayuntamiento construye un edificio innecesario que asigna a una empresa tambi¨¦n innecesaria. Hace quebrar la empresa, devuelve el edificio al Ayuntamiento y, como consecuencia, tiene que pagar cinco millones de IVA. Nos traspasamos algo que ya es nuestro y por el camino perdemos unos cuantos millones. Hacienda debe estar contenta. UPyD cree que alguien tiene que responder de este desprop¨®sito que desmiente el mito de la buena gesti¨®n del PP¡±.
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